A Marcela la conocí cuando tenia trece años, pero no fue hasta cuando cumplió 21 años que me fije en ella, después de vivir fuera de la ciudad varios años y perder el contacto me la encontré hecha toda una mujer, con una cara hermosa, un cabello abundante claro, una piel blanca y unos senos 36 D deliciosos que le gustaba insinuar con escotes y ropa ajustada.

No puedo negar que cuando la vi por primera vez después de tanto tiempo no pude dejar de mirarla y desearla, seguía pareciendo una colegiala con ganas de experimentar, por razones del trabajo tuvimos que empezar a conversar seguido, rápidamente me di cuenta que era una chica de mente abierta que le gustaba jugar por Internet, tener sexo virtual, empezamos a conversar sobre temas calientes y empezó a contarme todo lo que le gustaba, la primera vez que la vi desnuda fue por cam en donde me mostro sus hermosas tetas y se masturbó para mi, después de eso no pude evitar pedirle que fuera a mi casa, pero me saco el cuerpo un tiempo, solo teníamos algunas charlas telefónicas y me enviaba algunas fotos por el chat.

Un día, en medio de la noche alguien toco la puerta de mi casa y oh sorpresa, era ella, había decidido ir a visitarme, venia vestida con un vestido largo y apretado, no tenia brasier por lo que se le notaban sus pezones, también un poco por el frió de la noche, le pedí que entrara y sin mediar palabra la bese y empece a tocar todo ese cuerpo que me tenia con ganas desde hace mas de un mes.

Practicamente le arranque el vestido, no tenia ropa interior, pase mi mano por si vagina, estaba muy mojada. Me dijo al oído que había estado masturbandose pensando en mi. Le pedí que se masturbara para mi, parada contra una pared lo hizo y pude ver su vagina rosada, hermosa, la tenia completamente depilada, me acerque, me arrodile y empece a hacerle a chuparle su cuquita mientras ella empezaba a contorsionarse del placer, gemia suave pero muy excitante. Me tomo la cabeza de las manos y me pidió que no parara, hasta que se vino y se le doblaron las rodillas, casi se cae.

Como era bastante liviana, la levante, y la penetré contra la pared, mientras la cargaba y la sostenía, no pude aguantar mucho tiempo y me vine dentro de su cuquita caliente. Descansamos un rato, nos fuimos al sofá, ella empezó a hacerme el mejor sexo oral que he tenido en la vida y logro que se me pusiera duro de nuevo, se monto encima y empezó a moverse de una manera increíble, no podía creer el espectáculo entre sus gemidos, sus tetas moviéndose y rabotando en mi cara mientras se las chupaba y mordía suavemente, nos vinimos al tiempo sentí como apretaba mi pene con su vagina al contraerse por el orgasmo que tuvo.

Descansamos, le pedí que se quedara, pero se puso su vestido y se fue... esa fue la primera vez de muchas y variadas experiencias que escribiré en otras ocasiones.