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El Maestro Del Sadismo II

Espero que, hayan leído y disfrutado "El maestro del sadismo" parte I. Ahora disfruten leyendo, como yo disfruté escribiendo la segunda parte de este relato. Bienvenidos. Akane.

...Hola, ¿qué estás haciendo?– Pregunta él al otro lado del teléfono… Yo, que sentía que el corazón se me iba a salir por la boca le dije que estaba con mi prima en su casa. Como me había quedado la noche anterior con ella, me resultó muy fácil decirle que seguía en pijama y que estábamos viendo una película. –Ok. Arréglate que en media hora paso por ti.– Maldije mentalmente. Acababa de meterme en la boca del lobo y no sabía qué demonios hacer para salir del lío en el que me acababa de meter. Estaba demasiado lejos de la casa de ella, y de mi casa a su casa ¡son solo 5 minutos! “Mi señor” se quedó expectante mirándome y me dijo –Te apresuraste en darle una respuesta… Vamos. Tomemos un taxi.–

6pm. Salimos de la residencia cuyo nombre no recuerdo y yo ya estaba desesperada por llegar a casa de mi prima. Ahora no solo se trataba de mí, si dejaba que mi esposo me descubriera de paso la ponía a ella en evidencia como mi cómplice. Ella sabía exactamente dónde estaba, con quien estaba y lo que estaba haciendo.

Mi despreocupado acompañante se despide de mi con un beso en la boca y con un –Que te vaya bien– se baja en la calle 80 y continua el camino a su casa. No era su culpa, yo solita me había metido en el problema y yo solita debía salir y de paso salvarle el pellejo también a mi prima. La llamo. No contesta al primer intento. Le insisto, contesta y me dice –¡Gorda! ¿Ya vienes…?– –Demonios Camila*, César* me llamó y dice que en media hora pasa por mí a tu casa ¿Que rayos voy a hacer? Por nada del mundo puedo dejar que se dé cuenta que, uno, no estoy en tu casa y dos, ¡que estoy en la calle vestida casi como una vagabunda!–

El taxista me miraba… atrás quedó el momento en que abría las piernas y me le insinuaba al taxista que me llevó al centro comercial. Él ya sabía por la conversación con mi prima que literalmente estaba de puta con un tipo que apenas conocía, pero muy amablemente se ofreció a hacer lo necesario para que yo no fuese crucificada cual chivo esa misma noche.

Calle 80, autopista norte, calle 100 y avenida 19, era la ruta “más rápida” para llegar a mi destino. Podrán imaginar lo que es el tráfico en Bogotá un sábado a las 6:00pm. Llega un WhatsApp: –Ya estoy en la entrada del edificio de tu prima. Sal rápido. Estoy en el carro– Siento terror al leer ese mensaje, si a César* se le ocurre llegar al apartamento, estoy perdida.

Mi prima se entera de la novedad y sabe que a esas alturas ya estoy hecha nervios. Le pedí que le preguntara al vigilante de su edificio si el taxi podía entrar y dejar a alguien en el sótano. Era para mí, la única forma realmente viable de entrar al edificio sin que César* me viera. –Gorda, no se puede. El vigilante dijo que no…– –Estás perdida, estás jodida– me decía sentada en su poltrona, la parte mojigata de mi consciencia.

Eran casi las 7:00pm y él estaba cada vez más exaltado por mi demora, cada mensaje que llegaba de el a mi WhatsApp era como una sentencia. Solo pensaba en que no fuera a cruzar la portería del edificio. Casi había llegado a mi destino y aún no tenía forma de entrar sin ser vista.

–¿Y si yo salgo y saco un gabán de mi mamá para que te cubras y de paso ocultes tu rostro para poder entrar?– Me dijo Camila*. Era una idea genial y de hecho, era la única carta que tenía para salvar mi azotado culo.

Llego con el taxista a mi destino. El, para mi alivio sigue en el carro. Me quedo a una distancia prudente para que él no me vea y estoy pendiente de la salida de Camila*. Ella sale, y veo que se queda hablando un momento con César*. Pago la carrera y le agradezco enormemente al taxista por traerme lo más pronto posible y sus intenciones de ayudarme. Le pico el ojo descaradamente y me bajo del taxi.

Camila* llega, me entrega rápido el gabán, me dice que logra hacerme un poco más de tiempo con él, diciéndole que mi demora era porque se me había extraviado algo y que no lo encontraba. Se mete deprisa a una tienda, compra unas cosas y regresa rápido hacia el carro, le entrega algo de comer (supongo, para calmarlo) y entra al edificio. Ella ya había hecho su parte. El éxito o fracaso de mi día dependía de como entrar.

Un chico de una pizzería va de salida con un domicilio. Lo llamo a un lado y le cuento rápidamente que debo entrar al edificio que le señalo sin ser vista por la persona que está en el carro. –¿Qué debo hacer?– Me preguntó. Realmente solo necesitaba que el fuera mis ojos al momento más crítico del cruce. Mi escudo humano.

Es la hora de la verdad. Empieza a lloviznar y el hecho de que oculte mi rostro bajo el gabán se hace más creíble. Cruzamos la calle y el chico me cubre de la vista de César* –¿Qué está haciendo?– Le pregunto –Mirando el celular– Me responde rápidamente. Llegamos a la puerta de la portería. ¡Joder! Quiero entrar ya y justo se demoran en abrir. Le agradezco al chico y el rápidamente se va con su domicilio. Me anuncian, cruzo la puerta, me arranco de los pies los jodidos tacones de punta y empiezo a correr ansiosa y casi victoriosa hacía el apartamento.

Mi prima abre –¡Corre!– me dice. Me desvisto delante de ella y me pongo la ropa que previamente me tenía lista. Me mira sorprendida mientras pongo en mi celular la canción “We Are The Champions” de Queen. –No sé cómo haces, pero lo haces prima. ¡Estás loca!–

Me río, pero le digo que aún no deberíamos cantar victoria, entré pero realmente no sabía si las cosas habían salido como las habíamos planeado. Me despido de ella prometiendo avisarle cualquier novedad, camino rápido hacia la portería, salgo y lo veo a él con cara de verdadero enojo –Mierda, me descubrió– pensé. Me subo al carro pero no lo saludo de beso. Estoy a la expectativa…

–Por dios, como es que tardas tanto en vestirte. Vámonos. Nos están esperando– Sonrío maliciosamente y en mi cabeza se pasea nuevamente la canción de Queen. ¡Era Oficial! Había logrado que no me descubriera, haciendo de mí, la puta vagabunda más escurridiza que puede existir…

*Nombres cambiados.

akane89

Soy mujer bisexual

visitas: 1510
Categoria: Sadomasoquismo
Fecha de Publicación: 2018-03-12 08:31:00
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1 Comentario

expectacular, Quisiera hablar más del sadomasoquismo me wncanta

2018-04-03 20:28:51