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Después de una noche de rumba que terminó en sexo, lo único que queríamos era descansar.
Sin presumir lo que seguía en la mañana… empecé a sospecharlo cuando desperté con su verga dura en mi trasero. Algunas caricias que solo quería disfrutar las sentía en mi culo, me abrazaba y poco y poco empezaba a sentir como mi corazón aumentaba la presión.
Me dijo “En las mañanas soy muy caliente y más cuando amanezco con un trasero como el tuyo rosando mi pipi”
Encendió su celular y mientras lo masturbaba veíamos porno… Quería verlo a él, comiéndose a cada actriz que aparecía en los videos, al oído le decía… “Ese eres tú, solo que tú sabes hacerlo más rico…”
Cada escena la arreglaba a mi antojo, exigiéndole que se imaginara que se comiera a cada una de las putas de los videos “Cógela en cuatro… yo te estoy viendo… mírale el trasero… es como te gusta… Dale en cuatro… cógela del pelo… entiérralo duro… como lo haces conmigo… cómetela…cómetela”
Cerró los ojos, apagó la pantalla y encendió su imaginación a mi juego sexual… Le hice vivir una experiencia de placer que también me mojaba…
Su pene quería estallar y como loco me volteó, me puso en cuatro, a la fuerza, bajó mi panti con locura y sin dejarme respirar, me metió su verga de un solo intento…
De inmediato un gemido fuerte salió de mi cuerpo y empezó a darme el mejor sexo que he sentido en cuatro… Duro, rápido, con ritmo, fuerte, enloquecedor…