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El agudo sonido del despertador se le mete por entre los tímpanos.
La joven apenas si esta saliendo de su trance.
Pero el ruido es tan agudo que retumba hasta lo más profundo de su cerebro.
Da una palmada con su mano derecha contra el aparato y este se calla de inmediato.
Exhala profundamente ante el silencio que invade el lugar.
Termina de abrir los ojos perezosamente y escanea el lugar.
La luz del día ya se esta filtrando por la ventana y deja ver con más claridad.
En la habitación solo hay un pequeño closet, una mesa de noche y espejo, fuera de una angosta cama.
Perezosamente, Manuela se quita las cobijas con la ayuda de sus piernas.
Más que quitárselas, las patea hasta el piso.
Levanta la cabeza y el reloj marca las 5.50 am.
Deja escapar un suspiro.
La joven no es muy amiga de dormir con pijama.
Prefiere dormir desnuda mientras pueda.
De hecho, solo esta con sus cómodas bragas para dormir.
Debe ir al trabajo.
Se estira sobre su espalda para alejar la pereza que la controla
El ritual esta casi listo.
Pero Manuela se detiene.
Moja sus labios.
El calor que aún hay sobre las sabanas la invade.
- Aún hay tiempo - Piensa mientras sonríe.
Posa sus dedos sobre su abdomen.
Esta tibio, como todo su cuerpo.
No ha quitado su mirada del techo.
Los primeros rayos de luz comienzan a enfocarse en su cuerpo semi desnudo.
Los dedos de ambas manos comienzan a rozar su piel, iniciando con su abdomen.
Baja hasta su cadera.
Continúa hasta sus muslos.
Un cosquilleo le eriza la piel.
Moja sus labios, aún más, a la vez que flexiona sus piernas.
Se acomoda sobre la almohada levantando un poco más su cuello.
Traga un poco de saliva.
Su mano derecha sigue dando un barrido de abajo hacia arriba sobre su muslo.
Mientras, la izquierda sube de nuevo, pasando por su estómago, hasta llegar a sus senos.
Roza un poco su pezón izquierdo por un par de segundos, pero no se detiene ahí.
Continua hasta posar sus dedos sobre sus labios.
Los deja allí.
Apenas si muerde la yema de su anular, mientras su mano derecha termina de recorrer su muslo y se posa sobre su sexo.
Manuela puede palpar cuan tibia esta su entrepierna.
El contacto ya esta provocando que se comience a lubricar un poco.
Cierra los ojos y toma una bocanada de aire profundamente.
Ahora sus manos no le pertenecen, han tomado vida propia.
Lentamente, sus dedos se van introduciendo por delante de sus bragas.
Una tibia humedad envuelve sus dedos.
Solo atina a entre abrir sus labios ante la sensación.
Moja sus dedos con la punta de su lengua con un lento movimiento circular.
Le saben un poco ácidos por un segundo.
Abre los ojos y lo primero que nota son sus muslos flexionados.
Extiende su pierna izquierda para acomodarse mejor.
Su mano derecha no ha bajado el ritmo ni por un segundo.
Movimientos circulares muy lentos tienen palpitando su clítoris.
- Mmmmm - deja salir un gemidito a la vez que se muerde el labio inferior.
Baja su mano izquierda hasta alcanzar su pezón izquierdo.
Con su aun mojado dedo, dibuja un pequeño círculo alrededor de su aureola.
Su pezón a un no esta erecto, por lo que continua tentándolo con leves movimientos.
Su respiración se esta comenzando a alterar.
Quiere bajar aún mas con su mano derecha pero su tanga no se lo permiten.
Está demasiado ajustada.
Doblando ambas rodillas y liberando ambas manos, remueve lo que queda de su ropa interior.
Lanza la pieza hacia un lado de la cama, sin prestar atención donde cae.
Levanta la cabeza y mira el reloj.
Marca las 6.00 am.
- Aun tengo tiempo - murmura.
Acomodando su cabeza de nuevo, cierra los ojos y abre las piernas con mayor comodidad.
La sensación de estar totalmente desnuda la excita.
La da la noción de que puede hacer lo que quiera.
De estar totalmente expuesta.
Verdadera libertad de hacer lo que quiera.
Y eso va a hacer.
Devuelve su mano derecha hacia su sexo y retoma.
Esta vez, se asegura de cubrirlo con toda la palma de su mano.
La humedad se pega de inmediato a su mano.
Ahora realiza un movimiento uniforme.
De arriba hacia abajo.
Asegurándose de cubrir cada milímetro de su joven vagina.
Roza su clítoris.
Sus labios externos.
Su posición le permite bajar hasta el perineo.
Al tocar el cosquilleo le causa una risita.
Se regresa nuevamente hasta el monte de Venus.
Manuela no esta totalmente depilada.
Se ha dejado una línea de vello perfectamente diseñada.
De hecho, el hormigueo que causa rozar ese poco vello púbico le deleita.
La sensación la va invadiendo por completo.
Primero se va esparciendo por su vulva.
Llega hasta sus muslos y estomago al mismo tiempo.
Su corazón esta comenzando a latir más y más rápido.
Ante la sensación que la invade, aprieta sus labios con fuerza.
Lleva su mano izquierda de nuevo hacia su ya duro pezón.
Lo toma con gentileza.
Lo comienza a apretar muy suavemente.
Esto activa una corriente eléctrica interna que se potencia al acariciar su vulva con toda su mano derecha.
- Ahhhh - exhala un nuevo gemido más profundo.
Ahora, todo su cuerpo esta palpitando.
Se comienza a retorcer.
Instintivamente, sus muslos tratan de cerrarse.
Cuando lo hacen, vuelve a tomar conciencia y abre sus piernas aun más.
- Ayy, si. - Exclama antes de apretar sus dientes.
Voltea su cabeza contra la almohada.
Ya su cuerpo esta llegando a algo mas allá del simple cosquilleo.
Oleadas de una mezcla de calor y energía van liberándose a medida que continúa el estímulo.
Pero quiere más.
Con mucha delicadeza, sus dedos anular e índice se abren camino entre sus labios íntimos.
Su coño esta tan lubricado, que no ofrece resistencia alguna.
Al llegar a cierto punto, la oleada de energía que libera es tan fuerte que la obliga a levantar su cabeza y quedar encorvada sobre su cama.
Todo acompañado de un fuerte gemido.
Esta bañada en sudor.
Todo su cuerpo esta húmedo.
Su boca esta llena de saliva.
Incluso, los dedos que estimulan sus pezones están húmedos.
Pero esto lo único que hace es motivarla a seguir embistiendo su sexo con más velocidad.
Cada penetración que hacen sus dedos la va acercando mas y mas al clímax que busca.
Una agonía la empieza a invadir.
La sensación se va acumulando.
Su vulva esta recogiendo toda la energía en su interior.
Parece que fuera a explotar en cualquier momento.
Manuela trata de controlar su respiración
Teme dejarla ir.
Ya le ha pasado muchas veces antes. Detesta cuando eso pasa.
Decide cambiar la técnica.
Se incorpora y comienza estimulando su clítoris.
La sensación aun esta ahí.
Ahora comienza a gemir entre dientes.
Sus muslos tiemblan.
Sus manos tiemblan.
Sus labios tiemblan.
En un segundo, una onda de inmenso placer la envuelve por completo.
Los espasmos que da su cuerpo son solo igualados por la intensidad de sus gemidos.
Es tan fuerte que una lágrima se le escapa.
Lentamente, la sensación va disminuyendo
Manuela se tiende sobre sabana bruscamente con los brazos abiertos.
Su cuerpo es un solo temblor.
Esta exhausta, pero con una lasciva sonrisa.
Levanta su cabeza para ver la hora.
El reloj marca las 6.17 am.
- Ufff, hora de levantarse - se dice a si misma
De un solo salto se pone de pie y camina hasta su ducha.
El agua tibia que cae sobre su cuerpo apaga cualquier rastro del éxtasis experimentado.
Su cuerpo recupera la temperatura normal.
Manuela sale de la ducha cubierta solo por una toalla.
La puerta de su habitación se abre de un solo golpe.
Ella voltea a mirar y tiene que bajar la mirada para ver quien esta entrando.
Se trata de un pequeño perro raza terrier llamado Chispita.
La presencia del animal le roba una sonrisa.
Este se sube a la cama y se queda mirándola con la cabeza agachada.
Manuela deja caer su toalla y comienza a hurgar entre su guarda ropa.
Toma un conjunto que comprende una tanga vino tinto y un brasier del mismo color.
Camina hasta el espejo y se acomoda la tanga primero.
Da una media vuelta para ver como le queda.
- Como te parecen Chispita? - Dice mientras da una giro de 360 grados
El can apenas si reacciona.
- Ok, creo que están bien.
Toma un blue jean color azul oscuro de doble botón y se mete en él sin ningún tipo de problema.
Acomoda su brasier en sus pequeños senos con mucha delicadeza.
Finalmente, toma una blusa de color negro y de mangas transparentes que le queda totalmente ajustada.
Se sienta sobre su cama a organizarse el cabello y mira su reloj.
Marca las 6.40 am.
- Mierda, ya voy tarde. - Dice mientras mira a Chispita.
Camina hasta la sala contigua para prepararse algo de comer.
Toma el control del televisor y lo enciende para escuchar las noticias mientras prepara el desayuno.
El apartamento es bastante pequeño.
Consta de solo una sala comedor.
Cocina y zona de lavado y secado.
Una habitación y un baño con ducha
Menos de 30 metros cuadrados para Manuela y Chispita.
Toma un par de huevos y una cacerola.
Las noticias ya han comenzado y algo en ellas capta la atención de la joven.
- Tenemos reporteros en la zona del crimen.- Dice el presentador.
Manuela deja los huevos, se acerca a la pantalla y sube el volumen.
- Así es, la policía informa el hallazgo de dos cuerpos al interior de un apartamento del centro de Medellín. Al parecer, se trata de un crimen pasional ya que el estado en que los dejaron demuestra un alto grado de sevicia.
Manuela reconoce a algunos de sus compañeros de trabajo en las imágenes
- Mierda - Refunfuña mientras va hasta la mesa del comedor donde esta su celular
Tiene 14 llamadas perdidas.
Un escalofrío la recorre y se muerde el labio.
Abre What’s App y solo hay un mensaje que dice: “Ven urgente al centro. Te necesitamos”.
Sabiendo que ya no va a poder desayunar entra a su habitación por su bolso.
Junto a este esta una tarjeta con su fotografía que dice:
“Manuela Cardona - Investigadora Criminal CTI”
Sale de prisa y se encuentra con Chispita saltando en la sala.
- Anoche te dejé la comida en tu recipiente. - Le dice al animal.
Este solo mueve la cabeza hacia un lado y se queda estático.
Antes de salir, Manuela escucha una vez más al periodista.
- En reportes no oficiales, se afirma que ambas víctimas estaban atadas con cuerdas del techo y llevaban máscaras y ropa íntima de cuero. Al parecer, realizaban prácticas sexuales extremas.
Manuela se queda estática junto a la puerta al escuchar esto.
- Tiene que ser una coincidencia - Se dice a sí misma en voz baja
Finalmente, cierra la puerta y camina perdida en sus pensamientos por el pasillo.