Debo aceptarlo...soy un maldito infiel...no hay nada que hacer.  A Caro, la conocí hace poco mas de 6 mese en el trabajo.  Es una mujer madura, inteligente, normalita para mi gusto, casada como yo y en realidad sabía que ella me coqueteaba, pero una día al aceptar su invitación a un café no pensé que pasaría lo que ha venido pasando.

Una vez, después de muchas conversaciones y de confianza que se crea, el tema se fue poniendo caliente.  Nos dimos cuenta lo mucho que nos gustábamos y terminamos en un motel del sur de la ciudad.  Esa primera vez no fue nada especial, aunque me dí cuenta que en el sexo lo mas importante es la actitud.  Si, en realidad no es una mujer despampanante, pero se fue volviendo bella con el tiempo...  En ese motelito del sur de la ciudad, mientras llovía, su tímida desnudez me hizo pasar un rato muy agradable. Ambos sufrimos algo de pena moral por ser casados y con hijos, pero del beso tímido pasamos a la desnudez por pasos:  "volteese que me voy a quitar la blusa", me dijo, mientras se quitaba su brasier.  Me le reí y la besé un poco mas apasionado, le ayudé con su brasier, y así seguí hasta que la dejé desnuda en la cama.  Sus grandes tetas un poco escurridas eran la puerta de entrada a su excitación...se las chupé hasta que me confesó que era lo que mas le excitaba, entonces se las chupaba mientras le tocaba su lubricada vagina...   De ese tímido primer encuentro quedó un lazo fuerte, de sexo y de emociones que poco a poco fue creciendo.   Hubo un encuentro que siempre lo recuerdo y para no olvidarlo lo dejo escrito aquí...Antes de entrar a otro motel, ambos hablamos con nuestras parejas matrimoniales, dijimos que tal vez nos demorábamos un poco y en nuestro trabajo...simplemente nos volamos.

Al entrar a el motel nos besamos muy apasionados, como siempre, le beso tocándole su culito paradito, ese que me obsesiona, le meto ambas manos por el jean, y le aprieto contra el mio, con mi amigo endurecido.  Le quito la blusa, su brasier, le besos los pechos, y así poco a poco,le descubro su cuerpo para que sea totalmente mio.  De ella me encanta la forma en que su vagina se lubrica...es una humedad gruesa, como aceitosa, que uno alcanza a refregarla en toda su entrepierna, aunque debo confesar que sus pechos no es lo que mas me guste besar.  Definitivamente su húmeda entrepierna me vuelve loco, e invito a mi lengua a jugar con su pequeño pero explosivo clítoris.  Esta dama es multiorgásmica, le doy uno con mi lengua y luego es el turno de mi pene.  Con ella pasa algo muy particular y es con  quien duro mucho en tiempo...en una sesión de bombeos le ofrezco a esta mujer dos orgasmos mas.  En cuatro,  le chupo su vagina de nuevo y le clavo la vagina hasta que le chorreo mi crema adentro...siempre me deja exhausto, pero a ella durante mi descanso no hace mas que acariciarme y se dedica a mi pene ya flácido...oh sorpresa;   en el momento de este oral, comienzo a responder...estoy muy excitado...otra vez. 

Mientras ella se dedica a la felación, se voltea y deja a su culo mirándome (como en un 69)...alcanzo a ver su brillante vagina excitada...otra vez...no hay mas remedio que tocarla mientras sus rosados labios chupan mi pene.  Le masturbo con mis manos, y no aguanto ese paisaje y recurro con mi boca besar esa brillantez que sale de su vagina, y mi lengua pasea de nuevo su entrepierna y es inevitable un beso negro...

Ella definitivamente quería mas...se voltea de nuevo y empieza a cabalgar y brinca en mi pene hasta que consigue su otro orgasmo,  yo solo lo disfruto, y al sentirle mas relajada, le pongo en cuatro para que mi amigo no pierda flacidez y de nuevo le clavo su vagina, mientras lubrico mi pulgar con saliva como si fuera a contar billetes, y mientras clavo y clavo, le hago un masaje a su ano con mi pulgar.  Ella gime, me excita mucho mas, y termino botandole, lo que me queda de leche sobre su culito paradito, le chorreo mi semen en sus nalgas y  su ano, y tiemblo y ella tiembla...por segunda vez en ese día, caigo de placer sobre su sudado cuerpo, que huele sexo y a deseo...

Al finalizar la tarde nos vestimos con pesar...en un beso apasionado nos montamos al carro, me lleva a una estación del metro y nos despedimos sonrientes de saber y de soñar como será nuestro próximo encuentro.