Este corto relato tiene su desarrollo hace aproximadamente 5 años, cuando aún disfrutaba de la libertad de la soltería, en ese momento me desempañaba como médico general y estaba saliendo con un enfermera sencillamente deliciosa en su ser, me explico, una mujer madre soltera 5 años menor que yo, exuberante y vanidosa, originaria del Tolima, una estatura decente 1,65, delgada, una sonrisa cuidada y valorada pues tenía un diseño de sonrisa espectacular que iluminaba su rostro en cada sonrisa, ojos grandes color miel, extremadamente expresivos y alegres, enmarcados en unas pestañas largas y finas, una mirada que variaba considerablemente, pues podía ir de la máxima ternura a la pasión extrema, un busto deliciosamente mejorado con unas divinas siliconas talla 36, un abdomen firme que dejaba entrever los signos de un embarazo, unas caderas amplias y deliciosas que finalizaban en un culo de ensueño, natural, firme y redondeado que daban continuidad a unas lindas piernas torneadas.

Cierto día salía de mi turno de la tarde en camino a mi apartamento en el sur de la ciudad, sin otro plan en mente, más que el de dormir plácidamente, pues me encontraba realmente cansado después de varios turnos seguidos y con uno largo programado para el día siguiente, para mi sorpresa recibo el llamado de Mónica, quien me dice:

-          ¿Estás de salida?

-          -Claro que sí, sabias que tenía turno doble.

-          ¿No se te antoja visitarme antes?

-          No es por sacarte el cuerpo ni mucho menos, pero realmente quiero dormir, como la canción de Mecano: quiero cama, pero de otra variedad, como para aliviar el ambiente.

-          Suspiro……. Te tenía algo guardado….

-          ¿No puede esperar a mañana? Pregunte extrañado.

-          Te lo pierdes, me dice en un tono muy sensual, alargando la última palabra.

Sentí inmediatamente un escalofrió de sensualidad, y curiosidad, seguido por una oleada de sangre a mis cabezas, la que piensa inmediatamente calculo la ruta y determino que no perdería mucho tiempo, la noche es joven y puedo dormir más de las 6 horas añoradas, la otra quería visitar a esta hembra poseedora de una vagina fina, delicada, vanidosamente depilada, con un aroma dulce cuando se excita liberando el néctar de su pasión.

-          En seguida salgo, paso por tu apartamento en 15 minutos y acelere.

Me presente en la portería, me anunciaron y se me autorizo seguir al 5 piso de la torre en donde vivía, espere ansiosamente la llegada del ascensor, con un grado de excitación muy alto, timbre con una curiosidad máxima…….

Se tardó aproximadamente 10 segundo y abrió muy suavemente, asomó su rostro escondiendo su cuerpo de mis ojos, formando un escudo con la puerta, tenía el cabello suelto, húmedo aun por la ducha reciente, un aroma floral muy sutil y elegantemente sensual me llegaba con el viento generado por la corriente de aire del gran ventanal de su sala comunicado con la puerta, n había los rizos tenuemente insinuados por la humedad del cabello.

Puedes pasar, me dijo, orientándome con su mano izquierda en dirección al balcón que se comunica con su sala de espera.

Avance sin sospechar nada, ohhhh sorpresa máxima…… estaba vestida con un delicioso baby doll de encaje negro, ceñido a su cuerpo, semi transparente, sin sostén y con una fina tanga de tiritas que escasamente se opacaba en su pubis y se perdía entre sus nalgas, sus senos firmes, unos pezones oscuros pequeños y unos pezones firmes y duros que me decían lo excitada y dispuesta que se encontraba, me tomo de la mano y me llevo al balcón, no pude sino dejarme llevar por esa imagen casi etérea, todos mis fetiches cumplidos en esa espectacular imagen, el palpitar de mi verga sincronizado con la taquicardia súbitamente generada por esa visión, me generaron una oleada de calor en el rostro, mis orejas hervían, mi vista se tornó borrosa por una fracción de segundo, mi cuerpo se dejaba llevar por su mano, se posó sobre el balcón, una vista sencillamente espectacular, sus manos apoyadas en el borde se inclinó suavemente bajando su pecho casi al nivel de sus manos, su espalda recta, su culo se elevó e insinuó aún más, apoyada en la punta de los pies, generando la visión de esas piernas largas, torneadas y bronceadas, por esta extensión, el baby doll se elevó, dejando expuestas esas nalgas firmes y apetitosas, no pude más que seguir mis instintos y pegar mi cadera contra su culo, mi erección inmediatamente se amoldo perfectamente entre sus nalgas, a pesar de la barrera de mi pantalón, mis manos se posaron en sus nalgas disfrutando de su textura, avanzaron al frente gozando con sus caderas y luego estrechándose en su cintura, encontraron las adelante sus senos cubiertos por esa tela suave y delicada, insinuando sus pezones erguidos y orgullosos de su dueña…………

Me halo hacia ella de forma firme, poso su pecho en el borde del balcón mientras su otra mano me acariciaba la erección, busco el botón de mi pantalón y procedió a desabrocharlo, lo bajo, liberando a mi verga erecta y húmeda, firme cual ariete de guerra romana, deslizó su tanga y lo dirigió hacia aquella fuente de placer, la penetración fue violenta y profunda, sentí escapar un pequeño gemido, asociado al arqueo de su espalda, sentí la estrechez, humedad, calor de su lujuria y arrechera, sentí que estaba tan ansiosa y antojada de tenerme como yo a ella, me sentí todo un dios griego, plácidamente deseado y en ese momento el hombre más afortunado del mundo, tener una puta tan hermosa y arrecha para mí.

Mis envestidas fueron aumentando de intensidad y profundidad sincronizadas con la presión de su culo contra mi cadera, el espectáculo visual era único, su vagina devorando cada centímetro de mi verga, se deslizaba frenéticamente ayudada por los fluidos de su sexo, el placer era supremo, intente distraerme un poco para contener lo inminente…. Cambio su posición intento erguirse, respingando aún más su culo, posando mis manos en sus generosas tetas, las tome, su cuello y nuca a la altura de mi boca la bese, mordisquee su cuello, mi mano derecha se dirigió a su cabellera, la tome firmemente y la hale hacia mí, le susurre al oído lo excitado que estaba,

-          ¿Te gusta mi perra? Le pregunte, ¿gozas mi verga?

-          Soy tuya me respondió

No pude más, mis piernas temblaron, mi visión se nublo, mi verga tenia vida propia y mi cadera no paraba de moverse, una corriente bajo desde mi cráneo hasta mi coxis, avanzo por la base de mi verga y finalizo en mi glande, espasmos casi dolorosos seguidos de un chorro de semen abundante y cálido en su vagina…

Fue solo el inicio de esa faena, faena que aún recuerdo con erecciones…