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Ventana Indiscreta: Rostro

Hace frío, pero lo más incomodo resulta ser esa llovizna tan sutil tan molesta que me hace pensar en que se me clavan miles de pequeños alfileres en el rostro; pero no importa, lo vale, solo quiero conocer a esa mujer frente a mi ventana, no obstante, creo que seria más exacto decir que es la mujer que a invadido mi mente y vive ahí constantemente como una silueta silenciosa que va y viene manipulando mis deseos, mis pensamientos.  Cierro los ojos, y la veo allí, en su cama acostada de medio lado con un libro en su mano, luego la imagen se distorsiona, y la imagen cambia, ahora la veo cómo estimula su vagina, veo sus senos y un tatuaje en su brazo izquierdo.

Me siento tonto y psicópata a la vez, nunca había perseguido a alguien así, y sin embargo, no hay rastro de remordimiento o culpa; el vigilante de la portería me observa con desconfianza y con toda razón debo parecer sospechoso. Se abre la puerta, sale una mujer con el cabello rubio, no es ella, suspiro y me doy cuenta que mi corazón se ha acelerado, estoy muy nervioso, terriblemente inseguro; se abre la puerta de nuevo, pero esta vez sale un hombre mayor, con el cabello gris; minutos después salen tres personas, dos mujeres y un hombre, ambas tienen el cabello oscuro, casi la misma estatura, visten chaqueta, así que no puedo evidenciar tatuajes, una lleva lentes oscuros.

Todo pasa en cámara lenta, lo malo es que no puedo decir quien es la mujer que esta en mis pensamientos, lo bueno, es que ambas tienes rostros muy atractivos, una es mas joven con  expresión coqueta, claro tal vez los lentes me llevan a imaginar lo que hay bajo ellos, la otra más madura, se ve segura y alegre. Pienso que debí asegurarme por mi ventana cómo iba vestida, pero es algo que se puede solucionar en la noche.

Esa tarde hice una edición en mis pensamientos, arrastraba el rostro de ambas mujeres a la escena de esta silueta, acostada de medio lado con un libro en la mano. ¿y saben qué?, en ambos casos quede a gusto con el resultado, pero, en lugar de especular mi deseo es tener una certeza.

En la noche saque un par de cervezas, me senté junto a la única ventana y espere. Si entraba una mujer vestida con jeans blancos, la conclusión es que seria aquella de los lentes oscuros, si por el contrario entraba una mujer de marrón, seria la más madura. No aparte los ojos de la ventana, las cortinas están abiertas, el apartamento oscuro y silencioso; minutos después, se abre la puerta y se ilumina toda la habitación, giro mi cabeza para mirar mi puerta como esperando que ella en lugar de entrar a su casa entrara a la mía.

La mujer va de blanco y deja sus lentes en una mesa, va a su sofá y se sienta, solo puedo ver su cabello que sobre sale por el borde del mueble. Mientras no puedo verla hago un nuevo ejercicio de edición en mi mente, es la mas joven la que va con la silueta de la mujer acostada con un libro en sus manos.

Se levanta, se desnuda y contemplo toda su silueta, apaga la luz y encienda la lampara de su mesa de noche, se acuesta en la cama, toma su celular y teclea, habla con alguien, luego lo deja a un lado, se levanta de nuevo, va a su cocina, no puedo ver bien qué sucede en la cocina y luego la veo desnuda con una copa de vino en su mano, se sienta en el sofá y de nuevo lo único que puedo ver es su cabello que sobresale por el borde del mueble. Mueve su cabeza y solo imagino que debe estar escuchando algo de música y relajándose, tal vez incluso tocándose. No sucede nada por un buen tiempo. Entonces decido salir a comprar algo para comer, al bajar me arrepentí de salir, me imagine que me podría perder de verla de nuevo caminando desnuda, o de verla estimulando su vagina.

Trate de no tardar y regrese a mi silla junto a mi ventana. La luz seguía prendida, pero había algo muy diferente, ella no estaba sola, dos siluetas en la cama, ella en cuatro y un hombre de cabello largo embistiéndola, ella  inclinada, sus manos sujetándose a la cabecera de la cama, él tiene sus manos en la cadera de ella. La penetra con fuerza, luego la toma del cabello y hunde su rostro en la cama, la mantiene así hasta que él da las ultimas embestidas, se viene y ella creo que también, no podría asegurarlo, lo que si puedo decir con certeza es que he eyaculado sin tocarme.

Ella se da la vuelta, se besan, él baja, besa su vagina, ella se estremece, y no puedo evitar imaginar este rostro con expresión de placer; lo hace pacientemente, ella se retuerce, el hombre sube de nuevo, chupa sus senos con intensidad, pone los pies de ella en sus hombros y la vuelve a penetrar; mi pene aun empapado se pone duro, lo tomo y empiezo a agitarlo. El hombre de cabello largo lo hace lento, lo mete y lo saca, luego más rápido, pone sus manos en los senos de ella, la penetra con fuerza, la cama se agita, bajo él, ella se ve delicada e indefensa. Enseguida, ella parece rasguñar su espalda, ambos se retuercen... y yo con ellos.

Ella se hace ahora de medio lado, muy similar cuando se acuesta con un libro en la mano. Él pone su mano en sus tetas, la abraza, la besa. Se quedan así unos instantes, luego él se levanta, apaga la luz, haciendo imposible ver más. Me quedo pensando, es apenas normal que tenga pareja.

La mañana siguiente naturalmente mi primera acción fue asomarme por mi ventana, mi vista estaba borrosa, y la ventana también, llovía y las imágenes se distorsionaban; no obstante, la vi a ella, cabalgando a su pareja, lo hacia con un ritmo acelerado, él posaba sus manos en sus tetas, ella termino agotada luego de unos movimientos, se besaron y entraron juntos al baño. No pude ver nada más. Pensé en bajar de nuevo a la portería y esperarla, observarla, poder escanear su rostro luego de esa noche y esa mañana de placer, pero seria demasiado sospechoso.

Salen del baño minutos después, se visten y se van juntos.

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agave

Soy mujer heterosexual

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Categoria: Voyerismo
Fecha de Publicación: 2020-02-03 16:13:31
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