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Un viernes que salí a tomar unas cervezas entre amigos, se dio la oportunidad de conocer a “un amigo” de los amigos. Solo con mirar(nos) genero una empatía cómplice, que abrió el espacio de confianza para abordar temas mas íntimos. En mi desconocimiento de algunas cosas, se toco el tema de las mamadas, que, si bien fue en broma a inicio, tomo carácter más técnico en lo sucesivo. Acá comparto lo que recuerdo de esa conversación:
La acción de succionar un pene tiene muchas maneras de expresarse: mamada, francés, felación, limpieza de sable, chupadita, sexo oral, beso salchichero, bajar al pilón, etc
Hay muchas formas de hacer felaciones, y lo recomendable es utilizar distintas técnicas juntas. No tiene importancia el lugar que escojas, puede ser en casa, en la cama o en los probadores de algún centro comercial, pero necesitas sentirte relajado para hacerlo bien.
Lo primero sería un acercamiento y se va acercando la boca con suavidad al miembro en cuestión. Se trata de arrimar la boca, sin introducirse nada dentro aun y sin chupar. Como mucho ir besando húmedamente.
Mantenla agarrada en tu mano y siente si hay alguna respuesta allí abajo.
Sujeta sus testículos en la mano izquierda y el pene en la derecha. Apriétala suavemente y poco a poco hacia abajo en dirección a la base del mango y disponte a chupar.
Recorre tu lengua sobre tus labios para tenerlos listos y húmedos, y mira la cara del man ( quiere mirar como lo haces).
Ahora abre tu boca ligeramente para excitarlo y acércate junto a su miembro. Respira en él, sóplale con tu aliento caliente. Saca tu lengua y tócale ligeramente con ella.
Asegurándote que tu lengua está goteante de humedad, comienza en la base de su mango y lame hacia arriba, lentamente. Gira tu cabeza de lado y simula morderle, suavemente colocando tus dientes en su carne (cuidadito con los dientes que es muy molesto y puedes hacer daño). O cierra los labios y restriégala.
Humedécelo de nuevo con tu lengua y usa tu mano para esparcir el líquido alrededor si es necesario.
Intenta que las manos nunca estén quietas. Como tu mano izquierda mientras tanto está tocando sus testículos, puedes también querer buscar debajo y detrás de ellos para encontrar ese área tan sensitiva justo antes del ano, o incluso pasar tus dedos sobre su agujero muy levemente, ya que el músculo que causa la erección comienza ahí atrás, esto producirá una agradable reacción en su pene.
Ahora pasa la lengua por el frenillo primero de forma lenta y después rápidamente. Con suavidad siempre, pero no te detengas. Continúa tu larga y húmeda lamida sobre la punta, insistiendo en el agujero del centro. Mantén tu lengua en él, si puedes, pero no chupes su cabeza aún.
Recorre con tu lengua el borde de su capullo, por todo el contorno, haciendo frecuentes pases por la piel tierna.
Estruja el mango y mira si brota un líquido claro. Si lo hace, baña tu lengua en él y espárcelo. Se extenderá contigo y parecerá fantásticamente erótico.
Ahora, muestra como te gusta la sustancia. Acércate a la cabeza de su falo como si fuese un helado de chocolate y mete todo el capullo en tu boca caliente. Mantenlo allí. Escúchale gemir y gime tu también si te apetece… Permanece así, con el dentro de tu boca, siente como crece dentro de ti. Pasa tu lengua por toda su largura, de arriba a abajo y viceversa y mírale mientras lo haces.
Ahora baja rápidamente y mete tanto pene como pueda caber dentro de tu boca (no olvides mantenerla siempre salivada). No temas, no te ahogarás. Si doblas tu cuello de la manera correcta, puedes meterla limpiamente en tu garganta. Permanece así, con ella dentro de tu boca, durante un momento. Siéntela dentro tuyo
En este momento puedes hacer varias cosas. Esta es una de ellas: Deslízala hacia atrás hasta el extremo y chasquea tu lengua contra ella. Tu chico tendrá un hormigueo ahora, queriendo profundizar más en tu garganta. Pero no le dejes imponerse. Si lo hiciera, se correría en dos minutos.
Moviéndote tan rápido como el pueda aguantar (no le dejes correrse aún), deslízate arriba y abajo por su miembro como si estuviera penetrándote. Si está muy cerca de correrse, para, o al menos frena. Si no puedes o no quieres introducirla hasta el final, (puede que te den nauseas) puedes usar tu mano derecha para completar la sensación de tragártela a fondo.
Esta es otra cosa. Además de sólo meterla en la boca, puedes succionarla que es bastante diferente. Hay mamadas profundas y pequeñas y ambas seguro que le sientan condenadamente bien. Tu chico puede tener una preferencia, así que observa sus reacciones.
Lleva tu mano derecha a la base y aprieta allí. Esto provoca que el mango se llene y espese, y ahora el capullo estará brillante y suave. Continúa manteniéndola en tu boca, chupa y prueba todos tus movimientos variados hasta que sepas que el hombre no puede soportar más y va a correrse…
Si quieres mirar, puede que te guste observar el disparo. Lo sentirás venir con tu mano derecha y sabrás cuando apartarte. Puedes incluso intentar coger algo con tu lengua si eres rápida/o. Te puede proporcionar imágenes para tus sueños húmedos y además, es emocionante ver el semen salir a borbotones. Es asombroso cuanta cosa sale y lo lejos que llega… Ten cuidado de apartarte a tiempo si no quieres sufrir un accidente!!
Hay a quién le encanta que después de chuparla, el chico eyacule dentro de la boca o incluso tragar el semen y a muchos de ellos les gusta que se lo traguen. Cógelo en tu boca, mantenlo allí y después lo tragas. Ten cuidado de retroceder un poco cuando estalle o si no el “disparo” de la corrida te puede llegar hasta el fondo de la garganta y te atragantarás. Para los más atrevidos siempre existe el beso blanco, que es una manera muy sugerente de terminar. Hay a quien le da repelús, o asco incluso. Mi opinión personal es que sería una bonita guinda para tan íntimo pastel, pero como siempre digo, para gustos los colores.
Cuando termino la conversación, matizada por varias cervezas, y pasado un buen tiempo en que ya solo quedábamos apenas unos pocos, el “amigo” de mis amigos me dijo: Lucas, es hora de que todo lo dicho lo practiques ¿quieres?. 15 minutos después de despedirme del grupo, iniciaba el primer paso de su recomendación.






