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NUESTRA PRIMERA EXPERIENCIA CON INTERCAMBIO DE PAREJAS

En esos tiempos aún éramos muy jóvenes, si mal no recuerdo teníamos unos 19 o 20 años de edad ambos.

Mi esposa es bajita, mide 1.57 m, es delgada tonificada, pues va al gym, y tiene una buena talla de senos, 34 C, además un trasero hermoso al igual que su cuquita la cual es hermosa y deliciosa.

Yo mido 1.74 m, en esos tiempos estaba más delgado, nunca he sido de gym, pero sí estaba muy bien de peso, y pues tengo una dotación normal de 15 cm, me considero bastante bien parecido en general y soy muy caliente e imaginativo.

Para ambos todo lo del sexo era nuevo por lo jóvenes que éramos, pero sobre todo para mi esposa, pues viene de una familia muy católica y tradicional, así que fui yo el que empezó a corromperla poco a poco y a quitarle tanto tabú en torno al sexo.

Mi esposa y yo siempre habíamos jugado un poco con el tema de los tríos y encuentros swinger. De hecho, ya habíamos hecho algunos tríos MHM con una chica llamada Karol a la cual contratábamos en ocasiones (sí, una putica, deliciosa, costeñita, rubia, delgada, arrecha, en fin esa será otra historia para otro día).

Nos enteramos por medio de un anuncio sobre una casa de eventos swinger aquí en Cali, en esos tiempos le decían que era “donde Anthony” en el barrio Chapinero de Cali, cerca de Villacolombia.

Habíamos estado pensando en ir, pero como nunca habíamos estado en un evento swinger pues teníamos algo de temor e incertidumbre.

El hecho es que finalmente un día nos decidimos a ir, el evento lo hacían un sábado o un domingo, no recuerdo muy bien, pero sí recuerdo que lo hacían en horas de la tarde. La cita era a las tres. Mi esposa quiso meterse unos traguitos antes para quitarse los nervios un poco, y decidimos comprar una botella de aguardiente en un estanco cercano para tomarnos unos tragos antes y llevar el resto al sitio de Anthony para el resto de la tarde.

Mi esposa después de unos tres o cuatro tragos, dijo “Listo. Vamos ya. Los nervios no se me van a quitar.” Y pues fuimos.

Cuando llegamos era como una casa de familia y habían unas dos o tres parejas más sentadas en la sala. Había una pareja que estaba muy bien, la chica era hermosa y el tipo era un hombre pintoso. Las otras dos parejas, no se nos hicieron muy atractivas.

También nos dio la bienvenida Anthony, pero la que se encargaba de todo era una chica muy joven, de unos 18 años, delgada, de cabello negro azabache, rasgos hermosos en su rostro, muy sexy. Vestía sencillo, con un jean azul apretadito, sandalias, una blusa blanca, y accesorios varios como pulseras y collares.

Me gustó la chica hostess (la anfitriona), pero entendí que con ella nada pues era la organizadora, y muy probablemente nada que ver.

Nos llevaron a una habitación dónde había una cama grande redonda, y alrededor de la cama, es decir, contra las paredes, habían sillones para sentarnos.

Llegamos todos vestidos, éramos finalmente como unas cinco parejas creo, y nos sentamos todos lejos de todos, pues al parecer todos éramos inexpertos.

La anfitriona empezó a hablarnos y a decirnos que la idea era divertirnos e ir rompiendo el hielo por lo que íbamos a hacer un juego. Íbamos a jugar tingo-tango (papa caliente le dicen en otras partes creo) con un objeto que ella nos pasó, creo que era un perfume, o un splash o algo así.

Ella empezaba a decir tingo, tingo, tingo, y los que estábamos empezábamos a pasarnos el objeto hasta que ella decía tango y el o la que tuviera el objeto tenía que quitarse una prenda, no valían los accesorios como correas, joyas, ni tampoco los zapatos.

Básicamente lo que hizo la anfitriona fue asegurarse de que todos los hombres quedáramos en bóxer y que las mujeres quedaran en ropa interior, algunas sin brasier, y luego nos pasó toallas y nos pidió que fuéramos a ducharnos con nuestras propias parejas y regresáramos ya desnudos con la toalla puesta solamente.

Entonces cuando regresamos dijo “Los que quieran se pueden quedar aquí y empezar algo con su propia pareja y ahí se van animando, o los que decidan mejor irse a otro cuarto privado me avisan” y se marchó.

Todos nos mirábamos con algo de nervios y pues yo decidí empezar a besar a mi esposa y le quite luego su toalla y empecé a chuparle las téticas y pasarle la legua por sus pezones duros y parados. Las otras parejas nos miraban y como que se fueron animando y ellos también empezaron en lo suyo.

Luego mi esposa me quitó la toalla y se arrodilló en frente mío y empezó a mamármela delicioso haciéndome una mamada de garganta profunda excelente y con mucha saliva y sonidos que se producen por el reflejo de su garganta. Las parejas se hicieron a nuestro alrededor un corto tiempo para ver de cerca la espectacular mamada que me daba mi esposa. Recuerdo que a mi esposa se le salían lágrimas y se le corría el maquillaje por andar de tragona, jajajajaja.

Por ahí escuché a un tipo que dijo “Mira como se le salen las lagrimitas por mamar. ¡Qué rico!”, y eso como que le daba más ánimos a mi esposa, luego las parejas se fueron retirando a sus sillones y empezaron ya a tener sexo en forma.

Después de un rato, llevé a mi esposa a la cama y empecé a darle lengua en su deliciosa cuquita la cual ya tenía empapada, se vino solo de sexo oral a los pocos minutos. La puse en cuatro y empecé a darle sin perdón.

A pesar de toda la calentura, como éramos nuevos en el asunto, nos daba temor y timidez acercarnos a otra pareja.

Pasó un rato y cuando menos lo pensamos ya había otra gente además de los que empezamos que ya estaban en el cuarto y estaban en lo suyo, unos hombres solos y mujeres solas también.

El hecho es que un hombre mayor que nosotros se acercó, él era simpático, nada fuera de lo común, pero sí agradable. Me preguntó “¿Hay problema si me uno a ustedes?”, y le respondí “Aquí la decisión corresponde a mi esposa no a mí”. Miramos ambos a mi esposa y ella solo preguntó “¿Con quién estás?”. Él nos comentó que estaba solo, que él si era casado pero que su esposa no participaba en estas cosas porque ella era muy religiosa y le parecían aberraciones este tipo de cosas. Mi esposa le dijo que sería chévere compartir pero que solo si él tuviera una pareja que a mí también me agradara para un intercambio, que así solo no. El tipo se marchó.

Luego de unos minutos, llegó el tipo otra vez y dijo: “Ya tengo a alguien, ella es amiguita mía. Y está muy linda, es muy sexual y muy chévere”. Mi esposa dijo que si por mí estaba bien la chica entonces que sí. Le pregunté dónde estaba la chica y me sorprendí al ver que era la chica joven de 18 que mencioné antes, la hostess.

Por supuesto yo acepté, y empezó él con mi esposa y yo con la chica. Las dos nos hacían una mamada excelente, por aparte. Mi esposa aún estaba acostada en cama y el tipo parado a su lado mientras ella se la mamaba y la chica estaba arrodillada en el suelo y yo de pie.

Después de unos minutos yo no aguanté más las ganas de metérsela a esa nena que estaba tan rica y la desvestí, le di unos besos en sus senos y cuello y luego ella me puso el condón. Empecé a darle en cuatro mientras ella estaba de pie y apoyaba sus codos y cabeza sobre la cama. La chica lo movía delicioso.

Entretanto mi esposa seguía mamándosela al tipo, y ella echaba sus ojeadas a ver cómo era que íbamos la chica y yo. Por supuesto yo también veía toda la mamada que ella le hacía al susodicho.

Después de un rato, la chica me dijo: “Movámonos un poco más cerca de la cama. Allá cerca de tu esposa y el tipo.” Así fue. Y ella quedo cerca de la cuquita de mi esposa. Le preguntó a mi esposa si la podía tocar y mi esposa solo asintió con su cabeza y siguió en lo suyo.

Yo seguía dándole sin compasión a esta nena riquísima y ella comenzó a tocar y a masturbar a mi esposa. Luego le dio lengüita con ganas, sin tapujos y sin pena. Se la comía con ganas.

Ya después de un rato más no aguante las ganas de venirme y me retire rápidamente y dije “Me voy a venir”. La chica se apartó, se agachó y me quitó el condón de un solo tirón. Me hizo una paja con las manos y sus senos mientras estaba arrodillada y luego se lo metió a la boca. No dejó caer ni una gota. Se lo tragó entero y me la siguió mamando hasta que le exprimió la última gota. Luego se paró y me dijo “Gracias. Qué rico estuvo” me guiñó un ojo y me dio un beso rápido. Se marchó.

Yo quede boquiabierto porque esta hermosa mujer se lo tragó todo y por lo pícara que fue.

Ya a los minutos yo estaba listo otra vez y mi esposa estaba en cuatro mientras el tipo le daba duro también. Se la puse en su boca y estuvimos así en “Spit Roast”.

Estuvimos cambiando un rato de puestos entre el tipo y yo. Luego de un rato más, mi esposa pidió que paráramos un rato. Me dijo que ya estaba un poco cansada y maluca porque se pasó un poco de tragos, así que nos despedimos y nos fuimos.

Una experiencia muy bacana.

En otra ocasión tal vez escriba otro relato.

Saludos. 

esposos-hot-cali

Soy hombre heterosexual

visitas: 12197
Categoria: Intercambios
Fecha de Publicación: 2016-11-03 16:28:42
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3 Comentarios

espectacular relato

2017-10-28 16:25:32

Muy bueno gracias

2017-08-30 15:49:32

excelente,,fui varias veces  donde anthony....barrio chapinero...tardes de sexo brutal y real..les felicito..calientes experiencia..

2016-11-03 19:03:30