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Relatos & Experiencias

Mi vecina, mi primera experiencia.

Primero déjenme contextualizarle un poco el mundo que me rodeaba en ese entonces cuando yo tenía 13 años. Mis papás trabajaban tiempo completo y por eso decidieron conseguir a alguien cercano y de confianza que me cuidara o acompañara para que yo no estuviera solo en la casa todo el día.

Fue entonces cuando Sandra la hija de una amiga de mis padres fue buscada para que me acompañara mientras ellos trabajaban. Sandra tenía en ese entonces 27 años, era de talla normal, piel trigueña y de un cabello negro muy bonito. Siempre olía muy bien, su cuerpo era de talla normal pero con un trasero muy grande y bien definido.   

Era de ese tipo de mujeres que uno no puede dejar de mirar por lo bonita que son y cada día llegaba a pasar el día conmigo. Normalmente me daba sueño en las horas de la tarde y despertaba al cabo de dos horas. (ya era algo común en mi) pero notaba que en ocasiones cuando yo despertaba encontraba a Sandra como medio asustada o afanada por algo, sin embargo no le prestaba atención y mi día continuaba normal.

Un día desperté de mi siesta y escuché un ruido en la sala. Llamé a Sandra y en ese momento escuche unos pasos acelerados salir de la casa y la puerta se cerró fuertemente. Sandra entró a mi cuarto bastante nerviosa preguntándome si necesitaba algo, a lo que yo respondí que no. Ella se asomó por la ventana y se hizo señas con El señor Victor, el vecino de al frente de mi casa. El señor Victor tenía su esposa y dos hijos ya grandes era una persona del barrio conocido por casi todos por lo tanto verles "saludarse" me pareció normal.

Días después cuando Sandra estaba otra vez en casa acompañándome y una vez más yo estaba dormido a las horas de la tarde. Nuevamente escuché ruidos dentro de la casa. Esta vez me paré en silencio y me acerqué muy callado para ver qué pasaba. no entendía por qué Sandra hacía sonidos como si se asfixiara, seré honesto, para ese entonces no tenía mucha info sobre sexo como se ve hoy día. Al acercarme sorprendí a Sandra acostada desnuda boca arriba con las piernas abiertas y al señor Victor encima de ella moviéndose ambos desesperados y el diciéndole cosas en modo susurro a ella al oído las cuales no logré escuchar pero que al parecer a ella le gustaba oír por que mas acelerado respiraba en silencio.

Obviamente sabía que estaban teniendo sexo. Pero nunca antes yo había visto o escuchado algo como lo que ahí personalmente estaba presenciando. Ellos no se dieron cuenta que yo estaba allí, la cama daba los pieceros hacia la puerta y no pude ver sus rostros.

Me devolví ami cuarto nuevamente pero sorprendido por lo que veía. No sabía que Sandra tenía romances con un vecino y menos que lo hacían en mi casa mientras yo dormía.

Pasados unos minutos ella como ya era de costumbre, ingresó a mi cuarto; esta vez me hice el dormido y le hice creer que ella me despertaba y así el día siguió como si nada. Pero yo no dejaba de pensar en lo que había visto.

A la semana siguiente cuando Sandra otra vez me acompañaba, estábamos viendo televisión en mi cuarto ella y yo. Cuando escuchamos que tocaron la puerta. Al abrir era el señor Victorpreguntando por mis papás. Yo le respondí que ellos no estaban y que regresaban en la noche pero Sandra le invitó a entrar y tomar un poco de agua, él accedió; yo ya sabía lo que ambos pretendían. Sorpresivamente ella le preguntó que por qué no nos acompañaba a ver la película que veíamos en la TV y él me pregunto si podía hacerlo a lo que le respondí que no había problema. Ya que más daba, ellos tenían su romance y pues era normal que se vieran a escondidas. Si querían estar a solas un momento pues sería normal.

Pasado unos minutos una vez más este dormilón cayó en un profundo sueño y ellos quedaron sentados en la cama de al lado.De repente desperté y está vez ellos estaban acostados en la cama acobijados y otra vez Victor estaba encima de ella, está vez yo estaba muy cerca, en la cama de al lado, solo que no abría los ojos por completo sino que miraba entre mis sabanas como los dos cogían duro y lento.

Escuchaba la voz de Sandra decirle “Acaba rápido por favor” mientras ella se aseguraba que yo no estuviera despierto. El hacía algo que a ella le hacía estirar el cuello y tirar la cabeza hacia atrás mientras cerraba los ojos y gemía en silencio. Sandra decía “Victor que pinga tan rica tienes, que pinga mi amor” y a medida que ella hablaba miraba mi cama a ver si yo estaba despierto.

Yo no sabía qué hacer, mi respiración se empezó a acelerar y empecé a tener una erección muy fuerte, empecé a masturbarme lentamente sin que ellos se dieran cuenta mientras veía como cojían y ella disfrutaba. Me centré en Sandra, en ver como ella gozaba en secreto, como gemía. La manera como pedía mas y su lengua pasaba tan sensualmente por su labio superior y a la vez apretaba ambos labios cerrando los ojos.

De un momento a otro me moví muy duro y Sandra sin detener lo que hacían miró hacia mi cama y se dio cuenta que yo estaba viéndolos. Me asusté y quede perplejo viéndola a la cara. Ella sin embargo no se detuvo en lo que hacía y con un gesto en sus ojos me dio a entender que me quedara callado, que no me moviera, que no hiciera nada.

Al ella notar que yo los estaba viendo a escondidas más se excitó, recuerdo que sin que el señor Victor se diera cuenta ella empezó a mirarme y a él a pedirle más. Se movía más rápido, más duro. Gemía más y más. Por momentos se concentraba en él pero en momentos me miraba a mi como si eso le agradaba.

Ella se dio cuenta que me estaba masturbando mientras ellos dos cogían. Sandra le dijo al señor Victor “No termines aun, espera para que termines conmigo, cuando yo te lo pida” en ese momento volvió a mirarme y ella dijo “Termina conmigo ¿ok?” me di cuenta que en realidad era a mi quien me quería decir eso mientras que el señor Victor creía que era a él. Pero mi energía de adolescente no soportó tanta emoción y me corrí como caballo, mojando todo en mi cama mientras ellos aun cogían.

Terminaron de tener sexo. El en silencio se fue de la casa. Ella regresó a mi cuarto y me preguntó que desde cuando los expiaba. Yo respondí que era la primera vez que lo hacía pero que por favor no fuera decirle nada a mis padres; a lo que ella se burló diciéndome “Por el contrario, no vayas tu por favor a decir nada de esto”ella me preguntó que si alguna vez había visto a mis padres tener sexo, a lo que le respondí que no. Me preguntó si antes había estado con una niña o algo así y le respondí que nunca. Yo era virgen. Nuevamente ella se burló pero de una manera noble y me dijo que después de lo que había yo visto lo mejor era experimentarlo con alguna niña. En ese momento llegaron mis papás y la charla quedó así.

La semana siguiente Sandra estaba otra vez en casa. Una vez más el señor llegó a la misma hora y ella me pidió ir a mi cuarto. Yo lo hice porque esta vez ellos no tenían actitud de hacer nada, estaban extraños, parecía que discutían. Pero de un momento a otro estaban besándose y comenzando lo que sería una faena más. Sandra se veía muy ganosa de estar con él pero él la detuvo y no sé qué pasó pero él se fue. Sandra fue a mi cuarto y me preguntó si había presenciado algo y le dije que no.

Noté que la habían dejado con ganas de tener sexo, por algún motivo esta vez el señor Victor no se quedó con ella, algo pasaba y ella lo sabía. Sandra me preguntó si había pensado en lo que ellos habían hecho la semana anterior. Le dije que sí. Entonces me preguntó si quería estar con una mujer, que ella podía ser mi primera experiencia si yo lo quería. Mientras me decía eso me empezó a hablar más despacio, las puntas de los dedos de sus manos iniciaron a tocar mi barriga, pasó su lengua muy despacio por mi cuello y me tocó mi pene mientras lo hacía. Me puse erecto. Ella lo notó y me dio “creo que es hora de que dejes de masturbarte y sientas a una mujer de verdad” El corazón empezó a latir muy fuerte, la respiración me faltaba. Ella continuaba masturbándome mientras me besaba el cuello, el abdomen y me susurraba al oído “oye estas muy rico y suave” “no te sientes como un adolescente, se te siente dura como la de Victor” Mientras eso pasaba me excitaba más y más. Ella lo hacía cada vez más rico y me hablaba cosas calientes al oído. Pero mi adolescencia me jugó una mala pasada y me vine mientras ella hacía estas cosas.

Ella se dio cuenta, yo me sentí apenado. Ella me dijo “Wao, que cantidad de leche tienes” “me imagino que allí dentro tienes mucho más, es la ventaja de tu edad, solo necesitas 10 o 20 minutos más” “voy a lavarme las manos y vuelvo, espérame en tu cuarto” corrí como loco y fui al cuarto. Ella llego unos minutos después. Estaba peinada, perfumada, y me dijo“si va a ser la primera vez, espero que sea tu mejor experiencia” yo no lo creía, se había organizado para mi. Yo solo era un muchacho y una mujer de casi 30 me iba a dar mi primera vez.

Me dijo “te lo voy a hacer como se lo hago a él” “te lo voy a hacer como me viste hacerlo con él”

Me desvistió y me besó todo el cuerpo, siempre estuvo masturbándome mientras con su boca hacía otras cosas. Su mano derecha me apretaba tan fuerte mi pene que se sentían mis venas cargadas de sangre y una pulsación en mi glande que parecía querer estallar. Su lengua la pasaba tan delicioso por mi cuello y también me mordía el pecho lento pero duro. Me preguntaba “¿te gusta?” “así se lo hacía a Victor ese día mientras tú me mirabas” “yo sé que me mirabas, me escuchabas y te masturbabas” “¿y sabes qué?” “me mojaba en saber que tú me mirabas” “que te excitaba verme coger”

Abrió sus piernas y me dijo “ahora me lo vas a meter, pero no lo hagas rápido, hazlo lento. Siénteme, disfruta cada penetración. No es meterlo y nada más. Es meterlo con la certeza de que tu pinga está disfrutando lo que haces.”

Me subí encima de ella, sentí sus pechos tibios y sus pezones calientes. Me di cuenta que ella también ella estaba excitada. Su respiración se iba acelerando poco a poco. En ella se notaba algo de miedo, era de entender; si en ese momento mis padres llegaban ella tendría graves problemaslegales. Peo ambos sabíamos que eso no iba a pasar. Al penetrarla sentí como su vagina se adhería a mi pene, era una sensación muy rica. Su vagina era calientica, húmeda y suave. Mi pene entró como si estuviera lubricado por un aceite especial. Sentía su olor y créanme, era muy agradable, no era sudor común, no era olor como los que quizás normalmente las mujeres tienen. El de ella generaba más ganas de sexo. Sandra comenzó a moverse debajo de mí, sus caderas se movían intentando encontrar un punto fijo pero era imposible, entre más se movía más me decía “penétrame un poquito más” yo no sabía qué hacer, tenía nervios de parecer un tonto. Sandra me tomo y me puso a mi ahora abajo y ella se subió encima de mí. Tomo mi pene y lo introdujo suavemente en su vagina. Comenzó a moverse. De atrás hacia adelante, una y otra vez. Me puso la palma de su mano izquierda en mi mejilla y la otra en mi hombro derecho mientras ella estando encima de mi movía sus caderas circularmente, duro, despacio. Luego dejó de ser circular. Empezó a moverlas de atrás hacia adelante muy rápido y su respiración inicio a acelerar aún más. “Me vas a hacer venir” “me voy a venir en tu pinga” “me voy a venir con esta pinga adentro de mi” Ella puso sus manos detrás en mi espalda y me aruñó muy duro mientras su pelvis se contrajo fuerte en la mía y sentía unas pulsaciones que se daban desde su vagina como segunderos de reloj. Mientras un suspiro lento y placentero salía de su boca. “Que gusto me estoy dando contigo” terminó diciendo.

Se acostó a mi lado ambos mirando el techo. Sandra me dijo “Ahora vas a tener tu primera corrida con una mujer real” ella se acostó boca abajo sus grandes nalgas se veían hermosas y me excitaban. Me pidió que me subiera con ella así de espaldas a mí. “penétrame pero no por el culo, hazlo en la vagina” “muévete como si quisieras que yo nunca olvide tu pene dentro de mi” Yo inicie a hacerlo, ya casi no aguantaba. Era mucha mujer para mí en ese entonces, ella no se saciaba. Estando encima de ella penetrándola, mordiendo su espalda y con mis manos acariciando sus senos Sandra me dijo “quiero que te vengas cuando yo te lo diga” “quiero que te vengas conmigo” Ella paró un poco sus nalgas y así en esa posición ella se movía dándome placer infinito. Puse mi mano en su mentón y lo apreté hacia arriba mientras la penetraba de espalda “ay Jueputa ¿qué estás haciendo?” “síguelo haciendo que me gusta” sentía como penetraba esa vagina y la sensación era aún más deliciosa.

Le dije que no aguantaba más y ella me dijo “está bien” “quiero que te corras adentro de mi” Yo mordí mis labios de la fuerza y tensión que tenía. Ella giró su cara a mí y me dijo “mírame a los ojos” “quiero que te vengas mirándome los ojos” empecé a moverme más rápido, duro profundo. Ella abría su boca como si lo fuera a recibir en su boca mientras yo le llenaba el coño con tantas ganas que aun recordándolo me excito. “Ay! La siento, está caliente, es mucha” me decía mientras terminaba de echarle la última gota de semen en su coño.

Terminé, ella se vistió y me dijo “creo que ya estamos a mano, espero no le cuentes a nadie esto” Salió de mi cuarto y se fue a la sala a esperar que mis padres llegaran.

Ese otro día ella fue a hablar con mis padres y les dijo que no podría seguir cuidándome, porque se iba a mudar de barrio. Fue la última vez que la vi. Pero desde entonces recuerdo a aquella muchacha con la que accidentalmente terminé teniendo sexo por primera vez. Desde entonces tengo gustos por observar a la gente teniendo sexo. Me excita la idea de ver a una mujer teniendo sexo y que esté excitada teniendo orgasmos.

Sandra donde quiera que estés y si llegas a leer esto solo puedo decirte Gracias por brindarme la experiencia más caliente e inolvidable de mi vida.

Bako35

Soy hombre heterosexual

visitas: 4087
Categoria: Sexo con maduras
Fecha de Publicación: 2019-01-17 04:16:29
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2 Comentarios

Dios, que historia tan exquisita

2023-05-13 16:31:03

Interesante relato, hace recordar esa primera mujer madura en la vida de cada uno de nosotros como adolescentes.

2019-01-18 22:12:07

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