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(2) LA VIUDA.

(2) LA VIUDA.

Cuando sonó el despertador mi corazón latía con fuerza, estaba nerviosa, sabía que esa mañana iba a dar el paso más caliente de mi vida, me puse mi vestimenta deportiva, me veía muy sexi, nunca lo hago antes de hacer ejercicio, pero me maquillé un poco, como la adolescente que espera a su príncipe azul, cuando Andrés llegó venía con un pants blanco y su camiseta sin mangas, no es que fuera un hombre guapo, pero era muy varonil y con una mirada muy penetrante, que a pesar de mi posición, me desconcertaba y por momentos no sabía donde poner la mirada y mis manos sudaban sin explicación.

YO: Hoy viniste más temprano.

ANDRÉS: Perdone, Alicia, pero con esto del tráfico uno ya no sabe calcular el tiempo.

YO: No pasa nada, mejor, así tenemos tiempo de charlar un momento, mira, ayer vino un psiquiatra a alquilarme la clínica de Héctor y le recomendé a tu mujer para que sea su asistente, así que dale su número de teléfono y me cuentas como le va. Solo te advierto que es un hombre muy guapo y Vilma con ese cuerpo… no sé si sea buena idea, pero tú decides.

ANDRÉS: Gracias, Alicia, eso la va a poner muy contenta y ojalá vuelva a ser la esposa amorosa que siempre fue conmigo, y que él sea guapo, no me preocupa, si usted supiera la cantidad de hombres que la cortejan… si fuera celoso me volvería loco.

YO: ¿Y cómo vas con tus sospechas de que Vilma tiene un amante?

ANDRÉS: Pues nada, todo sigue igual.

YO: ¿Aún sigue distante contigo en el plano sexual?

ANDRÉS: Pues casi igual… aunque anoche…

YO: Habla, sin pena, recuerda que somos amigos.

ANDRÉS: …pues anoche… me hizo sexo oral… pero nada más.

YO: Te voy a parecer una mojigata, pero puedes creer que yo nunca he hecho eso.

ANDRÉS: No se lo puedo creer, ¿nunca? ¿ni con el doctor?

YO: Con nadie, ni siquiera me lo han hecho a mí.

ANDRÉS: Usted es increíble… ¿Y no piensa rehacer su vida? Tal vez con otro hombre…

YO: Realmente no tengo cabeza para eso en esta etapa de mi vida.

ANDRÉS: Perdone que le pregunte, pero… ¿Nunca tiene necesidades?

YO: Claro, como toda mujer sana y normal, pero no puedo andar por la vida diciéndole a los hombres: “Te cuento que hoy amanecí con ganas”.

ANDRÉS: Pero me lo está contando a mí.

YO: Porque somos amigos, ¿O tú crees que me estoy insinuando?

ANDRÉS: No, Alicia, discúlpeme, yo sé que usted nunca se fijaría en un hombre tan humilde como yo.

YO: Tampoco te tires al piso para que te recoja, pero tienes algo de razón, nunca me fijaría en ti para ser mi pareja, pero…

ANDRÉS: ¿Pero…?

YO: No me hagas decir barbaridades.

ANDRÉS: ¿No quedamos en que éramos amigos?

YO: Bueno, está bien… digo que hay momentos en que una amanece con ganas de cariño y tú… tú eres un hombre muy atractivo y con un cuerpo que desearía cualquier mujer.

ANDRÉS: No sé que decirle.

YO: No digas nada… y gracias por traer pants.

ANDRÉS: De nada.

YO: ¿Por qué me miras así?

ANDRÉS: Por nada… bueno, sí… es que con ese atuendo…

YO: ¿Es muy atrevido?

ANDRÉS: La verdad, sí, Alicia, no me puedo concentrar desde que vine, es que le queda tan pegado que parece que no llevara nada, y…

YO: Sí, ya me di cuenta, te volviste a excitar y con ese pants se te nota aún más. Yo creí que con el sexo oral que te hizo tu mujer ibas a quedar satisfecho, pero ya veo que no.

ANDRÉS: Que pena, Alicia, pero es que soy muy sexual.

YO: Ponme algún ejercicio y si notas que mi atuendo es indebido, me lo cambio.

Me puso a hacer estiramientos y yo sabía que la tela se hacía transparente, le pregunté si me veía algo y me dijo que no, estaba logrando mi cometido, sé que se me miraba todo y eso le iba a provocar que le creciera la erección, si eso era posible, porque se le veía enorme, lo peor es que yo también me sentía húmeda, hubo un momento en que trabajé con las argollas de pie, él se puso atrás mío, indicándome como debía poner los pies para darme más fuerza con los brazos, el problema fue que sentí su enorme pene en mi trasero, la verdad no sé si era problema, pero no dije nada, me estaba gustando esa caricia… tenía tanto tiempo… que rico… en medio de tanto ejercicio me manoseaba como sin querer, pero los dos sabíamos que lo estábamos disfrutando. Por fin pasó la hora y varias veces estuve a punto de perder la cordura.

YO: Tienes un minuto para mí.

ANDRÉS: Si, Alicia, hoy por la mañana ya no tengo clases.

YO: ¿Te puedo hacer una pregunta?

ANDRÉS: La que quiera.

YO: ¿Cómo empezaste con Vilma?

ANDRÉS: Bueno, pues la conocí en una fiesta…

YO: No, me refiero al plano sexual…

ANDRÉS: Ah… es que no se como decirle sin que le parezca vulgar.

YO: Exprésate como quieras.

ANDRÉS: Pues Vilma era tan sexual como yo… al poco tiempo de ser novios… una noche que la fui a dejar a su casa… la besé y le toqué las bubis…

YO: ¿Bubis?

ANDRÉS: Los pechos, las tetas, las chiches ¿Me entiende?

YO: Si, claro ¿Qué más?

ANDRÉS: Ella también me metía mano y me agarraba la v…

YO: ¿El pene?

ANDRÉS: Exacto… y una vez que fuimos al cine… me hizo sexo oral…

YO: ¿En el cine? Que atrevidos, ¿Cómo le dicen ustedes los hombres a ese acto?

ANDRÉS: …me la mamó.

YO: Ah… ¿Y tú se lo hiciste a ella?

ANDRÉS: No, en el cine no pude, pero al salir nos fuimos a un motel y esa fue nuestra primera vez.

YO: ¿Se la chupaste?

ANDRÉS: Sí y todo lo demás.

YO: ¿Qué es todo lo demás?

ANDRÉS: …hicimos un sesenta y nueve…

YO: ¿Cómo es eso?

ANDRÉS: ¿De verdad que no sabe?

YO: Te lo juro.

ANDRÉS: …no sé cómo explicarle… cada quien pone su boca en el sexo del otro…

YO: No te entiendo, enséñame como se hace, claro sin que me lo hagas de verdad, solo quiero aprender.

ANDRÉS: Hay varias poses para hacerlo, la mujer abajo y el hombre arriba y viceversa, también de lado…

YO: ¿Cómo es esa?

ANDRES: Acuéstese en la colchoneta, así de ladito, perfecto, entonces el hombre se pone así, ya ve, ahora nuestras bocas tienen al alcance el sexo del otro.

Estábamos ahí, muertos de la calentura, él me tomaba de la cintura y yo la de él, cada vez que hablaba sentía su aliento acariciar mi vagina y a él le brincaba el pene golpeando mis labios, como me hubiera gustado ser una cualquiera, bajarle el pants y meterme ese tronco en la boca… él me indicó otra posición, me tomó con fuerza y quedé sobre él, ahora el golpeteo en mi boca era mayor y su aliento en mi vulva era una delicia, luego me dejó debajo de él y sentía todo su peso sobre mí, no podía moverme, su pene lo tenía estampado en mis labios y su boca la sentía tan próxima a mi vagina que por momentos sentí que me la chupaba, no sé si lo hacía o era mi fantasía.

Como pude me zafé de esa posición tan embarazosa, nos quedamos en silencio evitando la mirada, de pronto se me acercó y me besó, yo me rendí a ese beso provocador, pude sentir como su pene cabeceaba en mi ombligo, me abracé a él totalmente entregada, entre beso y beso sentí sus grandes manos acariciarme las nalgas, me las abría y las cerraba con verdadera pasión, luego pasó a mis pechos, me acariciaba mis erectos pezones, que delicia, pero lo más delicioso fue cuando me tocó mis partes íntimas, seguramente notó que estaba empapada, me dio vergüenza pero dejé que me manoseara donde quería.

Sin decir una palabra me llevó a la ducha, poco a poco me fue desnudando y luego lo hizo él, el agua tibia caía sobre nuestros cuerpos encendidos, fue delicioso cuando me penetró la vagina con sus dedos, tomó mi mano y la llevó a su hinchado pene, yo frotaba aquella barra de carne con fruición, me tenía al borde del orgasmo, era una delicia sentirme en brazos de ese Hércules fabuloso, me besaba el cuello, de pronto metió su lengua en mi oreja, sentí un escalofrío infinito, que cosa más rica, nadie me había hecho eso, poco a poco fue bajando hasta mis senos, su lengua acariciaba mis pezones de una manera deliciosa, sentía su áspera barba en mis pechos y eso acompañado de sus dedos dentro de mi vagina hacía que me volviera loca de placer, en un momento se hincó y me quiso chupar ahí abajo pero no lo dejé, esto ya era mucho para mí.

ANDRÉS: ¿Por qué no me deja que se la mame?

YO: Ay, Andrés, estoy tan apenada contigo, vas a pensar que soy una vieja viuda desesperada.

ANDRÉS: Al contrario, usted es una hermosa viuda deliciosa.

YO: No me digas esas cosas.

ANDRÉS: ¿No quiere probar que se siente mamármela?

YO: No te voy a negar que me muero por hacerlo, pero tal vez más adelante, hoy me conformo con que nos masturbemos.

ANDRÉS: Que rico me toca, así, suba y baje su mano, apriéteme más duro, así, que rico.

YO: A mí también me gusta mucho como me penetras con tus dedos… ay… sigue contándome que más le hacías a Vilma esa primera vez.

ANDRÉS: Pues con ella lo hicimos todo desde el principio… luego de mamarnos… ay que rico me pajea… así, Alicia, que rica tiene la… pues ella también me chupaba los huevos…

YO: No sabía que eso les gustaba a los hombres.

ANDRÉS: Nos encanta, también me gusta mucho besarle en medio de las nalgas.

YO: ¡¿En el ano?!

ANDRÉS: Sí, a ella le vuelve loca que le chupe el c...

YO: ¿Y no te da asco?

ANDRÉS: Para nada, a los dos nos gusta… luego me la cogí por adelante… ay, Alicia, que rica paja… y acabamos juntos… descansamos un rato y luego vino lo mejor.

YO: ¿Qué puede ser mejor que alcanzar un orgasmo juntos?

ANDRÉS: Es que me da pena…

YO: ¿Cómo puedes avergonzarte si nos estamos masturbando?

ANDRÉS: Pues se la metí por atrás.

YO: ¡No te puedo creer! ¿Y a ella le gusta?

ANDRÉS: Le fascina y a mí también, es un placer salvaje, ella me aprieta con sus esfínteres y mis orgasmos son muy fuertes.

YO: Ay, Andrés, dame más, ya me vengo, ay, agh, me vengoooo… uf… que rico…

ANDRÉS: Ahora me toca a mí.

Yo me hinqué para masturbarlo mejor, él me pidió que me la metiera a la boca, pero no lo hice, por bruta o por inexperta, no sé, tenía a centímetros su cabeza hinchada y mis manos jugaban con su pene y sus testículos, aumenté la velocidad y en un santiamén me bañó los pechos de semen, luego de limpiarnos me hizo prometerle que mañana haríamos un sesenta y nueve, él me secó con mucho cariño, que rico sentí cuando pasó la toalla por en medio de mis piernas acariciando mi clítoris y mi ano al mismo tiempo, nunca había sentido tanto. Luego de vestirnos le dije que por nada del mundo se lo debía contar a nadie, menos a su esposa, me dijo que por respeto a mí no lo iba a hacer, pero que era lo menos que Vilma se merecía por serle infiel.

Quedé atolondrada, confundida, con la moral por los suelos, ¿Era eso lo que quería? Para darme valor veía el vídeo y me entraba un coraje total y la sed de venganza crecía, sí, era eso lo que quería, mañana daría un paso más, ahora debía planear como hacerle daño a Vilma, le pediría a Andrés que nos grabara en vídeo mientras nos acariciábamos, así tendría pruebas para terminar con la felicidad de esa quita maridos, pero ¿Qué sería de Andrés? Él no se merecía sufrir… pero como dije antes, el mundo confabulaba a mi favor, recibí una llamada de Sofía, hija de una gran amiga, pidiéndome referencias de un instructor para hacer ejercicio, le recomendé a Andrés, pero le advertí que tuviera mucho cuidado porque era un hombre muy sexi y que no se fuera a enamorar de él, sabía que cuando le prohíbes a una mujer un hombre, la preparas para que más temprano que tarde, le abra las piernas.

Por la tarde llegó Alfredo, mi sobrino, con la buena noticia que había logrado desencriptar la lap top, le di unos pesos que no quería recibir, pero un adolescente nunca tiene dinero, así que acabó recibiéndolos, inmediatamente se fue, empecé a ver sus archivos, eran cientos ¿Por donde empezar? Luego de dos horas de investigar descubrí un archivo que no tenía nombre, solo decía: carpeta nueva, la abrí y ¡Oh sorpresa! Tenía las mismas letras y números de los frasquitos que había encontrado en su gaveta, fui por ellos y empecé a buscarle lógica a aquel misterios, eran diez, ¿Qué significaba aquello? luego de varias horas descubrí que los números eran fechas y las letras imaginé que era iniciales, empecé del uno al diez y me percaté que la número diez tenía la fecha más reciente, y la letra era V, no me costó nada darme cuenta que era Vilma, revisé el frasquito y me fijé que tenía una especie de líquido seco, era como si alguna vez fue líquido pero ahora parecía como una costra, sabía que estaba frente a algo importante ¿Pero que era?

Por la noche, antes de dormir, me iba a lavar los dientes y cuando le puse pasta a mi cepillo me di cuenta que tenía en mi mano derecha una especie de costra, eran restos del semen de Andrés… ¡No podía ser!... investigué en internet y mi conclusión fue que mi ejemplar marido, guardaba fluidos vaginales de sus amantes, pero ¿Quién era Héctor? ¿Un degenerado con piel de oveja?... ¿Quiénes serían la otras nueve?... me sentí chiquita, burlada, idiota… lloré por la mujer que era y de un manotazo me limpié las lágrimas y me prometí cambiar para siempre, la Alicia en el país de la maravillas se iba convertir en la más puta despiadada de la historia.

Al día siguiente me puse un atuendo muy atrevido, no era que fuera como el anterior, era normal, pero no me puse ropa interior, ahora sí se me marcaban las nalgas y al verme frente al espejo vi como la tela se me metía entre mis labios vaginales haciendo que se me notara mi vagina partida en dos, hoy estaba dispuesta a mamar, me iba a convertir en una cualquiera para saciar me sed de venganza.

Cuando llegó Andrés le dije que le tenía una buena noticia, le conté de Sofía y le di su número de teléfono, le advertí que le tuviera mucho respeto porque era la hija de una gran amiga, que era una muchacha muy linda y con un cuerpo de infarto, que por nada del mundo se fuera a enamorar de ella, el muy idiota pensó que estaba celosa, sin saber que era una estrategia para que se acostara con ella y si todo iba bien, ojalá tuvieran algo serio, Sofía venía de una familia de clase media baja, como Andrés, así que eran el uno para el otro.

Luego Andrés me contó que ayer mismo Vilma la había entrevistado el psiquiatra y la había contratado, me dijo también que su mujer había quedado sorprendida de ese hombre, que le pareció muy guapo, pero él estaba feliz porque ella había vuelto a ser la misma de antes, no dejé de sentir algo feo cuando me lo contó, pero debía enfocarme en mi venganza, no podía darme el lujo de enamorarme de nadie, menos del pobre de Andrés. Me vio de pies a cabeza:

ANDRES: Wow, se ve espectacular.

YO: Gracias, Andrés, me vestí para ti.

ANDRÉS: Lo que quiero es desvestirla.

YO: Mira, lo de ayer fue una enorme equivocación de mi parte, no volverá a ocurrir.

ANDRÉS: Pero usted me prometió…

YO: Olvídalo, además me acabas de contar que tu mujer ya es la misma de antes, eso quiere decir que has de haber tenido una noche muy apasionada.

ANDRÉS: Tiene razón, Alicia, le pido disculpas por mi atrevimiento, además ahora sé que Vilma estaba deprimida por perder su trabajo, me pidió disculpas por haberme abandonado por una época, ahora estoy feliz y más enamorado de ella, fui un tonto al sospechar que tenía un amante.

YO: Me alegro por ti, pero eso no quiere decir que dejemos de ser amigos, cuéntame cómo te fue anoche.

ANDRÉS: No puedo, si al solo verla me excito, va a ser peor si le cuento mis juegos sexuales con mi esposa.

YO: ¿Y no te gusta sentirte excitado?

ANDRÉS: Me gusta mucho, pero no quiero faltarle de nuevo el respeto.

YO: Mira, Andrés, lo que pasó ayer fue porque yo lo permití, ustedes los hombres creen que la conquistan a una, sin percatarse que una los elige, perdón por botar por los suelos tu machismo.

ANDRÉS: Usted es admirable… bueno, pues le cuento… mire como me tiene…

YO: Sí, ya vi… cuéntame.

ANDRÉS: Pues al volver de su entrevista de trabajo llegó muy contenta y me llenó de besos, se desnudó y ella misma me pidió que me la cogiera, se quedó en hilo nada más y los tacones que me enloquecen, hicimos el sesenta y nueve y luego se la metí por adelante y por atrás, fue muy rico.

YO: ¿Entonces por qué estás excitado?

ANDRÉS: Ya le dije que soy muy sexual, cuando nos casamos lo hacíamos dos o tres veces diarias… usted es una mujer muy tentadora, mire esas nalgas duras… ayer las tuve entre mis manos y ahora…

YO: Bien, vamos al ejercicio.

Durante toda la rutina se la pasó manoseándome a su gusto y gana, con cualquier pretexto me tocaba las nalgas, me rozaba los pezones hinchados, me soplaba el cuello y las orejas, me tenía a su merced, a mí ese juego me encantaba, me trató de besar varias veces, pero yo me negaba, me restregaba su pene entre las nalgas y yo me quitaba, se acomodaba el pene dentro de su short delante de mí, como me hubiera gustado saltar sobre él como una fiera en celo, pero me contenía, me sentía como una niña con juguete nuevo, su protuberancia era enorme, realmente tenía un pene muy rico.

Al terminar el ejercicio trató de besarme de nuevo, yo me hacía la que no quería pero lo dejé besarme, una cosa trajo la otra y empezamos a meternos mano, yo sabía en que íbamos a parar, nos desnudamos y nos fuimos a la ducha, me volvió a meter los dedos en la vagina y me recorrió el cuerpo como ayer, yo manoseaba ese pene a mi antojo estrujando sus testículos, pero algo cambió, el se hincó, me abrió las piernas y por primera vez en mi vida tuve una lengua lamiendo mi vagina, que deliciosa sensación, mientras me metía los dedos sus labios se apoderaron de mi clítoris regalándome el mejor orgasmo de mi vida.

Luego se puso de pie, me tomó por los hombros e hizo presión para que yo también me hincara, no necesitó mucha fuerza, yo complaciente me agaché, tomé ese pene entre mis manos y empecé a masturbarlo, él se movía hacia adelante tratando de meterme su pene a la boca, yo cerraba mis labios pero me lo restregaba por toda la cara, se lo agarró y empezó a darme varios toques por mis mejillas, que deliciosa sensación estar hincada y siendo golpeada por ese pene bien parado, lo tomé de la cintura para evitar sus movimientos, lo miré a los ojos con una sonrisa, abrí la boca y…

CONTINUARÁ…

mauricioxd

Soy hombre heterosexual

visitas: 1183
Categoria: Hetero: Infidelidad
Fecha de Publicación: 2018-07-14 22:37:24
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