De vuelta a la rutina, tenía la suerte de tener unos días de semana libres antes de regresar al trabajo después de navidad y año nuevo. Hasta que tuvo lugar el segundo encuentro…

Un sábado, después de hacer mercado, volvía a casa con una bolsa en cada mano. Al llegar a la puerta me encuentro a mi deseada vecina madurita de Pereira y ella corrió a sostenermela puerta.

-Esta vez soy yo la que te devuelvo el favor- me dijo en voz alta. Sigues solito ¿nada que regresa tu esposa? 

-no nada, muchas gracias, así no tengo que sacar las llaves- añadí bastante nervioso al encontrármela igual de despampanante que siempre. 

-¿te ayudo con las bolsas?- preguntó.

-No, no hace falta, gracias. Muy amable- contesté.

-Pues creo que yo si tengo que pedirte un favor- me dijo para mi sorpresa.

 -Dime si, ¿qué sucede?- seguí.

-Pues ¿recuerdas que nos íbamos a casa de mis suegros a pasar las vacaciones no? resulta que mi suegro, el abuelo de Dani, se ha puesto malo y está en el hospital. Este fin de semana mi marido y mi hijo han ido a pasar dos días con ellos al pueblo- añadió la madurita mientras yo entraba y descargaba las bolsas en el comedor .

-Si…dime…- dije arrastrando las palabras y bastante nervioso.

-Bien, hemos hecho un montón de fotos con la cámara de mi marido en estas fiestas. Yo me llevo fatal con la informática y él me pide que le mande las fotos hoy mismo para enseñárselas a su padre. Pero es que no sé ni pasarlas de la cámara al compu - finalizó con tono simpático.

-Vale, no hay problema, hasta ahí creo que te puedo ayudar. Trae la cámara y yo con gusto te ayudo- dije.

Cuando entré en casa estaba alucinando, como no había nadie, guardé lo que había en las bolsas, fui al baño, me lavé los dientes, me miré en el espejo, me crují los dedos de las manos y prepare café.

-Hola, ya estoy aquí de nuevo- me dijosonriente.

-ok, ok, pasa, el computador está en mi habitación, creo que necesito algún cable, pero no estoy seguro de si lo tengo o no- añadió.

Empecé a caminar detrás de ella por el pasillo de mi casa, la mirada se me iba completamente hacia el culo y las piernas de la morena. Al doblar el pasillo había un espejo en la pared y vi que ella estaba mirándome a la cara mientras la guiaba a mi habitación. Al verme descubierto me puse todavía si cabe algo más nervioso y con la cara colorada. Pero ella no dijo nada.

-Bueno, pues ahí está la dichosa cámara, tengo que enviarle las fotos por correo, tú dirás lo que hay que hacer- dijo al entrar en la habitación.

Me senté en el escritorio, cogí la cámara y saqué la tarjeta de memoria, la introduje en el compu y le enseñé las fotos.

-¿son estas las fotos?- pregunté.

-Si si, qué rápido, y lo torpe que soy yo con todos estos aparatos… ¿y ahora como se las envío por correo a mi marido?-contestó.

-Pues primero hay que descargarlas al compu, y luego cargarlas en el correo o en la nube para que se las puedas enviar- dije.

Vale si, lo de enviar correos y archivos en la nube ya me suena más, pero por si acaso hazlo tu si?-dijo.

Seleccioné las fotos y las copié en una carpeta que le creé en el escritorio, eran un montón, el aviso de Windows dijo que quedaban 16 minutos.

-Uuhh sí que va a tardar, me voy a preparar un café tú quieres?, mientras descarga las fotospara enviarlas - .

Ella no sabía qué hacer ni qué no hacer, me pidió prestado el baño y luego camino hacia el cuarto de baño, y al doblar la esquina giró la cabeza y volvió a cazarme mirándole las piernas y mirándole el culo. Pero esta vez se dibujó una pequeña sonrisa en su cara antes de entrar en el baño.

Yo me quedé mirando las fotos, no había nada interesante, todas cenas y fotos familiares. Luego bajea preparar el café y escuche que por fin sonó la puerta del baño abrirse. Mi madurita de ensueño salió y bajo hasta la cocina, ahora su falda se había subido un poco y enseñaba casi todas las piernas y el comienzo del escote.

Nada más verla me quedé anonadado mirando como se acercaba, no lo pude evitar, su falda tapaba solo lo justo para que no se viesen sus partes íntimas. Era increíble. Cuando estaba cerca, se detuvo delante de un espejo y comenzó mover el pelo mientras me miraba de reojo. Yo en ese instante me di cuenta de que mi pene había despertado y empezaba a abultar mis pantalones. Intenté disimuladamente volverla invisible, cuando me di cuenta de que ella me estaba mirando.

-Vaya como se te puso, ¡vaya con los hombres!- dijo muy segura.

-Ya bueno…esto…te estoy subiendo los archivos a la nube, ya se han copiado y quedan unos minutos…- respondí nervioso.

Ella siguió mirándose al espejo, se ajustó la falda, se sentó a mi lado y yo seguía atontado echándole miradas furtivas a las piernas y al escote. Hasta que mi estuvoestaba totalmente despierto y tuve que volver a colocármela intentando disimularla con los pantalones.

-Así que sigues con el problema eh…no te pongas nervioso, es la edad- dijo ella.

-Ya claro, será la edad, pero normalmente no voy así por la calle- añadí.

-Anda, así que insinúas que es por mí? Que rico queme halagues de esa manera - contestó sonriente.

-Bueno, pues la verdad es que estás bastante bien y desde aquel primer encuentrono sabes cómo deseo estar de nuevo contigo

Mientras mantenía esa conversación, instintivamente volví a tocarme la verga, estaba muy empalmado, la verdad es que parecía que me iba a romper los pantalones. Y ella, inevitablemente, volvió a darse cuenta de que me la estaba tocando.

-Pues sí que tienes ahí un problema grande eh, y además por mi culpa- dijo provocativamente.

Se acercó despacio mirándome a la verga y desviando un par de veces la mirada hacia mis ojos para volver a dirigirla rápidamente a la verga. Se quedó parada de pie a apenas un paso de distancia mirándome.

-Madre mía qué grande la tienes hoy - susurró mientras resoplaba al finalizar la frase.

-Bueno, la verdad es que ya la conoces y tú la pones así que puedo hacer?- Dije mientras seguía medio tocándomela.

Ella sin decir nada ni pedir permiso puso su mano encima de mis pantalones, agarró mi verga a través de ellos y pasó la mano por todo su recorrido mientras suspiraba entre susurros sobre lo dura y lo grande que estaba.

-podemos sentarnos acá?- me dijo señalando la cama.

Obedecí como un autómata, me senté en el borde de la cama y vi como ella se acercaba y mirándome a los ojos me desabrochaba los pantalones, me los bajaba hasta los tobillos y volvía a repetir la misma operación de recorrer mi verga con su mano, pero esta vez a través del bóxer.

-Vaya que tienes la verga grande y dura parece que no culiarashace años, voy a tener que arreglar esto ya que he sido la culpable- susurró de nuevo mientras miraba mi verga con una cara de lujuria que no le había visto antes.

Yo tenía una mano en mi cabeza agarrándome el pelo y no sabía qué hacer ni cómo reaccionar. Ella me quitó también los bóxer y mi verga saltó apuntando al techo en toda su envergadura (medirá unos 18-19 cm más o menos, y es bastante gordita). Ella no quitaba ojo de mi pedazo de carne, tan solo me miraba a los ojos de vez en cuando, pero tenía los ojos fijos en mi verga.

-Madre mía vecino, como tienes esto, ufffff- dijo mientras empezaba a deslizar su mano por el tronco y las bolas

Yo me dejé caer hacia atrás en la cama y ella empezó a hacerme lentamente una paja deliciosa. El ritmo era suave, apretaba bastante con su mano, y con la otra empezaba a masajearme las bolas

Quédate tranquilo, quieto, siéntate y disfruta, no va a pasar nada, yo no soy de esas, solo que mira cómo te he puesto esto, tengo que hacer algo para calmarte- Dijo en voz baja mientras seguía pajeándome lenta y cálidamente.

Yo estaba un poco frustrado, después de otro intento me di cuenta de que no podía culiarmela, al menos no esta vez. Pero ella seguía sin soltarme la verga susurrando que buen tamaño y grosor tenía, que gorda era. Así que me apoyé sobre los codos y me dejé hacer.

Después de un par de minutos, mi verga estaba enorme, parecía que iba a estallar en cualquier momento, pero todavía me quedaba un poco. La blusa que llevaba ella se deslizó un poco por el hombro y dejó asomar media teta, era hermosa. Ella vio que yo me fijaba en eso y siguió acelerando el ritmo. Me comenzó a besar la cabeza y haciéndome una de las mejores pajas de mi vida. Yo empecé a gemir, me estaba encantando, notaba un calor maravilloso recorriendo toda mi verga al compás de su mano. Entonces ella acercó un poco la cara, miraba fijamente mi verga, la tenía a escasos centímetros de su boca, siguió haciéndome la paja entre susurros, mi verga estaba ya prácticamente rozando con sus labios.

En vez de comérmela como yo esperaba, subió la boca hasta mi oreja mientras seguía haciéndome la paja ya a un ritmo algo más acelerado. Y empezó a susurrarme a la oreja:

-Vamos vecino, córrete para mí, tienes una vergaenorme,para disfrutarla de verdad, es grande, está durísima, me encanta, córrete para mí- susurraba sin parar. Poniéndome cada vez más arrecho.

Ohhhhh sí, me voy a venirrrr , aaahhhh, siiii, sigue, no pares, aahhh- dije entre gemidos mientras mi verga estaba a punto de estallar.

-Mmmmm si dale si, córrete para mí, dame toda tu leche, qué gorda y dura la tienes, córrete para mi ¿quieres venirte en mis tetas? -susurraba con los labios pegados a mi oreja.

-Si si, por favor, me vengo ya, aahhh aaahhhh, aaahhhh, aaahhhh- Gemí mientras me venía encima de sus tetas, hombro y su cara.

-ufffff vecino , vaya como estabas…espero que esto te haya ayudado, siento mucho haberte puesto así- dijo la madurita ya en un tono más normal.

Yo no sabía ni qué decir, me acababan de hacer la mejor paja de mi vida, la ordeñada había sido brutal.

La verdad es que no me acuerdo qué le dije a continuación solo sé que me subí los pantalones, le dije que las fotos ya estaban cargadas en la nube y que solo tenía que enviarlas.No sabía qué más hacer. Ella se limpió y se fuepara su casa casi sin decir ni una palabra más. La acompañe a la puerta y se despidió con una sonrisa de oreja a oreja.

-Espero que más tarde o mañana podamos terminarcompleto, me dejaste todamojada pero mi marido podría llegar en cualquier momento y no sería agradable , no quería ponerte así, de todas formas ha sido un halago para mí verte así. Un placer vecinito. Nos vemos- dijo esto último con una sonrisa un poco picarona.