Después de una maravillosa noche de sábado compartida con aquella linda pareja y una chica sola en casa, después de ese rico orgiencuentro; Nando y Juli, se debían ir, yo los despedí acompañándolos hasta la puerta como a las seis de la mañana, pero en mi mente tenía ese morbo de saber, que en mi cama estaban acostaditas y desnudas dos lindas mujeres. Apenas se fueron, tenía en mente llegar a tocar y molestar un poco a Hanna, cuando entré en la habitación, estaba acostada junto con mi esposa, me metí debajo de las cobijas desde el borde de la cama.

Me dirigí a nuestra invitada y le toqué su formidable cola, luego metí mi mano en medio de sus piernas, ella, estaba acostada boca abajo. Tenía esa cosita muy húmeda, de inmediato se retorció y gimió suavemente, mi esposa, apenas susurraba un “hhuuiisshh que riiico” me excité mucho y me subí sobre Hanna, le abrí un poco sus nalgas para meterle mi verga. Hanna, al sentir esto, levantó su cabeza y mirando a mi esposa, dijo algo así como “Se puede?” y mi cornuda en ese momento sin pensarlo dijo que sí.

Entonces las misma Hanna, me cogió la verga y me ayudó a penetrarla, wwuuaaao que rico, esas nalgotas en mi pelvis se sentían muy bien le empecé a dar duro, cuando ella, exclamó – que riico, hace rato estaba que me culiaba- mi esposa y yo nos arrechamos más, mi cornuda, solo veía y comenzó a tocarnos. Me dieron ganas de tener a Hanna, cabalgando sobre mí, le dije que lo hiciera, fantástico, ella, se subió y comenzó a moverse muy rico y gemía aún mejor, era de mañana y gritaba como loca jeeje Mientras tanto, mi esposa, la tocaba, acariciaba, le cogía las tetas y en realidad estaba muy excitada de verme ahí disfrutando con otra.

Nuestro anhelo de estar en un trío MHM, era posible gracias a la complaciente invitada, que se comportaba de maravillas. Luego de un momento de disfrute, nos acostamos de nuevo; Hanna, dijo que tenía frío nos metimos debajo de las cobijas los tres, yo en medio de esas dos ricas mujeres, mi esposa, por el contrario tenía mucho calor y se hizo a un ladito, mientras que yo tome a Hanna, en cucharita y así nos arrunchamos. Habiendo pasado unos minutos, las dos chicas a mis lados estaban dormidas, pero yo no quería desperdiciar el tiempo.

Sentía esas nalgas de nuestra invitada y tocaba esas ricas tetas, metí mi mano suavemente entre sus piernas para ver que reacción tomaba ella, y su vagina seguía muy húmeda, uffff eso me excitó de una vez, le abrí de nuevo sus nalgas y la clave otra vez. Hanna, medio dormida me tomó por la cintura y me apretaba contra ella, y me decía, que no la dejaba dormir, pero le gustaba y movía su cola muy deliciosamente. En semejante arrechera, empecé a darle duro y ella, a gemir; inevitablemente mi esposa, se despertó, vio la escena y decía que “que rico” pero dijo que tenía sueño, se volteó y nos dejó para que siguiéramos disfrutando.

La excitación era mucha, sudaba dándole a nuestra querida amiga, mi esposa, se volvió a despertar y Hanna, me dijo que le diera ahora a ella, wuuuaaoo era genial estar así, simplemente magnifico, podía bajarme de una y subirme sobre la otra. Un poco más tarde, ya en reposo de nuevo los tres jejeje mi esposa, dijo que iba a hacer el desayuno, nos dijo -ustedes sigan ahí juiciosos (picaronamente)- Cuando mi cornuda, tuvo que salir a comprar algo para el desayuno, tanto Hanna y yo sentimos ese morbo de estar ahí solos y me gustó que ella me insinuó que la cogiera de nuevo. Pues así lo hice, de solo acordarme escribiendo esto se me para.

La cogí otra vez y ella, gritaba mucho en realidad, cuando escuchamos que se abría la puerta, ya regresaba mi esposa, fue más excitante, aunque pensé que de pronto se molestase; pero para nada fue así, por el contrario, mi cornuda, entró y nos vio en la habitación disfrutando, apenas nos dijo -“wwuuuaao que rico” sigan ahí que ya les traigo desayuno-. Se imaginan, esto es algo que solo se vive en este hermoso estilo de vida. Efectivamente un rato después mi esposa nos llevó desayunito a la cama, todos comimos y charlamos un poco, bien pegaditos y seguimos arrunchados.

Lo que no se bajaban eran esas ganas de seguir culiando con las dos, llegó un momento aún más rico en el que nos encendimos de nuevo, cogí a mi mujer delante de Hanna, bien rico y luego me pasé con ella, para seguirla disfrutando. Hanna, se puso boca abajo, y a su espalda la hacía gemir de placer muy rico, cuando terminé mi esposa le hizo sexo oral suavemente. Hanna, se entró a darse un rico duchazo, y yo me quedé en la cama, mientras mi esposa organizaba algo en la cocina. Cuando salió la invitada de la ducha, mi esposa entró a bañarse. Hanna se subió a la cama, se puso una blusa y luego las tanguitas verdes que había llevado. Hacía al lado de los pies de la cama, teníamos un estabilizador y allí tenía Hanna, conectado su celular, pero ella se agachó a desconectarlo y se puso en cuatro hacía mi, que estaba al lado de arriba, y ufff era imposible ignorar ese culote, que adornaba muy bien sus tanguitas. Le dije – Pero por qué tienes que desconectar el celu en esa posición? Jejej- ella, muy pícaramente dijo – qué, pasa no tiene nada de malo jejej- se acostó de medio lado.

Le dije entonces, - si quedaste bien bañadita?- ella, dijo – no sé, quieres verificar?- me acerqué y comencé a olerla suavemente, luego corrí su tanguita y comencé a chupar su clítoris, pero ella, dijo –verifica bien- y se bajó las tangas. En ese momento me quedé pegado a sus labios vaginales deliciosos, mientras ella me decía – si que te gusta chupar cuca no- cuando mi esposa, salió de su ducha, nos vió ahí y le dio risa… Cogí de nuevo a nuestra invitada, ella, se quitó la blusa; la tenía boca arriba, con las piernas levantadas hacia mis hombros. Pero en ese momento mi esposa, vivió como nunca su fantasía de ser cornuda, se excitó mucho, pero mucho al ver en VIP esas clavadas que le metía a nuestra amiga, ella, me tocaba la espalda, las guevas, le metía los dedos en la vagina a Hanna, al mismo tiempo que yo le metía mi verga, le tocaba y le metía los dedos en el culo, mi cornuda, estaba loca de placer.

Fue rico decirle a Hanna, que me gustaba que fuera mi puta, y ella, me decía “Te gusta que sea tu puta hoy?” ufff mi esposa, se agachaba y mientras yo clavaba a Hanna, me lamía las guevas y la verga cuando salía, que riiiiico! Es muy excitante eso, también le pasaba su lengua por el culito a ella. Ese fue un momento largo, recuerdo que era tanta la arrechera que no paraba de darle a nuestra invitada, sudaba y las gotas le caían a ella, sobre sus tetotas, nos besábamos con muchas ganas, mientras mi cornuda, nos besaba y lamía por todo lado. Apenas se lo saqué a Hanna, ella, le dijo a mi esposa que le hiciera sexo oral, que rico ver eso, mi esposa se lo hizo tal cual, pero esta vez con muchas ganas, le quería comer el alma a nuestra amiga, le chupaba esos labios, se los abría y lamía más adentro, le daba lengua en el culito y después se le subió quedando las dos en posición de 69.

Yo apenas veía como Hanna, debajo de mi esposa le chupaba ese rico clítoris que tiene, y viéndola a los ojos, yo le daba lengua en el culito a mi cornuda, nos rosábamos la lengua y mi esposa, estaba pero muy lujuriosa. Por la excitación luego mi mujer, se le subió a Hanna y haciendo una rica tijera, se rosaban sus vaginas muy húmedas, las dos parecía no querer parar nunca de hacerlo, me quedé al borde de la cama observando ese maravilloso momento, apenas sonaba el choque de sus cositas mojadas. Salí al baño, a tomar agua y ellas, seguían sin parar, mientras se acercaba el medio día del domingo. Luego, Hanna, parecía muy sedienta de placer y tomó a mi mujer, se puso en cuatro y le daba lengua como loca, que rico como se disfrutaban ese momento.

Ya era el medio día y había dejado que ellas, terminaran dándose placer porque de verdad lo querían hacer. Finalmente Hanna, tuvo que volver a ducharse, se alistó muy linda por cierto y pasadas las 12:00 del domingo, se despidió. Le agradecimos por habernos acompañado y por habernos permitido disfrutar de tan maravillosa aventura. Comprobamos una vez más que el placer está en saber compartir.