III

Otra experiencia que vivimos en el crucero fue con una pareja de argentinos. Los conocimos cuando estábamos en el jacuzzi y ellos llegaron. Al principio había otras personas pues es bastante grande la tina, ubicada en medio de las piscinas, pero al rato nos quedamos solos con ellos. El hombre tenía unos 50 años y ella como 40. Frank, de origen alemán y Zura de origen libanés. Frank es gerente de mercadeo de una empresa camaronera y ella publicista. En esa charla que se da espontanea en medio de burbujas y agua tibia, casi caliente, surgió el tema político, tema de predilección de los argentinos desde siempre, entre otros, pero solo les voy a contar el que nos interesa: el sexual. Hablamos del intercambio de parejas y de la cantidad de lesbianas y gais que había en el barco.

Entonces quedamos tan amigos que nos fuimos al bar a tomarnos unos tragos y a seguir conversando. Nos contaron que ellos siempre habían querido hacer un intercambio de parejas pero nunca se habían atrevido allá en su pueblo pues son muy conservadores y que hasta ese momento no encontraron una pareja como nosotros para proponerlo. Nos reímos pues no esperábamos la propuesta. Les dijimos que nos gustaba la idea y que ya lo habíamos hecho. Vino entonces la discusión de si Frank se llevaba a Xime a su camarote y yo a Sura para el nuestro. Y al final dijimos que no, que mejor en el de ellos que era en un piso alto en la zona VP, donde los camarotes son más amplios y con balcón incluido. Nosotros estábamos en uno sencillo. 

Nos fuimos entonces bastante prendidos y nos metimos al camarote de ellos como a las cinco de la tarde. Pensamos que era más emocionante vernos culiarnos las mujeres y lo mismo para ellas. Más trago, pues esa primera veces para ellos no era fácil. Nos contaron que llevaban una vida sexual muy pobre pues tenían muchas taras de familias moralistas y conservadoras; que teníamos que enseñarles cosas...Y nosotros ni cortos ni perezosos.

Yo desvestí a Xime para entregársela a Frank y él a Sura para entregármela a mí. Todo un ritual. Esa mujer tenía unas tetotas divinas y el tipo se emocionó al ver desnuda a Xime, con ese color dorado permanente, curvas perfectas y tetas hermosas con los pezones ya tensos, y ver esa espontaneidad y seguridad en su desnudez. A Frank se le paró de inmediato. Tenía una verga mediana pero gruesa. Xime se la agarro lujuriosa y se la comenzó a mamar.

Yo tumbé a Sura en el sofá y me pegué de sus tetas hermosas y carnosas. Cuando el tipo ya estaba listo, Xime se lo llevó a la cama y lo acostó boca arriba, luego se le montó y cabalgó sobre él hasta hacerlo relinchar de placer. Yo por mi lado me arrodillé en el piso, le abrí las piernas a Sura y comencé a chuparle esa cuca que estaba riquísima hasta hacerla bramar.  Luego nos propusimos darles las lecciones que querían: hicimos varias posiciones del kamasutra que conocíamos y habíamos experimentado con éxito. Me comí a Xime varias veces delante de ellos, sin venirme, para darles varias lecciones. Intercambiamos para hacer las demostraciones. Nos reimos mucho ante las situaciones inesperadas. Afortunadamente teníamos YK y condones de sobra. Les cuento que pasamos como tres horas juntos y nos separamos muy complacidos y borrachos de placer.

Obviamente estamos invitados a Argentina...