He aquí mi segundo relato...

Intento dejar de ser infiel, pero me es imposible...En uno de mis viajes laborales tuve que permanecer unas 13 horas del día en una finca..,ahí almorzaba, comía, pasaba mucho tiempo en ese lugar, fue inevitable relacionarme con las personas del lugar, incluidas las damas...Eran tres, doña Martha (la mamá, unos 37 años), Paola (la hija, decía tener 13 años) y Jhoana (la sobrina, 23 años). Mucho se habla acá en el Valle de lo arrechas que son las pueblerinas, y junto con mi grupo de trabajo lo pudimos comprobar...Bastaron un par de semanas para que todos y cada uno de nosotros fuera presa de miradas, piropos y coqueteos por parte de las damas, se que esto merece cárcel, pero le cargaba un morbo gigante a Paola,  a sus 13 años tiene unas tetas gigantes, y constantemente andaba en leggin, lo cual hacia que se le marcara su enorme pan...A Pao me la gano uno de los trabajadores, una vez los vi besándose y manoseándose en el patio...Así que mi cuento empezó con Jhoana, una chica delgada, estatura baja, cola paradita y bien proporcionada, senos no tan grandes pero super parados, todos sabíamos que no usaba brasier e igual esas tetas siempre apuntando al frente. 

Pasadas cuatro semanas de estar lejos de mi esposa, la verga me pedía acción a gritos, ya para ese momento tenia mi cuento con Jhoana, besos a escondidas en el patio, en el baño, cruce de fotos, caricias en las zonas oscuras de la finca, así que decidí no darle mas largas y la cite en el pueblo más cercano, quería degustar ese postre con calma, e ir a un motel en el carro de la compañía, le ponía ese toque de riesgo ideal para la ocasión. Ella vestía una camisa más bien elegante, unos jean que le marcaban ese delicioso culito, un perfume de esos que te rematan cualquier voluntad de ser fiel. 

Empezamos a besarnos en el cuarto, besos húmedos que subieron muy rápido la temperatura, al llegar al motel, la note algo nerviosa así que pedimos una botella de licor, bebimos un par de copas y la acción empezó, nos besamos, nos agarrábamos todo, yo acariciaba su espalda, apretaba su cola, con un movimiento sutil se sentó sobre mi, sentía como su respiración era gruesa y sus besos sabían a toda esa pasión acumulada, me quitó la camisa, yo desnudé su torso, y por fin tenía ante mis ojos sus hermosos senos, color canela, besé sus pezones con tanto gusto, la recosté en la cama, quite mi pantalón, mientras ella hacia lo propio, de espaldas a mi...dejando ver ese hermoso culo, para el momento solo cubierto con una sutil tanga color rosa...la tomé en esa posición...besaba su espalda mientras mi polla reposaba sobre su culo, se la deslizaba de arriba abajo, sintiendo cada vez más caliente su zona genital. Luego ella se giró hacia mi, se sentó al borde de la cama y comenzó a mamar como toda una profesional, humedecía el tronco de mi pene de una forma que me daba una sensación única. Le saque el pene de su boca para degustar su coño, el cual estaba totalmente depilado y mojado, su vagina es muy bien formada, para haber tenido un parto natural, su clítoris grande y rosado se estremecía con cada lamida, yo estaba en un éxtasis único, bebiendo por completo sus jugos, que cada vez aumentaban más, hasta que ambos no rendimos al deseo de unir nuestras carnes...

Tuvimos sexo por varias horas en diferentes posiciones, esta mujer cabalgaba con movimientos únicos, tanto que me era difícil creerle cuando me decía que yo era su segundo hombre. Por alguna razón a pesar de que sentía que estaba super cargado de leche, tarde mucho en venirme, ella ya había alcanzado por lo menos tres orgasmos y el cuarto fue monumental, sentía como sus paredes vaginales se calentaron al máximo, se contraían con fuerza, y me decía que se iba a correr a chorros, yo sabía que así sería, y no me quería perder esa escena, así que saque mi polla para dejar que ese chorro delicioso cayera sobre mi...

Finalmente ambos debíamos irnos, así que me dijo: "quiero darte un premio", me montó de nuevo y empezó a cabalgar de una forma única, con ganas, con fuerza, como presagiando lo que pasaría, me levante un poco hasta la altura de sus senos, ella puso sus manos sobre uno de sus pezones, y presionó, dejando caer un par de chorros de leche materna, sobre mi cara, acto seguido hizo lo mismo con su otro seno, al tiempo que yo dejaba caer todo mi semen dentro de esa rica vagina, no bebí de lleno ese manjar, solo lo saboreé, era algo salado, de sabor neutro...me sonrió de forma pícara, nos besamos intensamente, nos vestimos y prometimos repetir, algo que lamentablemente hasta la fecha no pasa...

Queridos amigos, este es mi segundo relato, me encantaría en uno próximo contarles como mi esposa al darse cuenta de la infidelidad, me montó los cachos con uno de su ex, y luego me lo relató, en ese momento ambos nos dimos cuenta que nos gusta ser cornudos...Pero eso será para una próxima, espero sus comentarios no se si este narrando bien o mal y deseo mejorar los relatos para Ustedes...