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EL ESPOSO DE LA SICOLOGA

Debido a que siempre me han fascinado las mujeres, pero primero tuve experiencias con hombres, durante mi juventud tuve que acudir a una psicóloga (Tatiana), la razón, me sentía incapaz de estar con una mujer, pero me gustaban, y me fascinaban los hombres, pero me sentía culpable…

La psicóloga de la universidad era una mujer maravillosa, y con el tiempo llegué a verla como una gran amiga, de ahí no más. Su esposo (Mario) quien también trabajaba en la universidad, era una excelente persona, buen profesor, y teníamos una relación cordial.

Debido a que buscaba mucho a Tatiana, Mario me hizo en ocasiones comentarios respecto a visitarla menos, porque yo era un estudiante y ella psicóloga de la universidad, que recordara que era casada, en fin… un día me lo encontré en la cafetería, y me pidió que hablaramos… de la cafetería a mi facultad había un tramo largo, hablamos mientras caminábamos.

Yo: (A la defensiva): Ya te he dicho que para mi Tatiana es una amiga y no más.

Mario: Tranquilo, ella me lo aclaró, me contó que te gustan los hombres, fresqueate, es que soy muy celoso.

Yo: (Maldita, y el secreto profesional?, yo la adoraba, era mi amiga, pero eso estaba fuera de toda regla) pero no es razón para contar las cosas que le cuento.

Mario: Tranquilo, ella me ha contado cosas de muchos pacientes, y los psicólogos a veces se desahogan con otras personas para liberarse de cargas emocionales.

Yo: (Que excusa tan chimba), igual espero que no le cuentes a nadie.

De repente puso su mano en mi cuello y me acercó a el…

Mario: … y cuéntame yo te gusto?

Yo: (Mierda, el tipo era un cincuentón, como de 180, acuerpado, con panza, moreno, velludo y barba… lo que se conoce como un oso)... pues si, pero tranquilo que no busco a Tatiana para eso (yo sabía que iba por algo mas).

Mario: ... tu también me gustas.

Nos desviamos del camino, fuimos al parqueadero y nos fuimos en su carro, me tomó la mano y la puso sobre su verga, la fui masajeando todo el camino, mientras hablábamos de cosas varias y de sexo obviamente.

Llegamos a un conjunto cerca a Bulevar, subimos, discretamente, todo lo que hablamos, la conversación murió en ese instante, como si todo estuviera dicho, tan pronto cerró la puerta del apartamento me agarró contra la pared, sentía su barba sobre mi piel, la dureza de su verga, su lengua se metía en mi boca como buscando un tesoro.

Nos besamos intensamente, manoseábamos y cogíamos, fuimos a una habitación, era su cama matrimonial, la cama de mi psicóloga y amiga. Sentí que podía ser una pequeña venganza por haber revelado mi secreto.

Se quitó la ropa y yo hice lo mismo, todo seguía en silencio, el instinto marcaba la pauta…

Debajo de esa pronunciada panza había una verga gigantesca, larga gruesa… me senté en la cama y mientras estaba de pie se la mamaba, tuve que poner la mano como tope porque me la quería hundir a tope pero era muy larga.

Por ratos la sacaba y me besaba, para luego volvérsela a mamar… me recostó y me subió las piernas, me metió sus dedos grandes y me dilató, me preguntó por condones y yo no tenía, el tampoco, pero estábamos muy calientes.

Mario: Dejame metertela sin condón…

Yo: Con una condición, trátame de puta y llamame Tatiana…

Me haló de los brazos y quedé de pié en la cama, pensé que se había molestado, pero me llevó a su boca y mientras nos besábamos, metió dos dedos en mi culo, y me dijo, quiero que seas mi putica linda… Tatiana, eso me puso a mil.

Me acosté boca arriba, con la cadera en el borde de la cama, el puso mis pies en sus hombros, sentí su cabeza en medio de mis nalgas, cuando de repente me penetró hasta el fondo, lentamente pero con firmeza… aunque me había dilatado el grosor era suficiente para causar dolor.

Mientras me culeaba, yo miraba las fotos que estaban en la habitación, parecían ser una bonita pareja, pero la nueva Tatiana era yo.

Fueron unos veinte minutos de verga constante, luego se acostó y me pidió que me sentara sobre el, yo empezé a dominar el movimiento, nos mirabamos a los ojos y de tanto en tanto nos besabamos, cuando llegó al orgasmo, me levantaba y sacaba su verga hasta el borde y me sentaba de golpe para hundirla nuevamente con una fuerza bestial.

Luego de eso se fumó un cigarrillo, nos vestimos y nos fuimos para la U, en cada semáforo u oportunidad nos dábamos un buen beso.

Eso se repitió varias veces como por dos años hasta algún tiempo después de haber dejado la universidad. No fuimos pareja, más bien amigos con derechos.

Respecto a la psicóloga no se si se enteraría de lo nuestro, pero admito que fue mi acto de venganza ser culeado por su esposo, en su casa, en su cama, usando su nombre y en algunas ocasiones hasta su ropa… una vez en su consultorio, pero esa clasifica para otro relato.

manzanotz

Soy hombre bisexual

visitas: 1457
Categoria: Gay
Fecha de Publicación: 2018-03-18 20:38:24
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2 Comentarios

Uff espero conocer un maduro asi de rico que delicia.

2018-04-02 16:04:58

q delicioso comentario¡¡¡

2018-03-27 16:43:01

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