Se que me va a costar mucho recuperarme de esto pero creo que mis bajos instintos igual me hubieran llevado a lo mismo.

Hace 2 meses era profesor de Física en un colegio femenino del norte de Bogota.Dicto En los grados decimo y once.He trabajado allí por dos años.Nunca se me paso meterme con una alumna ni nada parecido.

Estaba yo en mi escritorio cuando me percate que los trabajos para calificar los había dejado en el laboratorio.Eran como las 11 de la mañana y todas las alumnas estaban en clase.Volvia yodel laboratorio cuando escuche que en el salón de Once un gemido.Las niñas estaban a esa hora en unas pruebas de danza para la izada de bandera del viernes.Cuando entro en el salón veo a Laura una niña de unos 18 años en la esquina. Al entrar se quedó pálida y me acerque a ver qué le ocurría.

Hola Laura te escuche quejándote. Estas bien?Ella no contesto y solo miraba al piso.

Te sientes enferma, llamo a alguien?Allí respondió,Nooestoy bien gracias.

Me quede mirando que ocurría y o mi sorpresa ella tenía sus interiores abajo en los tobillos. Y trataba de ocultarlos con los pies.Me quede mirando levante la mirada muy seco y la vi a los ojos.Laura. Le dije.Ella termino de quitarse sus interiores y salió corriendo del salón.Me agache a recogerlos y lo único que hice fue meterlos en el bolsillo de mi bata. Eran unos cacheteros blancos de corazoncitos rosados y un moñito al frente.

En la tarde luego que salió todo el mundolos saque y los quede mirando. Los guarde en una bolsa negra y los deje al final del escritorio.

Al siguiente día, tenía que dar clase en el salón de ella.Entre la busque con los ojos. Ella se sienta hacia el centro del salón como en el tercer puesto.Estaba ella pero no me sostenía la mirada. Asi fue como 4 o 5 clases.Nunca le dije nada. Un día que todos salieran a descanso se acercó a la sala de profesores entro y me pregunto muy seca.Usted aun los tiene?.La mire fijamente abrí el cajón del escritorio y del fondo saque la bolsa negra y se la deje en las manos. Ella abrió miro y se fue.

Pensé que allí iba a quedar todo. En las semanas siguientes cuando había un quiz, algún examen o un trabajo. Ella solía ponerme corazoncitos en las hojas. O caritas felices. Le veía en clase que me sonreía. Le regresaba la sonrisa, de forma muy inocente. Una de las clases ella se sentó no de la forma más propia para una señorita. Desde mi escritorio podía ver todo.Tenía los mismos cacheteros de esa vez.Cuando ella noto que le veía. Se paró y me dijo que si podía ir al baño. Si claro Laura.Al rato regreso y se quedó igual que antes.Al mirar note que no tenía nada puesto. Levante la mirada ella sonrió y solo abrió las piernas un poco más. Eso me éxito muchísimo.

Paso lo mismo dos ocaciones mas.Y me dije que esto no podía seguir asi.MI error, no contarle a nadie.Me acerque a ella a la hora de descanso y la llame a la cafetería.

Si profe.

Laura creo que es importante que hablemos de lo que está pasando

No pasa nada?Que ud me gusta y ya.

Laura soy tu profesor y eso no es correcto. Soy un hombre casado y tu eres una menor de edad.

Pero yo se que le gusto, o no me miraría asi.

Ese no es el hecho, la cuestión es que no es correcto y me puede costar mi trabajo.

Nadie se va a enterar, yo no le voy a decir a nadie y ud tampoco.

Como sabes que no le voy a contar a la rectora?

Porque ya lo hubiera hecho. Dijo ella.

Me dejo mudo

Ese viernes que termino la jornada escolar. Salí tarde terminando de organizar lo que tenia que hacer para la otra semana. No quería llevarme trabajo a casa.Cuando estaba en el parqueadero. Laura llego y me tapo los ojos. Gire rápido y me dijo Bu!, casi que no sale.

Que haces acá Laura?

Esperándolo

Y porque? En ese momento se lanzó sobre mi y trato de besarme.

Para robarle un beso.

Yo me aleje. Que haces.

Trato de besarlo, pero si se mueve tanto no voy a poder.

Y quien te dijo que quiero que me beses.

A no?,se alejó y se desabotono tres botones de la camisa blanca del uniforme. Abrió un poco y con una mano se masajeo un seno bajo el brasier blanco que tenia puesto.

Te en enloqueciste! Que haces?

Yo solo pensé en salir de allí.Abrí el carro y le dije que subiera. Ella subió y Salí lo más rápido posible. Conduje por la autopista hasta entrar por una de las calles de las tiendas de carros que hay al norte de la ciudad casi a las afueras.Allí me estacione. Ella se lanzo sobre mi nuevamente y me beso y no pude contenerme el no besarla. El no tocarla. La verdad es que desde que tuve su ropita interior en las manos no podía dejar de pensar en ella. Ella metió la mano en la maleta y de allí saco sus pantaletas blancas de corazones. Luego paso y se sentó sobre mi regazo.Yo solo le decía. No debemos hacer esto, Pero no la detenía.

Yo se, igual quiero.

Ella busco mi cinturón lo abrió bajo mi cremallera y saco mi pene que hace rato estaba duro. Alli me dijo, si sabe que no tengo nada debajo de la falda.

Si lo supuse.Cogió mi pene y empezó a metérselo.

Laura no por favor.

Si profe quiero que me la meta, métamela. Métamela porfa

Y muy lentamente tomo mi verga y se fue metiendo mi pene dentro de ella. Estaba mojada se sentía muy rico.

Abrí su camisa y acariciaba sus senos. La besaba con fuerza.

Ella me empezó a decir que se sintió muy excitada de que yo le hubiera descubierto masturbándose ese día. Y que como guarde el secreto quería compartir conmigo sus deseos. Hicimos el amor lo más rápido posible. Temía que nos vieran.

Luego le lleve a casa. Todo el camino la seguía teniendo aun dura pensando en esta niña de pelo negro oscuro y de pecas de ojos cafés, de senos pequeños como peritas y cintura como guitarra. Pensaba en esa piel suave joven y en esa vagina húmeda que solo goteaba cuando le acercaba mi pene. Quería poseerla metérsela una vez más.

El juego se puso complicado nos veíamos todos los días. Íbamos a un motel y hacíamos el amor por horas. Era insaciable esta niña.Era de esperarse que nos descubrieran. Una compañera de ella nos delato.Yo perdí mi trabajo. La familia me demando y ella la enviaron fuera del país. Mi mujer me dejo.

Ya no se mas de Laura. Pero aun cuando pienso en ella me masturbo y me pierdo en la perversión de haberme comido esa niñita.