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Noche De Ensueño

Fusagasugá, Septiembre 2 de 2017

Cerré mis ojos como para no disimularlo. Mis parpados cayeron pesados y bajo la oscuridad de mi visión mi garganta dejo salir ese intenso gemido de pasión. Sentí inmaculado ese maravilloso corrientazo que recorrió mi cuerpo de pies a cabeza. Lento y pausado ese delicioso orgasmo me lleno a pleno y sentí como mi cuerpo flotaba sobre ese sofá de las pasiones. En medio de mi éxtasis podía sentir las pulsaciones de mi corazón a 180 por hora completamente excitada por el placer mientras mi estrecho sexo se rebosaba de erotismo.

-“Que ricooooo… diooooosss”, grite a pleno dejando caer mi cabeza sobre el espaldar del sofá, mientras con rabia y vértigo mis manos sudorosas se aferraban a él.

Levante la cabeza de nuevo y abrí con pereza los ojos y el rico orgasmo que me drogaba me hacía volver a la realidad. Al frente mío, justo detrás del sofá, Julián, mi esposo, completamente desnudo y sudoroso, se masturbaba masajeándose su erecta verga de la cual brotaban y escurrían sin pena ni gloria espesas gotas de amarilloso semen que caían al piso en todas las direcciones. Su cara desfigurada por el placer me decía que vivía un momento solemne de intenso orgasmo masculino mientras su madura verga eyaculaba su veterana leche sobre el piso viendo como otro hombre, en frente suyo, se culeaba a su sexy, amada y bella esposa.

Mi cuerpo desnudo aún se sacudía y se movía ya lentamente acomodado sobre el sofá de la sala. Yo estaba en cuatro, en posición perrito, con mis piernas entreabiertas y recostada sobre el espaldar del sofá, y atrás mío, el aun mecía su firme y rica verga en lo profundo de mi empapado sexo. Sus manos, también sudorosas, se resbalaban sobre mis pesadas tetas, mientras su obeso abdomen permanecía unido a mis esbeltas y vanidosas nalgas dejando que el cadencioso movimiento de su pelvis golpeara lento y parsimonioso contra mi trasero. Su verga, gruesa y firme, machacaba sin compasión mi sexo y atrapada en lo profundo mi vagina se movía entrando y saliendo de ese húmedo lugar de las pasiones.

Sentí perfecto esa intensa sensación de ardor y calor en lo profundo de mi sexo. Me sentí un poco incomoda al darme cuenta de que la verga de Julián no era la única que había explotado. La hinchada cabeza de su duro miembro, cadenciosamente rozaba mi clítoris y me entregaba esa exquisita y única sensación de sentirme complacida sexualmente, mientras ese sonido acuoso de su verga entrando y saliendo de mi tesoro adornaba la sala donde yo se lo entregaba.

Reposaba ya en lo profundo de mi vagina esa segunda brutal derramada y su maduro y espeso semen llenaba a rebosar mi sexo, mientras su verga sin condón aun terminaba de eyacular los últimos chorros de su hirviente leche.

Finalmente mi cuerpo y el suyo detuvieron su movimiento y un silencio cómplice lleno la sala de la casa finca donde yo compartía mis tesoros con un hombre diferente de Julián, mi esposo. Imagino yo que el espero a que las ultimas gotas de su esperma se vaciaran en lo profundo de mi vagina.

-“ufff.. no me joda… que derramada tan rica Carolina… llevaba 5 tortuosos años yo deseando culearmela así en esta posición y dejarle esa cuquita llena de semen…”, dijo el retirándome su erecto miembro de mis entrañas.

-“No se imaginan lo que soñaba yo, poniéndola en cuatro y montármela así…. O que Caro se me sentara en las piernas y comerme ese par de tetas de ensueño… Y lo rico que debe ser meterle la verga despacito por entre esas nalguitas… con ese trasero de reina tan divino el suyo metérsela por el culo debe ser pa’morirse uno…”, dijo el con su respiración entrecortada.

-“Ven amor”, me llamo Julián quien aun masajeándose su verga se sentó a mi lado en la esquina del sofá.

Me pare con incomodidad del sofá. Me sentía empapada y al ponerme de pie sentí como un hilillo de semen se escurría de mi sexo. Me acomode de nuevo mi cabello rubio y lacio viendo la cara de Julián quien me sonreía ya sentado en el cómodo sofá.

-“Te ves como una diosa”, agrego viendo mis tetas y luego bajando su mirada a la raja de mi vagina, ya llena del semen de otro hombre.

Julián me tomo de las manos, me sonrió y me senté sobre sus piernas ligeramente entreabiertas. Acomode mi pelvis sobre su erecta verga y deje escurrir mi cuerpo sobre el suyo para sentir como se me hundía lenta y placentera. Julián cerró sus ojos de placer y soltándome coloco sus manos sobre mis caderas. Sentí perfecto como su verga se hundía en mi sexo hasta el fondo.

-“Regálame esos pechos belleza”, dijo el abriendo los ojos y viendo embelesado mis robustos senos 36D naturales.

Le sonreí y deje escurrir mi torso desnudo sobre su cara. Julián de inmediato se llevó mis senos a su boca y como caminante desesperado y sediento encontrando un oasis en el desierto, empezó a devorarse y a chuparme las tetas con desenfrenada pasión. Después de 7 años de matrimonio jamás había visto a mi esposo tan emocionado disfrutando de mis pechos, mientras su madura verga reposaba en mi sexo.

Sin perder un segundo, atrás mío, sentí como las veteranas manos de mi afortunado amante recorrían mi espalda sudorosa y escuche una voz que me susurraba al oído con delicadeza:

-“Sera que me dejas consentirte por detrás Carolina?... ya sabes porque envidio a Julián... que hombre tan afortunado por tener una dama como tú a su lado… con esa sonrisa maravillosa, esa mujer tan luchadora y echada para adelante.. Y con esas tetas tan ricas y ese culazo de reina tan divino pa’hundirle la verga hasta el fondo..”, dijo el, dejando escurrir su mano derecha sobre mi pompis para acariciarme de nuevo mis labios vaginales salpicados de su semen y luego subir lentamente para introducir con cuidado y cariño su dedo índice en lo profundo de mi ano.

Julián, al escuchar esa halagante comentario soltó su boca de mis senos y me miro a los ojos correspondiéndole:

-“Hágale Doctor… Carolina y yo estaremos siempre agradecidos con usted por todo lo que ha hecho por nosotros… y ambos sabemos que 5 años de espera valieron la pena”, agrego Julián.

-“Sabes que te amo bebe.. eso nunca lo olvides”, le respondí mientras los brazos del Doctor se abrazaban sobre mis caderas empujando mi torso desnudo sobre Julián.

Julián y yo nos miramos fijo a los ojos, con respiración entrecortada. Parecía que mentalmente nos quisiéramos decir algo, pero nuestras bocas no lo permitieran. Las pulsaciones de mi corazón estaban aún a 180 y con nerviosismo me preparaba para era primera vez con dos vergas dentro de mi cuerpo.

-“Si lo se amor, sé que amas.. Y sabes que yo llevaba también esperando 5 años por este momento”, me respondió mi esposo.

-“sabes que lo hago por nosotros mi vida…”, solo atine a decir tan pronto sentí como la sudorosa cadera del Doctor  se posó por detrás sobre la mía y por el medio de mis vanidosas y paraditas nalgas de mujer caleña su flamante erecta verga se posiciono con dificultad en la entrada de mi ano.

Mire a Julián de nuevo fijo a los ojos hasta que no pude contener más la intensa emoción y la excitación de ese momento, dejando que mis ojos se cerraran y gimiendo con dolor levante mi cabeza hacia el techo de la sala y empecé a quejarme desde lo profundo de mi alma de mujer al sentir como la verga del Doctor se empezó a esconder lenta y coqueta por entre mi trasero y con dificultad las paredes de mi ano se dilataban con molesta pereza mientras el, finalmente, tras 5 años de tortuosa espera le metía su verga por el culo a la sexy y vanidosa mujer de Julián, esa amigable y bondadosa caleña.

El también gimió con rudeza, como si le estuvieran torturando con intenso dolor.

Me enceguecí. Quede dormida y aturdida. Pasaron eternos 15 segundos en los que sentí como cada centímetro de su verga se hundía en mi pompis, hasta que finalmente se escondió toda en mi ano.

Abrí los ojos de nuevo y la mejor recompensa fue ver la cara de éxtasis de Julián, mi esposo. Estando sentada sobre su verga, los ojos de Julián acababan de presenciar la reacción de su amada esposa, mientras otro hombre, detrás de ella, le metía la verga por el culo y le empezaba a hacer el sexo anal y de paso a entregarle una doble penetración, al mismo tiempo que su verga permanecía enterrada en su sexo.

Los ojos de Julián lo decían todo. Su expresión valía más que mil palabras. Sus ojos, brillantes y vidriosos no parecían disimular lo que acabada de ver mientras su verga atrapada en la vagina de su adorada esposa, era un testigo silencioso de como otro hombre de 50 años le abría las tonificadas y atléticas nalgas a su esposa, su Carolina del alma, para meterle la verga por el culo hasta el fondo, allá, donde muchos de sus amigos y compañeros de trabajo darían lo que fuera por hundir su masculino miembro y de paso, colmar su reprimido sueño varonil de clavarle su erecto pedazo de verga por en medio de las atractivas nalgas de esa hermosa caleña de 38 años.

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Bogotá, Julio 4 de 2017

Llegue a casa como a eso de las 5 pm y lo primero que hice fue abrazar a Julián, quien en la puerta ansioso me esperaba. Dándome ese abrazo único y especial rompí en llanto al encontrar en sus brazos su reconfortante abrazo. Me acaban de confirmar que, después de 2 meses y 4 exigentes entrevistas, no había sido considerada para el cargo del importante banco al cual me había presentado. A mis 38 años veía ya con desespero como mi edad era una escabrosa pared para escalar buscando ubicarme en el exigente y competitivo mercado laboral en la fría capital de la república.

Orgullosa madre de una nena de 6 años, y con un dedicado esposo, Julián, de 50 años, tenía más de lo que una mujer de clase media podía pedir, un fiel hombre, buen padre y buen amigo. Después de 7 años de feliz matrimonio, la armonía del hogar me llenaba a pleno y gracias a Dios teníamos el salario de Julián quien trabajaba como contador en una conocida empresa de transporte de carga nacional. Yo llevaba ya 8 meses de infructuosa búsqueda de trabajo y ya la desesperación me colmaba los ánimos, las cosas cambiaban de repente y para mí el mundo se derrumbaba a mis pies, pero tenía a mi lado a Julián, como tácito soporte que siempre me acompañaba.

-“Tranquila amor.. ya veremos qué pasa, yo vuelvo y hablo con Alfredo a ver que si nos puede ayudar con alguno de sus amigos.. todo va a salir bien”, dijo el abrazándome.

-“No.. no quiero nada con el… Alfredo no hace sino pedírmelo… que tipo tan descarado.. me escribe mensajes al WhatsApp invitándome a motel a que hablemos de las opciones de trabajo con él”, le respondí con rabia y desilusión.

Julián guardo silencio y no dijo nada.

-“Y el Doctor Ruiz, tu exjefe... finalmente te viste con el hoy?”, pregunto Julián.

No dije nada pero me dolía expresarlo.

-“No bebe.. las puertas cerradas por ahí también. Si salí con él a almorzar… me llevo a la zona T y se emocionó mucho al verme de nuevo después de 8 meses, pero me dolió saber que quería algo más allá, después de tanto tiempo viéndolo como amigo”, le respondí soltándome del abrazo de Julián y caminando hacia la alcoba de Liliana, nuestra hija.

-“Lili esta donde Beatriz jugando.. ya voy por ella”, dijo Julián al verme caminar hacia su alcoba.

-“Y que te dijo el Doctor Ruiz.. te lo pidió?”, comento el.

-“Si corazón... el no hizo sino mirarme el escote y la falda.. me quería tragar viva.. él pensaba que después del almuerzo nos íbamos para un motel.. me dijo que me tenía muchas ganas, que me extrañaba, que recordaba verme caminar por la oficina con las faldas cortas o los pantalones de lino negros que me moldeaban la cola y que tanto le gustaban, me dijo que me tenía dos buenas opciones con otros dos bancos pero que todo dependía de mí”, le respondí a Julián.

-“Y que quizo decirte acaso?”, pregunto el

-“Me dijo que después de tanto tiempo como jefe no podía pasar desapercibido el hecho de que era también hombre y que mi cuerpo aun lo tenía encendido... me invito a motel y me pidió que pasara una tarde completa en su apartamento”, respondí.

-“Ese man aun te tiene entre ojos, te lo he dicho y te lo vuelvo a repetir amor.. con ese cuerpazo tuyo tienes por donde abrir mucho camino.. y mucho más con el Doctor Ruiz.. sabes lo que yo daría por verte desnuda, en cuatro y ese man encima de ti dándote verga de lo lindo… y no me imagino lo que ese tipo sufrió hoy al verte con esa faldita y esa blusa abiertica.. me lo imagino mirándote las tetas, las piernas y el culito bien aventado.. el daba por seguro que hoy a las 5 pm estabas entrepiernada con él en Chapinero…”, agrego Julián repasando con sus ojos mi cuerpo sin tapujos.

Ese día tenía puesta mi sexy falda corta de color azul claro que me llegaba arriba de la pierna dejando expuestos mis bien femeninos muslos. La falda, ajustada a la cadera, marcaba perfecto mis espigadas y moldeadas nalgas, dándome un toque muy femenino y sin tapujos, mostrando con orgullo y sin disimulo mis notorios atributos físicos de mujer valluna. Arriba, mis voluptuosos senos naturales eran imposibles de ocultar y con seguridad vanidosa los lucia a pleno dejando expuestos la parte alta de mis pechos.

-“Porque no te acuestas con él?... deja el orgullo un poco y ayudémonos aprovechando que tienes al rojo al Doctor Ruiz… después de 5 años como tu jefe torturándose viéndote como un objeto sexual, ese man haría lo que sea por pasar una hora encima tuyo”, agrego Julián

-“No amor mío.. ya sabes que no acepto eso.. me molesta que me vean así, no soy una puta ni un objeto sexual y me dolió mucho verlo a él hoy mirándome con ganas de arriba abajo, me dolió mucho escucharlo hablar de mi cuerpo”, le respondí tajantemente a Julián.

Estaba acostumbrada a que me dijeran piropos en la calle y me sentía observada con regularidad por los ojos escrupulosos de los hombres, pero esa tarde me dolió verme traicionada por alguien que creía que era mi amigo.

-“Amor porque no vas al gimnasio, te relajas un poco y tonificas esta belleza”, pregunto Julián colocando su mano derecha sobre mi cadera, dejándola escurrir suavemente, acariciándome las nalgas generosamente.

Le sonreí y me sentí complacida por su comentario

-“Vamos a recoger a Liliana primero”, le respondí pellizcándolo en la barriga.

Salimos del apartamento y bajamos al primer piso, caminando por el parqueadero hacia la unidad 2 donde Beatriz, la amiguita de Liliana vivía.

-“Julián… Juliancho..”, nos interrumpió una voz que gritaba desde un auto al mismo tiempo que dejaba sonar su pito.

Volteamos los dos y vimos como un lujoso Audi negro se acercaba a nosotros a baja velocidad en el parqueadero del conjunto residencial donde vivíamos.

-“Docto Álvarez… vaya que sorpresa, y eso que lo trae por aquí?”, pregunto mi esposo al ver a su jefe y dueño de la empresa de transporte donde él trabajaba.

-“Por acá vine a saludar a una hija de una prima que llego de USA, yo sabía que usted vivía por acá pero no pensé que fuera es este mismo conjunto”, respondió el deteniendo su auto y bajándose del carro a saludarnos.

-“Se acuerda de mi esposa?”, comento Julián presentándome ante su jefe.

-“Si claro, por supuesto, en la fiesta de la empresa hace 5 años recuerdo esa sonrisa y ese carácter único de las mujeres vallunas atendiendo a los conductores con la comida.. Carolina, verdad?”, dijo el pasándome su mano y dándome un beso tierno en la mejilla.

-“Doctor Álvarez, que bueno verlo de nuevo”, le respondí complaciéndolo con un beso en su mejilla.

-“Como han estado ustedes muchachos, que edad tiene ya su hija?.., debe estar grande”, agrego el mirándome a los ojos.

-“Liliana un poco mejor gracias a Dios, ha estado enfermita de los pulmones, sigue en tratamiento, pero usted sabe lo complicado que es conseguir las citas de neumología con la EPS”, le respondí.

-“Vaya, no lo sabía….mi hermano es neumólogo, trabaja en el hospital militar y tiene su consultorio privado por los lados de la 85.. si les parece hablo con él y podemos buscar que el la revise”, dijo el Doctor Álvarez.

-“ay, qué pena con usted ponerlo en esto, pero si me gustaría tener una segunda opinión en lo del tratamiento de Liliana”, le respondí.

-“Porque no se toma un cafecito con el algo en el apartamento nuestro Doctor Álvarez?.. sin compromiso alguno”, le dije a él.

-“uy que bien.. claro, si no es inconveniente con ustedes”, el agrego

Julián no dijo nada. Su relación con su jefe no era muy amigable y a él le molestaba mucho la presión laboral que él le tenía. Hacia 5 años yo no lo veía, pero a Julián no le gustó nada de la forma como el me coqueteo en la reunión de la empresa en el 2012 cuando les ayude a atender y repartir comida a los conductores ese Sábado.

-“Amor, ve y recoge a Lili y yo voy a prepararle el café y su pandebono al Doctor Álvarez”, le dije a Julián

Julián no respondió y note cierta molestia en su expresión.

Camine con el Doctor Álvarez a mi lado hacia la entrada de la unidad y esperamos el ascensor.

-“Como van las cosas en el banco Carolina?.. están con AV Villas, cierto?”, me pregunto el entrando al ascensor

-“No doctor, me liquidaron hace 8 meses, eso llevo sin conseguir nada aun, la cosa no está fácil para los contadores, especialmente cuando hay tanta competencia”, le respondí entrando al ascensor y viendo a través del espejo como, detrás mío, los ojos del Doctor Álvarez recorrían mis bien formadas piernas, mi cadera y mi espigada cola caleña.

-“Vaya no sabía… Julián nunca me dijo nada, me tomas por sorpresa Carolina.. sé que hay una oportunidad laboral con la gerencia de mercadeo, se necesita un contador para manejar esas cuentas, porque no me envías a mi directamente tu hoja de vida y veamos si tu perfil nos ayuda”, agrego el.

Le sonreí de inmediato y le respondí con gracia

-“Que bueno sería tener el chance con ustedes… me encantaría explorar esa opción”, respondí saliendo del ascensor tan pronto llegamos al piso 5 donde vivíamos.

Me sentí rara, extraña, complacida, vanidosa. Los 10 segundos que camine hacia la puerta del apto 502 sentí como la mirada del Doctor Álvarez, justo detrás mío, recorría mi cuerpo de arriba abajo.

-“Siga doctor Álvarez y perdone el desorden”, le respondí abriendo la puerta y volteándome hacia él.

Sus ojos estaban puestos sobre mi falda y la maravillosa y delicada vista de mis esbeltas y paradas nalgas, destacadas magistralmente por la sexy falda, lo perturbaban y distraían. Mi cuerpo, de medio lado contra la puerta, le permitía ver perfecto como después de 2 años, esa amigable caleña, esposa de uno de sus empleados, mantenía intacto ese portentoso trasero valluno y mis senos parecían congelados en el tiempo.

El levanto su cabeza, me sonrió y luego me miro a los pechos dejando sus ojos otro par de milisegundos más sobre mi escotado busto.

Esa tarde durante esas 2 horas, hice la conexión con el hombre maduro que nunca espere hacer. Me sentí a gusto, me sentí bien tratada, sus gestos varoniles, sus comentarios gentiles hacia mí y su preocupación por la salud de Liliana, me encantaron y me convencieron de que era tiempo para mí de dar el paso hacia adelante y romper los esquemas de mi estricta vida familiar.

En frente nuestro, sin tapujos ni esperando nada a cambio, el Doctor Álvarez llamo a su hermano y logro que cuadráramos una cita para la siguiente semana para mi hija. Esa tarde, descubrí a alguien dispuesto a ayudarnos sin reglas, ni citas, ni contemplaciones, ni paradigmas morales de ninguna clase. Esa tarde, como hacía mucho tiempo no ocurría, me sentí agrado viendo como el Doctor Álvarez, decente y con mucha clase, no perdía la mínima oportunidad para dejar recorrer con sus maduros ojos mi cuerpo. Esa tarde escuche con suave tono melódico, como sus palabras de ánimo se mezclaban con voces de esperanza para mí y para Julián:

-“Hay que seguir en la búsqueda Carolina, hay que buscar ser felices con poco y disfrutar al máximo de esos momentos tan cortos y evasivos, sabiendo que es lo que queremos”, me dijo el Doctor Álvarez mientras yo le preparaba otro café antes de salir.

-“Y tu Carolina, con ese carisma y ese espíritu de luchadora sé que lo vas a lograr muy pronto”, agrego el mirando como la corta falda azul exponía mis atléticas piernas en la cocina del apartamento.

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Hoy, dos meses después de ese fortuito encuentro en el parqueadero del conjunto residencial, estoy en la sala de la inmensa casa finca del Doctor Álvarez, completamente desnuda, con la verga de Julián enterrada en mi vagina y con la verga del Doctor Álvarez, mi nuevo jefe, atrapada en medio de mis nalgas, en lo profundo de mi ano, y empiezo a descubrir los placeres ocultos de mi vida, de esa Carolina que nunca acepte descubrir.

El Doctor Álvarez empezó a mecer su pelvis con cariño, dejando a su verga empezar a moverse dentro de mi pompis, iniciando esa gloriosa experiencia de sexo anal, dándole por el culo a Carolina, la sexy y atractiva caleña, nueva asistente financiera de la gerencia general de la empresa de transportes que el maneja.

Los tres empezamos a gemir sin disimulo, sin importarnos que nuestros cuerpos sudorosos estaban amalgamados en uno solo. Mientras tanto, yo me sentía en el cielo. La verga de Julián me llenaba de placer y al vaivén de mi cuerpo sentada sobre ella, la sentía rozándome el clítoris y las paredes de mi estrecha vagina. Atrás mío, con sus manos sobre mis pechos, el Doctor Álvarez vivía un momento único. Mientras su verga se mecía atrapada en medio de mis nalgas, yo sentía como el, magistralmente, me la sacudía con delicadeza sin molestarme ni causarme incomodidad, al mismo tiempo que sus gemidos intensos de placer y su respiración entrecortada los escuchaba cerca de mis oídos.

Luego pasaron esos increíbles 10 minutos de gloria tiempo suficiente para que esas dos vergas enterradas en mi cuerpo me expresaran cuando me deseaban. 10 minutos bastaron para que esas dos vergas me entregaran su espesa y caliente lava y yo, dando un grito de incomodidad, sentí por primera vez en mi vida, como un maduro hombre de 50 años me entregaba su hirviente leche mientras su duro miembro permanecía atrapado en medio de mi trasero.

Lo mejor vino después, cuando las manos y la lengua de Julián luchaban una batalla con las manos del Doctor Álvarez por apoderarse de mis esbeltos y voluptuosos pechos, mientras que nuestros cuerpos permanecían estáticos después de ese mutuo orgasmo y mi cuerpo empezaba a sentirse más relajado mientras la verga del Doctor y la verga de mi esposo me clavaban como estacas sobre ese sofá rojo de las pasiones.

-“Jamás olvidare ese pantalón deportivo de lycra negro que tenía Carolina cuando la conocí en el 2012… y ahora 5 años después verle esas tetas, esas piernotas, esa faldita azul y esa belleza de nalgas paraditas me hizo encender la luz de la esperanza”, me susurro el a mi oído mientras volvía y me sacudía su verga por en medio de mi trasero, ya hecho un explosión de semen del Doctor después de que no pudo contenerse y se me derramo en mis entrañas.

30 minutos más tarde le doy a Julián ese beso tan especial, mientras el desnudo me lo responde acariciándome mis paradas nalgas, también desnudas y aun húmedas después del delicioso duchazo.

-“Y recuerda que te amo”, le dije soltándole la mano y viéndolo caminar saliendo de la alcoba principal de la casa finca, con su verga totalmente flácida y caída.

-“La puerta queda abierta Julián.. por si quiere ver y de pronto unirse a nosotros”, le grito el Doctor Álvarez quien también salía desnudo del baño después de ducharse al lado mío.

Vi caminar a Julián dándome la espalda hacia la puerta y luego sentí como el Doctor me daba un beso en el hombro y me pedía lo que él quería:

-“Súbete a la cama y ponte en cuatro mujer divina”, me dijo el Doctor tocándome las nalgas desnudas

Me subí a la amplia cama sin responder y me acomode en cuatro dejando mis piernas entreabiertas mirando siempre hacia la puerta de la alcoba donde Julián ahora me observaba con la puerta entreabierta.

El Doctor Alvarez se hizo detras mio y dejo que sus manos recorrieran mis piernas, mis nalgas y mis pechos mientras el sentía como su verga se ponía dura de nuevo. Luego el se agacho y me lamio los labios vaginales mientras que me introducía su dedo por mi vagina y luego, un par de centimetros mas arriba, por mi aun dilatado hoyo de las pasiones masculinas.

-“Carolina… te voy a dar por la cuquita un rato y luego, si no te incomoda corazon, te voy a consentir por el culo.. solo dime si algo te molesta belleza”, agrego el colocando sus manos veteranas sobre mi cadera.

Me quede fijo mirando a Julián a sus ojos, allá a la distancia mientras sentía como la verga de mi nuevo jefe se empezaba a enterrar en lo profundo de mi sexo y las paredes de mi vagina se abrían de nuevo al duro miembro del Doctor Álvarez.

El Doctor Alvarez fue gentil y cuidadoso, sabiendo que a la distancia Julian nos miraba. Me hundio su verga lento y pausado, sin afanes de ninguna clase. Sentir ese vergonon de nuevo adentro mio, me prendio la libido y me disparo el extasis. Finalmente, el Doctor me la empujo toda hasta el fondo y con rabia y temperamento me halo del cuello para asegurarse que toda su verga estaba enterrada dentro de mi.

Con cevicia y envidia, la pelvis del Doctor Alvarez se empezo a sacudir de nuevo adentro de mi y el roce de su pene con las paredes de mi vagina me obligaron a caer en las manos del placer intenso.

Finalmente no pude aguantar más y cerré mis ojos, mientras mi cabeza caía pesada sobre la cama. Al fondo, escuche la puerta cerrarse y atrás mío, mi jefe, empezaba esa noche de ensueño.

julio08

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visitas: 2163
Categoria: Tríos
Fecha de Publicación: 2017-09-27 09:27:13
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1 Comentario

ohhh sublime

2017-11-05 14:36:26