Comienza un viernes de hace algún par de meses, fin de mes, exceso de trabajo, entrega de informes, realmente necesitábamosde un masaje relajante así que me di a la tarea de buscar a alguien a través de plataformas online que nos ayudara a encontrar ese momento de paz, relax y descanso. 

Luego de navegar sin obtener ningún resultado encontré un man pinta, buen cuerpo y según él, el mejor de los masajistas, llamé inmediatamente y me informó que apenas se estaba desplazando a la ciudad por lo que la cita no podía concretarse para el mismo día.

Esperamos pacientes, agendamos servicio para el día sábado, tenía muchas expectativas, concientemente limpié muy bien cada zona de mi cuerpo, presentía que lo mejor estaba por ocurrir.

A eso de las 19.30 aparece el sujeto en cuestión, un tipo de 1.80 mts, pinta, paisa, gorra para cubrir su cabeza y capota para hacerlo con su rostro, me dio susto, debo admitirlo, pero comencé a notar que hacía ejercicio con mucha frecuencia, sus brazos gruesos y fuertes, gran culo, buen pecho, hermosas piernas, tatuajes en brazos y al comenzar a hablar denotaba muy buena educación, voz de macho seductor, fue mi primera impresión y no tenía nada más que decir.

Lo invité con prisa al cuarto principal, mi pareja y yo, ansiosos decidimios que iba yo de primero para el masaje. Nada fue improvisado, grandes manos y mucha fuerza que permitían que el evento se convirtierá en algo fenomenal, me dijo en tono de mando, “quítate toda la ropa” mientras él, lentamente desprendía de su ejercitado cuerpo cada una de sus vestiduras, ratifiqué lo que había observado desde el principio al quedarse en bóxer blancos muy sexies tipo briefs, ¡qué culazo!, ¡qué cuerpo!, ¡qué tatuajes!, ¡qué chimba de man!.

Él en bóxer, yo desnundo, el masaje se realizó sin prisa, bien hecho, con fuerza, precisión, demostrando la experiencia que a sus escasos 23 años tenía.

Se llevó a cabo el mismo procedimiento con mi pareja, realmente fueron entre 40 y 45 minutos de placer para cada uno de nosotros.

Al terminar con ambos se retira el bóxer, nos dice “me cayeron bien, por lo que pagaron les daré un poco más”. ¿de verdad? Pregunté, ¿a qué te refieres? Pregunté nuevamente. Dijo “Sí, vamos a pasar bueno los tres, más bien vengan” Retiró con fuerza el bóxer que recién me había puesto, mientras me ubicaba debajo de él tomó la verga de mi pareja en su boca, el hombre realmente y a pesar de su edad, era todo un experto, embestía con fuerza, lubricaba frecuentemente poniendo su saliva en mi culo, sensación que debo confesar, no la había experimentado anteriormente.

Pasamos de una posición a la otra, el hombre tenía muy buena dotación, me hacía sentir muy bien; admiraba con celo cada uno de sus atributos, esos tatuajes, esa cara de macho pinta, esa barba, todo en sí era digno de admiración pero curiosamente no soltaba de su boca la verga de mi pareja.

Mi pareja eyaculó justo sobre su cara, este man embistió con fuerza dando su última penetración, exclamo de placer, el semen de mi pareja comenzaba a caer de la cara de nuestro masajista a mi espalda, me excite, terminé.

Nos limpiamos, nos duchamos, conversamos, compartimos un par de cervezas, prometimos volverlo a llamar, lamentablmente no ha vuelto a nuestra ciudad, esperamos con ansias verlo pronto.