Guía Cereza
Publicado hace 7 años Categoría: Hetero: General 848 Vistas
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A Kelly la conocí Gracias a Carolina, una amiga del barrio que me conseguía “niñas que salían”. La historia es larga pues se dieron varias circunstancias para llegar a conocerla. Incluyen una amiga con derechos, una lesbiana y Cristina la hermana de Carolina que fue la que finalmente terminó dándome contactos ya que la pelirroja estaba perdida por ese tiempo. Esas historias las tengo reservadas para cuando me inspire.

Bueno se dio que ese día no había nenas disponibles y las que había no me gustaban. Entonces me mando las fotos.

-Esta esa, pero ella no se dedica a eso. Espérame yo le pregunto porque esta sin trabajo a ver si se apunta.

Era una conocida a la que Caro le comentaba de las salidas y le había ofrecido pero ella no aceptó hasta ese momento de dificultad.

Me pasó el contacto y todo se dio, nos encontramos en un local de música romántica cerca al Colombo. Yo esperaba tomando una cerveza mientras ella llegaba. Cuando la vi fue una nueva sensación para mí, pues no era la típica niña de barrio que vende sus servicios. Kelly es una mujer fina, recatada, estudiada, que llegó ahí por la necesidad y obviamente ambición.

De 25 años, con los ojos verdes, cabello mono teñido y un cuerpo tonificado. No es operada, esa Pereirana tiene una cola paradita dura y natural, sus senos son pequeños pero firmes y su 1,55 le dan un cuerpo compacto sensual. Llego muy casual de blusa larga y un jean deportivo apretado. Conversamos mucho rato cual amigos y nos dirigimos hacia el hotel.  

(Contaré la última vez que estuve con ella ya que resume todos nuestros encuentros)

Ese día hacía mucho calor y nos tomamos algunas cervezas, entramos al sitio de siempre en el hotel del Palo antes de la Playa, había algo diferente en el ambiente, más deseo, mas lujuria, seguramente presintiendo que sería la última vez.  

Entramos a la habitación y empecé a besarla con mucha pasión, no veía la hora como de costumbre de tocarle esa cola firme la cual acariciaba desde el principio, yo la besaba desde el cuello hasta la punta de los pies, pedimos habitación con bañera lo cual permitió recorrer aún más su cuerpo dorado y húmedo. Besaba su boca, sus pezones rosaditos y pequeños y su vagina estrecha;  siempre me amañaba un rato allí hasta que obtuviera su primer orgasmo, me encantaba ver como una niña casera y juiciosa ponía cara de lujuria, cómo esos ojos verdes se cerraban de placer  y como su voz de profesional se transformaba en gemidos.

Luego de su primer orgasmo nos secamos y dirigimos a la cama, al momento de pedir la habitación ella había pedido un Tubito, de esos que vienen con lecherita y no había leído su intención hasta ese momento que empezó a besarme el pecho y el abdomen hasta bajar a mi pene hinchado, al ver su mirada cómo nunca antes pues me permitió prender la luz y ver todo ese cuerpo en esplendor, esa piel lozana y suave, esa carita de niña buena mirándome mientras me hacía un oral cómo nunca antes lo hizo. Empezó a untarme lecherita por todo mi pene y mis testículos y los lamia como un helado. Escupía mi pene cuando lo limpiaba y así lleno de saliva lo lamia, yo veía los hilos de saliva que salían de su boca, su dedicación y placer al meter todo en su boca, sentir como lamia mis testículos y los devoraba. No resistí más  y también le unte su vagina abierta con lecherita. Le observe los más profundo de su ser, quería ver sus labios, quería ver dentro de su vagina y lo hice, le abría lo más que podía y veía rosado hasta los más profundo. Metí mi lengua y absorbía todo el líquido que salía, mezclado con dulce, con placer, con sus gemidos, la puse boca abajo y ella levantó su trasero redondo y duro para que la penetrara. Ella me dejaba darle besos negros y ese día no era la excepción le metí la lengua en ese anito rosadito y sentía como se retorcía de placer en esa posición luego la penetre en esa misma posición y le echaba lecherita para lubricarla y meter mi pulgar disimuladamente en su ano mientras entraba y salía con mi pene por su estrecha vagina. Me gustaba escuchar como se venía lo hacía con la voz cambiada, de adolecente feliz, con voz de muñeca anime japonés XXX. Hicimos varias posiciones hasta que sentía que era mi turno de venirme. Kelly estaba más complaciente que nunca, en ocasiones anteriores había llegado en su cola, su espalda, su vientre, sus senos. Pero en esta ocasión ella quería más; me acostó en la cama y empezó a hacerme un oral mucho mejor que el primero yo veía mi pene blanco y baboso y su boca besándolo, tocándolo con placer, y lo hizo hasta sentir que me venía centrándose en la punta besándolo y lamiéndolo con la boca haciendo sonidos de placer. No resistí más y pude ver cómo eyaculaba en su boca y ella lo recibía todo, se mezcló mi semen con la lecherita que tenía en su boca, sus mejillas y los cabellos que le bajaban al rostro. Me limpio todo con su boca y nos quedamos recostados un rato hasta que nos levantamos nos organizamos y salimos.

Luego de eso solo un par de conversaciones más y no volvimos a hablar, pero en mi mente mantienen esos momentos de lujuria y de fantasías de estar con una joven de casa y buena familia, en el lecho de una habitación de hotel. 

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