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I DISCOTECA CALIENTE

I

Les cuento que hace unos días nos fuimos con mi novia Ximena a un crucero por las Bahamas. Fue toda una luna de miel: mucho sol, buena comida, buenos licores, mucha discoteca y sexo a la lata. A ella le gusta mucho..., y a mí también. Y les digo que si no hubiéramos comido tanto pescado y camarones habríamos llegado chupados pues culiamos a lo loco. Íbamos con la idea y la disposición de disiparnos y a atrevernos a todo.

Imagínense que una de las noches estábamos en la discoteca y ella iba con un vestidito amarillo, muy corto y de espalda destapada...y claro sin ropa interior, como le gusta a ella ir a bailar… y a mí por supuesto que lo haga. El trago y el baile la fueron desinhibiendo y todos la mirabamos cómo se meneaba con desparpajo. Las luces intermitentes del techo y del piso permitían ver todas sus curvas a través de la tela muy delgada. Era casi como un streap-tease...; yo estaba como loco y así me imaginé a más de uno pues noté que muchos hombres querían estar lo más cerca posible de ella, a veces rosándola. Algunas mujeres miraban como con rabia y envidia pero otras como con ganas, pero nadie era indiferente a su presencia.

Y no se imaginan cuántos gais y lesbianas había en ese crucero. Yo iba con una guayabera hawaiana azul con papagayos, que me lucía mucho, decía Xime. Ni les cuento lo que me decían al oído los gais que bailaban a mi lado. Que “me habían visto en la piscina y que estaba bueno, pero muy bueno”, entre otras cosas más atrevidas. Incluso me mandaban la mano disimuladamente por detrás y por delante..., y cuando me sentían la erección que tenía de verla a ella así tan loca y desinhibida se me pegaban más. Lo cierto es que la saqué de allí para el baño de hombres de la discoteca y me la quise comer allí mismo, trancando la puerta, pero, oh sorpresa, allí había también otra pareja y el tipo tenía los pantalones abajo y ella estaba con el vestido en la cintura. Estaban pasándola bueno,…apenas sonrieron con malicia.

Él era un negro de acento caribeño y ella una rubia hembrísima, como agringada. Yo le subí el vestido a Xime, abrí la bragueta y rápidamente encontré una cuquita mojada y dispuesta a recibir todo el entusiasmo de mi verga libidinosa…y lo hicimos riquísimo. Lo mismo hizo la pareja que nos encontramos…; y cuando ya nos retirábamos el negro me propuso que intercambiáramos parejas por un rato. Xime se entusiasmó con la idea y regresamos los cuatro a la pista. Ella bailó con Thomas y yo con Alice, que era gringa y olía muy rico. Bailamos como una hora y acordamos volver al baño. Allí nos las comimos frente a frente. Ese negro tenía una verga muy grande y logró hacer venir a Xime varias veces. Yo hice lo propio con su mujer olia riquísimo, tenía unas tetas preciosas y unos labios carnosos. Disfrutamos mucho el momento y quedamos en volver a vernos.

Regresamos a los camarotes exhaustos…

olofernes

Soy hombre heterosexual

visitas: 1245
Categoria: Intercambios
Fecha de Publicación: 2016-11-22 00:46:17
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1 Comentario

Algo largo, pero bueno y variadito.

2016-11-22 02:24:05