Guía Cereza
Publica tu Experiencia

Relatos & Experiencias

Una Deliciosa Primera Cita

El tercer sorbo le pasa por el paladar directo.

La amargura del vino tinto ya está adormilando el sentido del gusto.

Yuly se siente ligera.

La sangre le corre por las venas más rápido de lo normal.

Incluso, ese último sorbo la deja un poco mareada.

Succiona un poco el sabor que tiene entre los labios y devuelve la copa a la mesa.

Ha pasado casi una hora de conversación.

Su visitante no ha dejado de hablar desde que se sentaron a la mesa.

Tiene una voz suave e inquisitiva.

Una mezcla cautivante y embriagadora como el vino.

Ella lo escucha con atención y mantiene la conversación.

Cambia la posición de sus piernas y se acomoda mejor en la silla.

- Bueno, eso es lo que creo - Le dice él antes de tomar un sorbo de vino.

Ella asiente y lo mira con los ojos entre cerrados.

Como tratando de descifrarlo.

En ese momento, se ha dado cuenta que en el tiempo que llevan compartiendo le ha contado todo lo que él ha preguntado.

Incluso, que él apenas si ha tomado un par de sorbos de vino.

Yuly respira y se sonríe.

Esta cómoda con la situación.

Hacía mucho que no se descargaba de ideas y pensamientos prohibidos.

Incluso, no había visto su propia casa bajo la perspectiva que tiene en este momento.

Hasta hace tan solo 2 horas se estaba organizando en su habitación.

Luego de una larga y placentera ducha fría, combinada con los roces que dan un par de guantes exfoliantes.

Todo seguido de un ritual de humectación con una crema de almendras y extracto de coco.

El aroma a coco se esparce por toda la habitación.

Es una sensación de limpieza y frescura.

Yuly se dirige hacía su cajón.

Ya tiene seleccionada su indumentaria con antelación.

Ha escogido un vestido negro que le llega hasta dos dedos más arriba de la rodilla.

El vestido tiene la espalda abierta.

Por esta razón, no ha escogido brasier.

Su ropa interior solo consta de una tanga negra semitransparente.

Al ponerse las bragas se admira al espejo.

La prenda le queda justa.

Toma unas mallas negras con pequeños motivos de animalitos y se la ajusta.

Las piernas le quedan suaves y frescas.

Finalmente, se pone el vestido y se asegura de dar un par de vueltas frente al espejo antes de salir.

Sale a la sala.

Se sirve un poco de vino tinto para acompañar su pensamiento sobre cómo llegó a este momento.

Se queda de pie frente a la ventana mientras juega con la copa.

- Y ese fue el origen de la historia - Dice Sebastián sacándola de su trance.

Yuly vuelve al presente.

Aún tiene ese pensamiento en la mente: como llegó a este momento?

- Sebas, te quería preguntar una cosita,

- Dime

- No es normal que estas cosas pasen. Que dos personas que se conozcan por un medio tan inerte, como la Internet, terminen compartiendo tan ampliamente.

Él se queda mirándola por un segundo.

Dos segundos pasan.

Tres.

Finalmente, le dice:

- Yuly, en general, la química se puede despertar de muchas maneras. Yo solo cree historias con mi propia visión del mundo y resulta que tú te identificas con ellas. De ahí, nace una conexión profunda.

- Mmmm, eso es verdad. Y que visión del mundo tienes ahora?

Sebas se sonríe.

- Mmmm, en este momento, pienso en tus bragas. Las vi cuando te cruzaste de piernas y me gustan mucho.

Una sensación cálida se le sube al rostro a la mujer.

Mira hacia abajo y por reflejo se baja un poco el vestido. 

Él lo nota y la detiene poniendo su mano sobre la de ella.

- No, antes al contrario. - Dice mientras le sube un poco más el vestido.

Se lo sube hasta que sus tangas quedan expuestas.

Sebastián alterna la mirada entre su rostro y su sexo.

Yuly traga un poco de saliva.

Él le toma la mano y la atrae hacia así.

Ella obedece y se acomoda a su lado.

Trata de acomodarse la falda, pero él, de nuevo no se lo permite.

- No - Le susurra al oído mientras la toma del mentón.

Esa sanción le causa un delicioso escalofrío.

Yuly se moja los labios.

Él la atrae hacia sí y se tranzan en un beso.

Sebas la presiona sobre el labio superior.

Se lo succiona.

Ella se acomoda y se deja llevar.

Al detenerse él le dice:

- Eso pasa por leer historias de extraños en Internet - y se sonríe.

La mujer suspira y no puede evitar sonreír también.

El hombre se acerca al oído y le susurra de nuevo:

- Me gustaría ver el resto de la casa... y de tus bragas.

Ambos se ponen de pie y ella lo guía directamente a la habitación.

Una vez allí, él escanea el lugar con curiosidad.

Se queda mirando la cama que tiene un montón de cojines y un particular hipopótamo de peluche.

- Me gustan los cojines - Dice ella como adelantándose a una pregunta.

Él solo asiente en forma de aprobación.

- ¿La quieres probar? - Lo invita ella.

- Mmmm, si. - Y se recuesta entre el montón de cojines.

Yuly se monta sobre la cama.

Las plantas de sus pies se hunden un poco sobre el duro colchón

Casi que se deslizan un poco gracias a la fina tela de la colcha

Trata de mantener el equilibrio.

Se le suben las 3 copas de vino rojo a la cabeza.

Él la mira con los ojos muy abiertos. Solo respira profundo sin quitarle la mirada.

Ella avanza un poco hasta ponerse a nivel de su pecho

- Levántela un poco - Pide él con voz suplicante.

Yuly se sube la prenda unos tres dedos más arriba.

- ¿Así? - Pregunta ella mientras le hace un guiño

- Si, se te marca muy provocativamente.

La mujer da un paso más, quedando sobre su rostro.

Desde esa perspectiva, Yuly apenas si le ve el rostro.

La situación le ha acelerado el pulso por todo su pecho.

El labio le tiembla.

Las manos le sudan.

Puede escuchar no solo su respiración, también la de él.

Mil ideas le recorren la mente, pero actúa.

- Abre la boca - Ordena la mujer mientras le pone la punta del pie sobre los labios de su amante.

Él entre abre los labios,

Ella le introduce el dedo gordo del pie.

La humedad traspasa la prenda y toda la atención de Yuly se enfoca en esa pequeña parte de su cuerpo.

El hombre comienza a succionar.

Ella lo escucha.

Se estremece ante las cosquillas que le provoca la lengua que trata de meterse entre los dedos de su pie.

Se balancea hacia un lado.

Se agarra de la pared que tiene al frente para no caerse.

Ahora, puede controlar su pie con más tranquilidad.

Cierra los ojos y suspira con la sensación de esa lengua moviéndose fervorosamente por todos sus dedos.

La situación le resulta tan excitante que no puede evitar poner su mano sobre su sexo.

Esta caliente como si hubiese estado sentada todo el día

Sus mallas y sus bragas aun no dejan traspasar la prueba de que esta demasiado excitada.

Esto la motiva a hurgar su sexo con más esfuerzo.

Pronto, sus dedos están empapados y el aroma inconfundible de su excitación se introduce por sus fosas nasales.

Ahora, Yuly experimenta una mezcla entre el amargo sabor del vino en su paladar, su sexo impregnando la habitación y el cosquilleo imparable entre los dedos de sus pies.

Las sensaciones de otras experiencias comienzan a inundarle la mente.

Se muerde el labio a la vez que se agarra con fuerza en la entrepierna.

- Déjame ver tu coño! - Pide Sebastián y regresa a succionar el dedo gordo del pie.

Yuly trata de correr sus bragas pero la malla no se lo deja.

- Ven, yo te ayudo. - Dice él al verla en el forcejeo.

Solo se levanta un poco, estira su mano hasta alcanzar la vagina y la toma con toda su palma.

Yuly experimenta como sus jugos íntimos de liberan ante el tacto de su amante.

Trata de respirar profundo, pero se queda sin aire cuando él le rompe la malla de un tirón.

- Ok, ahora si, muéstrame ese delicioso coñito.

La mujer vuelve a meter su mano en su entre pierna y ahora si puede maniobrar con mayor facilidad.

Al hacerlo, es consciente de la escena.

Desde esa perspectiva, solo le ve la cabeza.

Ella tiene la ventaja del asunto.

Una idea le pasa por la cabeza y se sonríe.

- Mírala - Dice corriendo la prenda tanto como puede.

- Mmmmm - Suspira él.

Un viento frio se mete por entre la abertura y la mujer se estremece un poco.

La piel se le pone de gallina.

- Quiero verla más de cerca - Pide Sebastián

Ella dobla las rodillas lentamente. Como dejándose caer.

La perspectiva de ver el rostro de su amante más cerca le causa una sonrisa llena de lascivia.

Hasta que, finalmente, está en cuclillas a pocos centímetros de su rostro.

Apenas si está siendo consciente del esfuerzo que hace con sus rodillas en esa posición cuando una sensación, como de esponja húmeda, la rosa desde la base de su ano, lenta y fuertemente, hasta llegar a su clítoris.

Yuly trata de gemir, pero la ha tomado tan de sorpresa que no tiene aire y solo le sale un grito ahogado.

Cierra los ojos.

Abre aún más sus muslos.

Y la sensación la sigue inundando.

Es constante en la fuerza con la que la lame, pero no así la velocidad.

Lento por debajo.

Rápido en su clítoris.

En un punto, Yuly siente que se ha quedado prendido del botón de su placer máximo.

Abre los ojos y se encuentra con una mirada fija que la ve desde abajo mientras tiene sus labios fuertemente prendados de su clítoris.

El sonido de cada succión le encanta.

Es como un niño chiquito.

Incluso, se balancea un poco.

- Sebas, chúpamela bien rico - Pide entre gemidos Yuly.

Él solo atina a mover su lengua con más rapidez.

Sus entrañas son fuego y un solo temblor.

Es como si se fuera a reventar.

Suda frio y los labios le tiemblan.

Mira hacía un lado y ve a su hipopótamo de peluche que los mira.

Se pasa la lengua por el labio superior.

No deja de balancearse.

Quiero bañarlo con su jugo íntimo.

Él parece devorarla.

En ese instante, sus entrañas liberan la tan ansiada explosión de bolas de energía que la inundan por completo.

Yuly gime duro mientras agarra la cabeza de su amante con fuerza.

Le toma por el cabello y lo atrae duro contra su coño.

Él para.

Se quedan en esa posición por menos de un minuto.

Luego, la mujer se deja caer.

Se recuesta al lado de su amante.

Él se incorpora y se pone sobre ella.

Afloja su pantalón.

Sus boxers.

Libera su húmedo y duro miembro.

Trata de ponerlo sobre la abertura de la mujer, pero ella lo detiene poniéndole un pie en el pecho.

Él le lanza una mirada de duda.

- Mmmmm, hoy no me vas a penetrar. Es nuestra primera cita.-

Sebastián se moja los labios y hace un ademan con la cabeza como negándolo.

Yuly lo mira con satisfacción.

Disfrutando el momento de poder.

Luego de unos 20 segundos, él también se sonríe y responde con resignación:

- Esta bien, acepto el castigo. Pero esto no se queda así.

Ambos se recuestan muy juntos.

Pasan el resto de la velada acariciándose y murmurando secretos y confesiones.

Todo bajo la mirada del hipopótamo de peluche."

maddog7

Soy hombre heterosexual

visitas: 957
Categoria: Microrrelatos
Fecha de Publicación: 2018-03-01 12:12:47
Más Relatos Por maddog7
Compartir en:

4 Comentarios

Gracias a ti! Espero tener más pronto!

2018-03-09 03:50:53

Una delicia en mis ojos, gracias

2018-03-06 14:57:58

Muchas gracias! Tuve muy buena inspiración y estoy seguro que vendrán muchas más.

2018-03-02 01:45:18

Excelente escrito pose magia para la imaginación de quienes tenemos la elegancia de leerlo. Y desear vivir momentos como ese llenos de pasión u mucha mucha lujuria

2018-03-01 20:39:42

Nuestros Productos

Body Kaia Negro

CEREZA LINGERIE $ 136,900