Guía Cereza
Publica tu Experiencia

Relatos & Experiencias

Primera vez, los hombres también la tienen (I parte)

Esta historia tiene ya varios años en mi memoria... viene a mí intempestivamente, quizá quiere convertirse en letras.

Cuando tenia 26 regresé al hogar de mis padres, despues de haber vivido por 7 años con el padre de mi hijo, y realmente en casa pocas cosas habían cambiado.

Mi hermano tambien vivía en casa con su familia, entre ellos su hijastro, un niño que recordaba jugando a los carritos cuando me fui, pero que en aquel momento parecía un adonis: músculos definidos, delgado, casi impuber, pero definitivamente muy masculino. 

Yo estaba en aquel entonces hecha un nudo. La tesis no fluía, me estaba separando, no tenía empleo... y aquel joven se ofreció a ayudarme con la traducción de unos escritos en inglés. Todas las noches estaba en mi habitación sin camiseta, hasta tarde, diccionario en mano y dispuesto a ayudar.

Comencé a notar que buscaba siempre hacerse en una posición en que pudiera sentir mi piel; ya fuese con su pierna junto a la mía o que al moverse, con su brazo rozara el mío. Yo noté su intensión rápidamente, sin embargo seguí su juego un par de días mientras recordaba que de niño recibió una paliza por espiarme mientras me duchaba.

Sin querer darle más largas al asunto le pregunté porqué buscaba tocarme y me dijo sin titubeos que quería que yo fuese su primera experiencia sexual. 

No puedo ni recordar qué respuesta esperaba yo, pero sin duda, su franqueza y la manera de decirlo me hizo sonrojar. Le dije que me parecía increible que a sus 16 y con lo guapo que era, no hubiese tenido sexo. Me explicó que no había pasado de tener ciertos roces y que en una ocasión le había chupado la vagina a una mujer, pero que jamás había penetrado a alguien. 

Yo guardé la cordura, pero confieso que mojé mi ropa interior de sólo oirlo. La siguiente parte fue un poco emotiva, pero resumiendo: me deseaba desde que era un niño.

Me acerqué, puse mis labios junto a los suyos y cerró los ojos. Le acaricié el rostro, bajé por su cuello hasta el pecho y pude sentir que, además de su fuerte respiración, el corazón le palpitaba aceleradamente, era como tener en las manos un ave, bajé por su cintura y le pedí que se recostara. Me puse encima y comencé a besar su cuerpo.

Recuerdo que evitaba estremecerse, pero le era imposible. Su pantaloneta le quedaba cada vez más ajustada y yo moría de ganas por conocer la razón, sin embargo me tomé mi tiempo.

Mientras le besaba el pecho, metí mi mano entre su escasa ropa y, para mi sorpresa, tenía el pene más erecto y bello que he visto: rosadito, liso, grande y derecho, acompañado por unos cuantos vellos y unos testículo pegaditos a su cuerpo que lo convertían en todo un espectáculo. Cuando comencé a besar debajo de su ombligo pensé en tener su falo en mi boca hasta el fondo y lamer sus testículos hasta que no parara de retorcerse mientras, exitada, miraba de cuando en cuando su cara para verlo mordiéndose los labios y con ganas de agarrar mi cabeza para que no parara hasta el fin. Sin embargo, cuando me acerco a su entrepierna con mi lengua, el joven no resiste y se deja venir con una eyaculación abundante y explosiva que termina en mi cara, deliciosamente.

Disfrutamos el momento mientras me dice que jamás le habían hecho algo así y sonrio un poco... le digo que descanse, que esto es sólo el comienzo.

adn123

Soy mujer heterosexual

visitas: 1879
Categoria: Hetero: Primera vez
Fecha de Publicación: 2018-07-02 19:53:10
Más Relatos Por adn123
Compartir en:

0 Comentarios

No hay comentarios