Llevaba meses sin saber de él, de repente encontré una vieja conversación que sostuvimos y me anime a escribirle de nuevo, después de un breve saludo decidí no perder el poco tiempo solo que tenía y le pregunte si quería clavarme de nuevo, Camilo de hecho es el único que me ha clavado en los últimos meses, es tan rica su verga que no se me antojaba más sexo después de sus clavadas... aquel día sentí le necesidad de ser clavado, para mi fortuna el recién llegaba a casa y logre animarlo lo suficiente con unas fotos para hacerlo subir, con la promesa de que le sacaría toda su leche; después de unos 10 minutos sonó el teléfono anunciando su llegada, ya estaba preparado como siempre lo recibía, en jean, sin boxers, y sin camisa, un breve saludo y para mi cuarto, me senté en el borde de mi cama, se paró frente a mí y saque su hasta ahora dormida verga para tragármela toda y sentir como aumentaba su tamaño en mi boca; no había pasado más de un minuto cuando ya la tenía hasta el fondo de mi garganta haciéndome dar arcadas, entrando y saliendo disfrutando su grosor, agarrando sus piernas y culo para no dejarlo alejar mucho, lamia toda su cabeza, chupaba ocasionalmente sus guevas, pero toda mi atención estaba en ese tronco grueso de carne que deseaba comerme. Después de dejarme sentir el sabor de su lubricación me puso en cuatro para poder chuparme el culo, - en parte es de lo que más disfruto de sus clavadas, esa maravillosa forma de chuparme el culo que hasta ahora nadie ha igualado – comenzó a alternar sus chupadas con punteadas de su verga, esta vez quería sentir toda su leche dentro de mí, ya antes la había saboreado, ahora definitivamente quería que me “preñara” como algunos dicen… aunque a decir verdad no sabía cómo aun… se puso el condón y me la clavo sin piedad, sabia ya como me gustaba sentirla, espero a que mi culo se acostumbrara un poco y comenzó su vaivén con un ritmo frenético, cuando se cansaba yo alternaba moviendo mi cadera para hacerlo llegar más rápido, me agarraba fuerte de la cintura y me empujaba hacia el para evitar que lo hiciera venir, sentir toda su verga adentro me tenía en el excitante punto de dolor y placer, era su puta, podía tratarme a su antojo, quería más de él, giraba mi cabeza para ver su cara de placer al clavarme y hacerme suyo, él ya tenía todo de mí, me había convertido otra vez más en su puta, decidí parar, sacarme esa verga y quitarle el condón, chuparlo de nuevo y ofrecerle de nuevo mi culo, se quedó pensativo con su verga en la entrada de mi ano, comenzó a puntear jugando de nuevo; en una de sus punteadas me lo clave del todo y apreté mis piernas para sentirlo mejor, eso sin lugar a dudas lo puso a mil su embestidas aumentaron su ritmo hasta que de repente sentí caliente todo mi culo, dejo toda su leche dentro de mí, siguió sus embestidas hasta hacerme venir lo cual no fue mucho tiempo después.
Paramos, con mi culo derramando leche y un poco adolorido fui al baño a limpiarme mientras él fue al otro; nos organizamos de nuevo y tal como antes una escueta despedida.
