Crear ficciones es el único medio dichoso de ser loco, sin ir al manicomio.

Satiriaco.

 Es de noche y las estrellas del firmamento lucen opacas por las nubes grises, y el olor normal de las cosas cambia por el aroma a lluvia que empapa el ambiente. Él está en su habitación tirado en su cama, mientras K, se desviste poco a poco, preparándose para el baño de rutina, Él está desnudo, con el teléfono celular en la mano, presto a llamar a K, resuelto a intentar algo nuevo, quiere escuchar su voz excitada, oírla gemir, no sabe como lo logrará, pero hará que se toque, quiere tener su mente antes que su cuerpo; K, rompe con su figura la forma de la luz y su sombra se proyecta sobre el mármol blanco, está excitada, y sus pezones sensibles, despiertan el morbo hacia sí misma; Él tiene la verga dura, no necesita mucho tiempo para tener una erección, sólo pensar en ella basta; K, entra a la ducha, mira el jabón, toca su cuerpo, sabe que necesita sexo, no hacer el amor, no quiere escuchar la pregunta estúpida “de si le gusta”, ó "así mi amor" No, ella quiere y necesita sexo básico, fuerte, rudo, salvaje, así que con impetuosa calma dirige las manos al sur de su cuerpo, descubriendo suavemente los labios mayores, el clítoris erecto, su vagina dilata, húmeda, caliente y su cuerpo se estremece al tacto y mientras suavemente a empieza introducir, el dedo corazón en su vagina mientras el índice roza el clítoris pausadamente, perfectamente, y a cada milímetro que irrumpe en su intimidad ella experimenta el  placer que necesita sentir; Él marca el número de K, quiere decirle que se masturben juntos, quiere que ella escuche de viva voz la explosión de su deseo, en medio de sus manos; K, gime, disfruta, se muerde los labios, tres dedos de su mano derecha llenan la cavidad de su vagina, mientras la mano izquierda se encarga del clítoris; Él, insiste, dos veces más, sistema correo de voz, ¡Maldita sea! Deja el teléfono sobre la cama, y se masturba pensando en K, otra vez es K saltando sobre su verga, es ella de nuevo de espaldas contra la pared mientras la penetra constantemente,  fuertemente, y le azota el culo con sus manos y le sujeta el pelo, nuevamente es K, chupando su verga mientras Él, introduce la lengua en su vagina y acaricia su clítoris en un sesenta y nueve apoteósico; K escucha el sonido de su celular, pero nada evitará que ella siga procurándose placer, ella quiere más, dos orgasmos lleva, pero quiere más, necesita más; Él, siente venir por el tronco de su falo la inminente eyaculación; K, mete sus dedos una y otra vez en su humanidad y piensa por tercera vez en éste día en un atrevido advenedizo, no en quien le toca, no en quien debe pensar; Él, gime como enajenado, mientras el semen cae por todo lados… En el preciso momento en que K, experimenta su tercer orgasmo.

Él continua con su erección a pesar de la eyaculación, K, respira agitada, su corazón late incansable y su vagina se contrae una y otra vez, aún presa de la excitación…

Él marca un número que sabe que no debe marcar.

Un teléfono suena por cuarta vez en la habitación de K…