Guía Cereza
Publicado hace 8 años Categoría: Fantasías 1K Vistas
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Esta historia fue de nuestras primeras y mejores experiencia. 100% real.

En estas líneas deseo  compartir con ustedes nuestra primera experiencia en trio HMH.

Este era un tema con el que constantemente mi esposa y yo morboseamos, y tanto dio el cántaro al agua que por fin decidimos aterrizar la idea.

Somos de Bogotá, y por temas de trabajo viajamos bastante a la ciudad de Ibagué.

Después de publicar en nuestro perfil la intención de compartir con alguien de guía y no encontrar a alguien del gusto de mi esposa, estábamos por desistir este fin de semana. Pero realice una última búsqueda donde encontramos un candidato del gusto de mi esposa, un hombre normal, contemporáneo y dispuesto.

Nos asustaba un poco lo pronto del encuentro y no conocerlo mucho, pero así es mejor.

Rápidamente mi esposa se arregló para la ocasión: Una maya en el cuerpo, sin ropa interior, y encima un vestido negro, maquillaje, tacones  y listos para la nueva experiencia.

Con el cuerpo frio en nuestro interior por los nervios que generan estas experiencias partimos al sitio de encuentro.

Entramos a una discoteca, botellita de Bacardi, música, charla y empezamos a bailar con mi esposa. El, luego yo, y así; nos la turnamos, como muchos acá yo le preguntaba ¿cómo se sentía? Si le gustaba? Si quería seguir adelante?.

Todas sus respuestas llenas de emoción y afirmativas. El lugar se fue desocupando y decidimos partir hacia nuestro hotel; Pues debíamos madrugar al día siguiente hacia Mariquita.

Llevamos lo que quedaba del ron, que en su mayor parte yo bebí. (Me encanta este ron) más la ansiedad jejejeje; Llegamos al hotel, entramos, ron en los vasos. Y empieza la acción, mi esposa besa a Jorge como lo llamare a partir de acá. Yo dedicado en ubicar la cámara, hacer fotos de lo que mis ojos ven. Ubico el trípode para ubicar la mejor toma de la doble penetración que mi esposa añoraba.

Ellos en la cama besándose, ella encima de el como la tigresa que es. No recuerdo en que momento el vestido de mi esposa empezó a adornar el piso de la habitación, pero si recuerdo la cara de Jorge al ver mi perra en esa maya, los ojos de mi esposa brillaban, su vagina mojada, sus deseos en los poros de la piel.

Son unas de las cosas que yo percibí y como disfrute, tome la cámara para hacer algunas tomas, pues soy muy morboso jejejeje, deje la cámara para buscar los condones que nosotros llevamos por si acaso. (Si no fuera por eso Jorge se queda con las ganas de disfrutar mi mujer). Literalmente revolqué la maleta y seguramente por el morbo solo tenía ojos para mi esposa; Pues, no los encontré. En el momento le arruine el momento, porque tuvo ella que levantarse a encontrarlos, Ahora ella en la cama boca a arriba, y el se sumerge en el hermoso chocho de mi perra, el lamia, ella gemía y yo grababa, era supremamente excitante, escucharla y ver que no era por mis movimientos, me acerco para ver desde cerca y poniendo mi pene erecto en la boca de mi sedienta perra, ella chupa y gime, dejo la cámara para hacer parte de la escena. Jorge se pone el condón, y ella inmediatamente se lanza a mamar esa nueva verga,  verga que chupo, lamio acaricio. Mas complacido no podía estar, mi perra culeando con otro frente a mí.

Nuestros temores, prejuicios, y todas las pendejadas que no te dejan hacerlo, desaparecieron. Ella ahora acostada y Jorge penetrándola, le daba a buen ritmo, la penetraba y besaba, aun con la maya puesta, sus senos fuera, sus piernas abiertas, su cabello despeinado sus ojos cerrados y de sus hermosos labios unos tiernos pero fuertes gemidos.

Cambiaron de posición y muy generosamente le pedí que ella lo cabalgara por detrás, para yo ocupar el espacio que quedaba en su vagina, un beso corto para mí, yo estaba poseído por la lujuria de lo que mis ojos veían; Por lo que no fuí muy tierno, rápidamente mi esposa se montó sobre Jorge, dejando nada a la vista, pues todo el pene de Jorge desapareció entre las ricas nalgas de mi perra. Eufórico la tomo  y empiezo a clavar a mi esposa. Disfrute su rostro, sus gestos, gemidos y así empecé a penetrar a mi rica mujer. Cambie a mi esposa de posición para que ahora ella acostada boca abajo fuera penetrada por Jorge vaginalmente, mientras  yo ocupaba el espacio que siempre ha sido mío, Ese rico culito era mío. Espectacular ver a mí esposa abierta de piernas, con una verga en su vagina, escuchar sus jadeos y ese culito invitándome a seguir. Fui rápido y contundente con mi entrada, y clave a mi perra como le gusta, la tome del cabello, le dije que si era lo que quería, y mientras respondía con  un Siiiiiiiiii!!!!!! Yo empujaba mi verga hasta lo más adentro de ella.

Empuje y empuje al ritmo frenético que el placer me ordenaba, y fue en poco minutos que llene el culito de mi perra; Ahora era solo  Jorge, quien penetraba a mi esposa, ahora con el culo lleno, más gemía y más cabalgada, inmediatamente me baje de mi esposa tome la cámara para hacer la toma de la cara de mi esposa.  No cambio por nada la cara de mi perra cuando siente placer, parecía que Jorge estaba en problemas, porque mi perra ahora abusaba de él.

Tengo en mi mente la escena en la que ella lo hala para quedar ella debajo y dejar a su amante encima, pues así es como más rápido se viene, ella jadea y de sus ricos labios sale la tan anhelada palabra para mí. Escapa un ¡Jueputaaaaaaaaa! Es suave pero perfectamente pronunciado, es el camino sin regreso de su clímax, inmediatamente ella tomo su clítoris y empieza a masajearlo.

Que escena mas morbosa, ver a mi perra tener su orgasmo, como convulsionan sus piernas y se desconecta del mundo por un instante, mientras Jorge ve la cara de mi perra, ahora suya.

Un descanso corto, y recompenso su excelente labor dándole una rica mamada al clítoris hinchado de mi perra, me sabia a gloria me embriague con la humedad de su vagina sus manos en mi cabello, y levantar la vista para verla girar su cabeza para recibir esa verga en su boca.

No sé en qué momento se vino Jorge, pero yo estaba listo de nuevo y poniendo a mi perra en cuatro la empecé a penetrar por la vagina, le di duro y escuche de nuevo sus jadeos, Jorge frente a ella ponía su pene cerca el cual ella acaricio con su lengua y chupaba los huevos.

Mi hermosa, rica, y deseada esposa, ahora estaba en cuatro con los hombros abajo con su boca en las huevas de Jorge, su cabellos muy despeinado, sus amplias caderas abiertas a mí y con todo mi pene dentro de ella entrando y saliendo a un ritmo instintivamente animal. Este ritmo que no permite que aguantes o te controles, solo quieres en unos minutos llenar a tu hembra,  ya con la cara contra la cama llene de nuevo mis aposentos. Ahora no solo su trasero estaba lleno con mi leche.

Ya se acercaba el amanecer y sin más energía me derrumbe al lado de mi esposa que era abrazada por Jorge, quien tiernamente la besaba. La despedida un beso entre ellos, un agradecimiento entre nosotros y el acompañamiento de mi esposa a la salida.

En el ascensor Jorge la aprieta contra la puerta y la besa, para así despedirse y agradecerle ser tan perra.

Palabras más palabras menos esta fue nuestra primera experiencia, ojala sea de su agrado, prometo subir algunas fotos de ella. Compartan califiquen y déjenme sus comentarios.

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🍒 Pregunta Cereza

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