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Aventura Hospitalaria. Mi segundo relato: Soy médico de profesión y esta aventura sucedió hace ya algún tiempo, en ese momento era el nuevo del servicio de hospitalización y atendía todos los casos que se complicasen en el horario de la tarde. En uno de mis primeros turnos, recibí el llamado de uno de los pisos de hospitalización por un caso complicado, atendí el llamado y fue grata mi sorpresa al momento de llegar y encontrar un grupo de enfermeras muy jóvenes y bellas, de las cuales se destacaba por su mirada penetrante una con un cabello castaño, con iluminaciones y largo, que daba un poco por encima de su cintura, lo tenía, informalmente recogido con una moña, tenía un uniforme enterizo con botones al frente que le dibujaba una hermosa silueta, con cintura estrecha y anchas caderas, un busto hermoso, que evidenciaba el retoque quirúrgico, pues era grande, muy firme y perfectamente acoplados a ese cuerpo, unos hermosos pezones que se alcanzan a insinuar, la falda le daba por encima de las rodillas, unas piernas divinas con medias largas blancas, con una cola que invitaba a imaginar las más oscuras perversiones. Este monumento de hembra me acompaño y me dirigió hacia la habitación, duran te el trayecto no pude más que observar el contoneo de caderas y el caminar elegante de esta mujer, el sube y baja de sus nalgas, alcance a percibir como se dibujaba una tanga brasilera un poco más oscura que atrevidamente se escondía entre sus nalgas, eso me puso a volar… Esa fue la primera vez que tuve la fortuna de ver a este monumento, posterior a ello trataba en lo posible pasar con mayor frecuencia en las rondas por dicho piso, alguna vez pude encontrarla en la cafetería, le invite algo de tomar mientras disfrutaba de un café expreso y su compañía, tenía una sonrisa muy linda, pude detallar un rostro alegre, mirada picara y profunda, un escote espectacularmente elegante. En la fiesta de despedida de año de la clínica pude disfrutar aun más. Pues apareció en un vestido negro de coctel ceñido, que se adhería perfectamente a ese cuerpo, resaltando una cola divinamente redondeada, un busto exuberante y firme, unas piernas torneadas y mejoradas por unos tacones, estaba realmente sensual, pude el bailar con ella, de forma disimulada mi cuerpo la reclamaba más cerca, goce de su aroma floral y sutil, no pude evitar una erección mientras bailaba algo suave, en cuanto sintió mi verga palpitante, me miro a los ojos, pude notar en su mirada lujuria, placer y muchos tesoros ocultos que no había conocido, se pego a mi pecho, subió sus manos a mi nuca y me atrajo a ella, respiraba entrecortada, sentí su cadera contra mi verga, un roce cada vez más intenso y repetitivo, le dije: me encantas, hace mucho quería poder tenerte así, y por qué no lo hizo? Pregunto. Miedo, le respondí, alguien tan atractiva debe tener demasiados pretendientes y eso asusta, me beso inicialmente de forma tierna y sutil, progresando a un beso suave, profundo y sensual, luego sentí su lengua pasar por mis labios, buscar mi lengua para jugar sensualmente, no podía mas….. Mi verga estaba cual mástil de barco pirata, palpitando, sentía que salía mi liquido pre seminal lubricaba mi glande, su roce aumentaba mi excitación, no pude mas, baje mis manos y toque ese culo perfectamente redondeado, firme cual piedra y sin vestigios de algún pliegue de su vestido, inmediatamente se me vino a la cabeza que no tenia ropa interior, esta mujer era lujuria pura…. Me atreví a proponerle que saliéramos a algún motel cercano, para fortuna mía, estábamos hacia el norte de la ciudad de Cali, nos dirigimos al parqueadero, al llegar a mi carro la aborde de frente, se apoyo en la puerta abrió sus piernas y me atrajo hacia ella, me beso mientras sus manos se posaron en mis nalgas y me apretó contra ella, baje mi mano para tocar su culo, avanzar por sus piernas y dirigirme a su sexo, para placer mío, efectivamente llegue a una vagina depilada, húmeda y caliente cual caldero de pasión, alguien paso, nos soltamos, abrí la puerta del carro, entro, me subí y prendí el carro dispuesto a buscar algo en los moteles de Menga. Durante el viaje ella subió sus piernas dirigiéndolas hacia el parabrisas, las abrió y subió su falda, exponiendo unos muslos hermosos de color canela, y un sexo limpio hermosamente atractivo, con evidencia de excitación pues se veía húmeda, dilatada con un delicioso color rosado, se toco con la mano derecha, mientras con la izquierda busco la cremallera de mi pantalón, la bajo, saco mi verga y me masturbaba de forma tan perfecta, con una presión medida y un ritmo acorde, con su pulgar acaricio mi glande, un hilillo transparente se dibujo, lo acerco a su boca y finalmente se lamio, me sentía estallar de ganas de hacerla mía, de penetrarla inmediatamente, disminuí la velocidad, con mi mano derecha acaricie la parte interna de sus muslos, descendiendo lentamente en búsqueda de su vagina, su piel se erizo y alcance a percibir como un pequeño gemido se escapa mientras arquea su cuerpo, la toco, me deleito con su calor y humedad, abro sus labios mayores, siento el palpitar de su ganas, paso mi dedo suavemente de arriba abajo, lo introduzco sutilmente, me empapa con sus fluidos, lo pruebo y la beso…. Llegamos al motel, pago la habitación, nos dirigimos al cuarto, no terminó de cerrarse la puerta cuando ya la tenía en cuatro sobre la cama, subió su falda, me regalo el espectáculo de verla con el pecho sobre la cama levantando y exponiendo su culo, su falda llegaba hasta la mitad de sus nalgas, esa cola redondeada con su vagina expuesta era puro placer visual, me arrodille y disfrute de su sabor a hembra en celo, de su aroma a lujuria, dio un pequeño brinco al sentir mi lengua deslizarse desde su ano hasta su vagina, sentí una de sus manos en mi cabeza y me halo hacia ella, fue cuando la penetre con mi lengua lo más profundo que pude, sentí sus fluidos en mi mentón, su ano aromatizo mi nariz, un corrientazo de placer recorrió mi columna hasta la punta de mis pies, sentí como ella me regalo su primer orgasmo, se dejo caer en la cama, jadeante, pero con ganas de continuar, le subí aun mas su vestido, abrió sus piernas, acaricie esas nalgas, las abrí para mi, humedecí uno de mis dedos con mi saliva y lo introduje suavemente en su ano, sentí la presión de su esfínter adaptándose a este nuevo visitante, levanto su culo, aumentando la presión sobre su ano e introduciendo aun mas mi dedo, disfrute de esa estrechez, me puse de pie, mi verga quería explotar y ser liberada, la saque, ella lo noto y se arrodillo frente a mí, la tomo con sus manos, me masturbo y me regalo una de las mamadas más espectaculares de mi vida, me miraba fijamente a los ojos, aumentando mi morbo, verla como se la tragaba toda, la lubricaba con su saliva, sentía su lengua en mi glande, acariciaba mis huevas, sentía su mano en mis nalgas para tragársela más profundamente, sentí que no podía resistir mas, la hale, la puse de pie y la empuje en la cama, abrió sus pierna y de forma brusca dirigí mi verga a esa cueva de placer, la penetre profundamente de una sola embestida, ella se arqueo y gimió, sincronizamos el ritmo de nuestros embestidas, primero rápido, frenábamos sin sacarla, muy lentamente, todo con el fin de retrasar mi orgasmo, levanto y abrió aun mas sus piernas, me aprisiono y apretó por la cadera, ese fue el detonante de mi orgasmo, no pude contenerme más y una oleada de semen le inundo lo más profundo de su sexo,, la sentí palpitar y luego, nos desvanecimos, sudorosos y con ganas de continuar una faena espectacular hasta el día siguiente. Vendrán mas historias, agradezco sus comentarios.