Cristina siempre había sentido curiosidad por todo lo relacionado con el sexo anal. Nunca lo había puesto en práctica, pero yo siendo su novio le insistía mucho para que me dejara penetrarla por detrás hasta llenarlo de lechey sentir ese gusto en aquel agujerito tan estrecho y morboso. Finalmente, una noche la logre convencer, no sin antesasegurarle que pararía al instante si ella experimentaba algún tipo de dolor o molestia. Aquello fue lo que finalmente convenció a Cristina, que llevaba mucho haciéndose de rogar pero, en el fondo, ansiaba tanto como yo poder experimentar el placer anal en todo su esplendor. Las ganas apretaban más que nunca, y en unos pocos minutos Cristina estaba lista para su primera vez anal.

Empecédesnudándola y lamiéndole todo el cuerpo de arriba abajo. No hay cosa que excite más a Cristina que el hecho de que le chupelos pezones y juguetee con ellos. Yo sabía muy bien qué botón tocar para poner bien arrechaa Cristina, así que mededique en cuerpo y alma a excitar sus grandes tetas como sólo ella se merecía. Cristina no podía parar de gemir, y su cuquita se fue humedeciendo ante tanta pasión, como para preparar el terreno ante la posible penetración sin fin. Sin embargo, aquella noche la penetración iba a llevarse a cabo por otro agujero bien distinto. Sin hacerse más de rogar, la misma Cristina agarró un pote de lubricante que guardaba en su mesita de noche y me pidió que se lo untara en todo su culito. Después, agarró mi verga y la embadurnó del mismogel lubricante.

Ya estábamos listos para el desvirga miento anal de mi chica, Cristina se acomodó en cuatro y puso su culito en pompa. De este modo facilitaba mi trabajo, me arrodille ante ella y sin que lo esperaracomencé a lamerle el ojo del anocon mi lengua que es muy ancha lo que le encanta mucho a ella y comenzó a gemir yacariciarse la rajacon su mano mientras yo sentía como mi lengua hacia dilatar su apretado culo , cuando estuvo lista me pare detrás de ella yfrote la cabeza de mi verga en suentradadel ano y claro, el gel hizo queresbalara muy pronto hacia adentro . Al principio no fue una experiencia del todo agradable, pero poco a poco el culito de Cristina se fue dilatando y empezó a experimentar el placer anal como nunca antes lo había hecho. Aquella primera vez se estaba convirtiendo en un polvo de lo más excitante y placentero para ambos, yo estaba gozando más que nunca. Meterla en aquel agujerito tan estrecho suponía un placer enorme para mí, pues sentía la presión alrededor de mi vergay me excitaba hasta niveles nunca antes vividos.

Entre gritos y jadeos, la seguía culiando sin parar, bombeando y agrandando el agujero del culo para, terminar viniéndome dentro de ella y llenarla de leche caliente. No tardó en llegar ese momento. Mientras yo agarraba bien fuerte su culo, Cristina se metía un dedo en la raja y se veníavarias veces pues es multiorgasmicay ahora alsentir placer anal y vaginal al mismo tiempo se corría de lo lindo. Por fin llegomi momento más esperado, una explosión de leche caliente en su culo, me corrí en una forma indescriptible. Y sentido mayor placer cuando ella también alcanzó el orgasmo junto conmigo, uno de los más intensos de su vida, como me confeso después.

Ahora ella es adicta al sexo anal conmigo. Cada vez quetenemos sexo lo primero que pone en mi cara es su lindo culo y yo feliz se lo penetro hasta llenarlo de mi leche porque eso le encanta a Cristina.