Guía Cereza
Publicado hace 8 años Categoría: Voyerismo 1K Vistas
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En la finca que se encuentra a tan solo una hora de Bogotá,  me encanta pensar que esta es una republica independiente donde tiene cabida todas mis fantasias y doy rienda suelta a darme gusto en lo que más me divierte  y me satisface: el morbo y disfrutar de mi desnudez.

A medida que pasan los años me doy cuenta que la vida es corta y no importa cuanto dinero o cuanto trabajas, nada de eso te llevaras al final, solo te quedaran recuerdos de experiencias vividas, y he decidido que mi vida estará llena de experiencias que me brinden placer.

Un día estando en la finca, y aprovechando que esta en clima templado con un poco de clima calido, la mañana estaba con un sol radiante, como siempre duermo desnudo, y me levanto a disfrutar del paisaje con el viento rozando mi desnudez, pero en esta ocasión no podía hacerlo dado que unos amigos se vinieron a quedar e fn de semana y ellos no comparten ese placer por compartir desnudos.

Me preparé una taza de café y me dispuse a disfrutarla en el balcón, yo traía puesta solo una camiseta esqueleto y una pantaloneta sin calzoncillos debajo, como debe ser, mi verga se pintaba bien en la tela de la pantaloneta, ya que como casi siempre amanezco con una erección, y eso me encanta. Estando en el balcón note que alguien me observaba, mire de reojo y ví que era el hijo de mis amigos. Un chico de 18 años, me hice el tonto que no sabia que el estaba allí, solo para ver hasta donde llegaba.

Con el babillo del ojo podia notar que el se tocaba su verga sobre la pijama que traia, como acomodandose la verga, eso me emocionaba más, saber que me observaban, además que me emociona que me miren y mirar. Decidí hacer el mismo movimiento, así que me froté la verga sobre la pantaloneta y la verga se me puso un poco más dura, y se notaba, el solo observaba desde un poco mas atras donde yo estaba, estoy seguro que el no creia que yo le podia observar.

La emoción me encantaba, hacerme el que no sabía y tentar a una persona así es lo maximo. El trataba de poner sus manos para disimular su erección y yo seguia tocandome como si quisiera pajearme, sintindo la adrenalina y queriendo bajar mi pantaloneta y venirme a chorros alli mismo.

De un momento a otro me hice el que acercaba una silla y le volví a mirar, para que supiera que yo sabía que él estaba allí, y ví como se puso nervioso, le dije buenos días, y sin disimular volví a tocar mi verga a medio parar, como si fuera lo más normal, sin verguenza, el tapaba con sus manos su verga pero se notaba que le había gustado lo que habia visto, porque se notaba que la traía parada. Le reste importancia y le dije que se sentara al lado, ofreciendole un café.

Continuará....

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