Angelica era una compañera de la oficina. Es rubia, alta, delgada, piernas largas y firmes, abdomen plano y definido, ojos expresivos, labios rojos, gruesos y sensuales, contrastantes con su claro todo de piel, manos suaves, piel tersa, trasero en forma de pera, senos pequeños y un olor estupendo cada que me acercaba. Se me hacia agua la boca cada vez que la veía, creo que no era solo la boca lo que se me hacia agua. Una vez salimos tarde de la oficina, nos encontramos en el pasillo por casualidad. Era un jueves, 7 de la noche. Creo que nos merecemos una cerveza por trabajar tan duro, le dije. Ella acepto. Fuimos a bar cerca a la Oficina. Me senté cerca de ella. Su olor me envolvía, perdía toda mi voluntad. La conversación fue subiendo de tono a medida que nos contábamos experiencias excitantes. Mi mano aterrizo lentamente en sus piernas. ella tenía una falda, un poco corta, pero no demasiado. sin embargo podía acceder a la suavidad y calor de la piel de su entrepierna. Ella no dijo nada. La excitación se comenzaba a notar en sus ojos. Sus manos acariciaban mi mano libre y apretaba un poco cada que mi mano en su pierna subía un poco mas. El calor y la humedad se incrementaban cada que deslizaba mi mano mas y mas arriba hasta encontrar sus húmedos labios debajo de su falda. Note cuan caliente estaba. Ella solo apretó mi mano y sonrió. mis dedos descansaron allí. comenzaron a moverse de arriba a abajo sobre sus labios, haciendo círculos sobre sus panties que ya se sentían húmedos. yo continuaba hablando, le relataba lo que sentía mientras la acariciaba. Me encantan los sitios públicos, son super excitantes. El calor entre tus piernas me excita muchisimo, deberías sentir cuan dura me pones la verga. Antojas muchisimo a mi lengua de estar allí abajo lamiendote. ella solo asistía con la cabeza. Se humedecía los labios con su lengua y respiraba cada vez mas rápido. Mis dedos se escabulleron entre sus panties y encontraron su clítoris. Lo acaricie suavemente pero con la mayor intensidad que pude. sus piernas temblaban. ella me miraba directo a los ojos. Se mordía los labios deliciosamente. yo sentía como escurrían fluidos por entre mis dedos. No me detenía. Ella intentaba cerrar las piernas cada que se contraía, pero yo mantenía la intensidad en mis dedos, acariciando su clítoris de arriba a abajo, de un lado para el otro. Sus manos no dejaban de apretar las mías. Su respiración pareció detenerse por un par de segundos. Las contracciones en su abdomen se incrementaron y se hicieron mas prolongados. Sentí un flujo abundante de cálidos líquidos en mi mano. Ella cerro los ojos y soltó un gemido en tono bajo pero muy intenso. Yo sentía las contracciones en su vagina. Sus piernas también temblaban de forma incontrolable. me retiro la mano de su entrepierna cuando aun no podía controlar los movimientos de sus piernas y con una sonrisa gigante en su rostro y sus ojos completamente luminosos dijo: que delicia venirse en tus dedos.