Guía Cereza
Publicado hace 8 años Categoría: Fantasías 1K Vistas
Compartir en:

Ella viste de esos pantalones negros ajustados que usan las ejecutivas, esos que a veces por la fricción, con la silla en que se sientan a diario a trabajar, se llenan de moticas en la parte trasera y dan la sensación de descuido. Pero en buen estado se forran de una manera muy sensual y provocativa (si tiene buen cuerpo), hoy no tiene que trabajar pero los viste, se sube al metro desde las 6 de la mañana, se siente un poco depravada, cruza los dedos para no encontrarse gente conocida y tener que dar explicaciones o tomar rutas que no tenía pensadas, solo por no revelar su verdadera intención. Ella va a misa los domingos con mamá, se sonroja cuando hablan de juguetes sexuales y censura de manera socarrona los chistes de doble sentido de los sus compañeros de trabajo, pero cuando le dan un compensatorio en semana, se sube al metro temprano, desde Niquia hasta la Estrella y luego se devuelve, se hace a dos pasos de las puertas, en dónde sabe que será arrollada por la masa de trabajadores que a esa hora entran con la ansiedad del esclavo. En la estación Acevedo ya está lleno y el montón de gente empieza a moverse como un ente que juega tetris dentro del vagón; arrastrándola, aprisionándola, asfixiándola, pero le encanta, sabe que con una probabilidad de 0,8, le corresponderá ser empujada por la humanidad de un hombre que ya en la estación Caribe tendrá su pene duro al sentir el roce con aquellas deliciosas nalgas forradas en tela negra. Ella no dirá nada, se hará la desentendida, cierra los ojos fingiendo descansar los ojos, pero en realidad está tratando de imaginar como aquel pequeño pellejo comienza a inflarse y a convertirse en un gran bulto, imagina como se hincha la cabeza del pene, como se dibujan las venas como cordilleras en la erecta verga. El recorrido se le hace delicioso,  voltea disimuladamente esperando que el sujeto detrás sea atractivo y se imagina que se le rompe el pantalón y le meten la verga por el culo en el tren, se imagina que todo es posible, fantasea todo el camino con ser enculada por el extraño y por los demás extraños a su alrededor, que excitados se unirián a la culeada, que tendría un pene en cada mano, un pene en cada orificio y varios penes restregando enlechadas cabezas en su cuerpo, hasta venirse sobre ella y bañarse en leche como una Cleopatra suburbana. En la estación poblado normalmente se baja su restregador de pene y ella suspira, pudo ser, pudo ser. Se va hasta la estrella para no cambiar de plataforma y quedarse en el mismo vagón, se siente segura en el cuarto coche, es su área de operaciones. Repite la operación, y a ratos, no la favorece la fortuna y se le ubica una mujer detrás, pero siempre hay hombres y ella baja las manos para que algún pene se le recueste y sentir en el dorso de la mano como se para el miembro, calcula durante todo el viaje, cuanta leche tendrán, será muy ácida?. LLega a casa, mamá le pregunta como le fue con la vuelta en el banco y ella finge cansancio por la burocracia de las entidades. Pero se va a su habitación a masturbarse con el cepillo que se peina, se lo mete entero mientras se chupa un dedo, imaginando un pene en la boca y otro en la vagina. Llega al orgasmo, baja al computador de la sala y pone en su perfil de facebook que los hombres han perdido la caballerosidad y la ternura.

Publica tu Experiencia

🍒 Pregunta Cereza

¿Por qué crees que más personas jóvenes se identifican hoy como bisexuales? Un reciente estudio revela que 1 de cada 4 jóvenes entre 18 y 24 años se identifica como bisexual.