Guía Cereza
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Gracias Gustavo

Entramos al bar, muy puntuales, a la hora acordada. Mi amigo Gustavo había reservado ese Jueves en la noche una mesa para tres en Urbano Bar restaurante por la carrera 66 de Cali.

Gustavo se puso de pie y nos saludamos de fuerte abrazo. Lo mismo hizo el con Natalia, mi esposa, quien le correspondió con un beso en su mejilla.

-“Bueno finalmente nos conocemos”, dijo el viendo el generoso escote de Natalia, quien lucía sexy y elegante esa noche con su ajustada y corta falda verde y su amplia y generosa blusa blanca la cual mostraba esas voluptuosas tetas. Hermosa y coqueta ella llegaba a sus 38 años en su mejor forma. Y esa noche no era la excepción.

Nos sentamos sobre el cómodo sofá-sillón de bar y entendí porque Gustavo lo había elegido.

El elegante, novedoso y moderno bar tiene mesas bien bajitas y una vez sentados allí las exquisitas piernas de mi esposa quedaban expuestas a su antojo y sus tonificados muslos se lucían más atractivos que nunca. Al sentarse la corta falda se le había subido más arriba y dejaba entrever a Gustavo, sentado allí en primera fila, como mi esposa era la misma hembra que él conocía por fotos.

A Gustavo lo conocí en el chat de GuiaCereza. El usa el nombre ‘GustavoDiscreto1960’. Maduro, serio, sin rollos ni enredos nos contactamos y empezamos un ameno dialogo de nuestras andanzas en el mundo swinger. Así como él se abrió a compartir sus experiencias conmigo, yo hice lo mismo y le compartí las mías. Por más de un año seguimos en contacto y el me insistía en que quería conocer a Natalia y finalmente allí esa noche yo le daba gusto.

Pasamos por un muy incómodo momento con alguien de la comunidad de GuiaCereza en el 2017 y eso alejo mucho a Natalia de esto de la vida swinger, así que me fue complicado convencerla de que Gustavo, usuario de GuiaCereza, quería conocerla. A ella se le notaba la duda y la incertidumbre, pero igual, ella me dio gusto esa noche luciendo esa sexy pinta. Y claro, Gustavo, eligió el lugar correcto para conocerla.

Al ritmo de la buena música y unos espectaculares cocteles y deliciosa comida, hablamos, reímos y Natalia y Gustavo intercambiaron opiniones de política, de su amado Deportivo Cali, de la situación en Venezuela, de la salsa clásica de los 70s y los 80s, y el, como todo un caballero, nunca comento nada de nuestra vida swinger. También hablamos de la difícil situación que pasan las personas que buscan empleo en la capital mundial de la Salsa. Natalia laboraba como contadora para una conocida entidad financiera y hacia poco la habían liquidado, dejándola a ella en ese incomodo limbo financiero y de paso, con la frustración y el estrés de darse cuenta lo complicado que es buscar empleo para una persona de 38 años de edad en nuestra sultana del Valle. Pero eso sí, Gustavo, no perdía la oportunidad para observar con lujuria y envidia como las piernas expuestas de Natalia y la atrevida entrepierna se veían majestuosas a sus ojos. Y esos suculentos pechos de ella estaban ahí en frente suyo, solo para sus ojos.

Al cabo de un rato, Natalia se puso de pie y en ese instante Gustavo se quedó en silencio mirándola de arriba a abajo, viendo como esa sexy falda verde resaltaba unas hermosas y paradas nalgas de mujer caleña. El redondito y bien espigado trasero de ella se lucia majestuoso a los ojos de un caballero, como lo es Gustavo.

Mientras ella se alejaba hacia el baño, el en silencio la miraba, claro, con sus ojos puestos en la cola y las piernas de Natalia. Finalmente rompió ese cordial comentario de alguien conocedor de este mundo.

-“erghh… que mujersota tan completa Julio, lo felicito”, dijo él.

-“Se debe sentir usted orgulloso de tenerla como esposa”, agrego él.

-“Si claro Gustavo… no se lo voy a negar”, le respondí.

-“no me imagino lo que Julio disfrutara viendo como un afortunado hombre le pone las manos encima, la desnuda y se la monta para darle esa clavada encima de esos tesoros atrapados en su cuerpo”, comento Gustavo.

Me reí por sus palabras, pero note que lo decía con la natural envidia de saber que Natalia, mi esposa, era mi cómplice en el mundo swinger y que si, eran pocos los que contaban con la suerte de desnudarla y comérsela en frente mío.

-“Y mucho más arrecho saber que ella ha sido su puti-esposa con algunos de sus clientes… que arrechera saber que ella se les ha ofrecido a cambio de un favor”, dijo.

No dije nada pero veía en Gustavo las palabras honestas que salían de su cabeza.

A pesar de su rechazo a salir con alguien de GuiaCereza, esa noche note un poco de complacencia de Natalia con Gustavo, señal inequívoca de que ella se sentía a gusto de conocerlo. 5 minutos más tarde, disfrute viendo como el de nuevo la observaba en silencio acercarse hacia él, y el caminar agraciado de ella moviendo sus caderas de un lado al otro y exponiendo sus femeninas y esbeltas piernas a ese amigo de Guía.

Claro, ella se dio cuenta como Gustavo la miraba de pies a cabeza sin pena alguna. Y obvio, ella noto como su atractivo y voluptuoso cuerpo atraía la mirada inquisidora de ese hombre extraño que apenas conocía.

Ella se sentó lentamente y en esos tortuosos 2 segundos pude ver como la entrepierna de Natalia se abrió atrevida a los ojos de Gustavo, para dejarle conocer en silencio y muy rápidamente la fina tanga negra que escondía sus tesoros. Claro, los ojos de él no perdieron esa oportunidad de oro.

Tipo 11:30 de la noche, ella me recordó las labores de madre que la esperaban en el apartamento donde vivíamos y me pidió que nos regresáramos. Gustavo, como todo un caballero, pago la cuenta y poniéndole un beso en la mejilla se despidió de ella, y luego de paso, bajo sus ojos para mirarle sin descaro ni penas ajenas, el culo y las piernas a Natalia, mientras nosotros nos poníamos de pie y nos aprestábamos a salir del ameno bar camino a casa.

-“Paso este fin de semana por su apartamento a recoger el laptop que se les daño a ver que se puede hacer”, me recordó Gustavo.

-“Listo compadre, muchas gracias”, le respondí.

Esa noche llegue al apartamento a dormir a nuestra hija y luego a culear un rato con Natalia. A mis 48 años disfrutaba mucho de nuestra vida sexual de pareja y me esforzaba mucho por complacerla, a pesar de que nuestros 10 años de diferencia ya empezaban a pasar factura.

-“Te cayó bien Gustavo?... se ve muy decente el man”, le dije esa noche mientras yo permanecía encima de ella desnudo y mi verga sin condón yacía enterrada en lo profundo de su vagina después de haberme pegado esa primera derramada adentro de ella. A mi lado, la corta y sexy falda verde, y la blusa blanca tiradas en el piso de la alcoba, donde yo la había desnudado.

Ella, también desnuda y con sus piernas abiertas aferradas a mi cadera, disfrutaba de su manera del corto pero delicioso rato de sexo conmigo.

-“Si amor, me cayó bien… aunque no hizo sino mirarme el escote y las piernas todo el tiempo”, dijo Natalia con ojos de duda y discreción por él.

-“Creo que mostré mas de la cuenta y eso no lo quería”, agrego ella.

-“No para nada mi amor… solo le mostraste tus sobradas bondades físicas… y sé que Gustavo quedo encantado con tus cualidades como persona”, le respondí besándole el pezón del seno derecho y levantando mi cuerpo desnudo, sacándole mi verga de su tesoro. Casi de inmediato un delgado hilo de amarilloso semen empezó a escurrir de la vulva de Natalia.

Luego estirando mi mano con dificultad alcance al celular que estaba sobre mi mesa de noche. Abrí mi WhatsApp y allí estaba el mensaje de Gustavo:

-“Gracias Julio por la noche de hoy, Natalia es una mujersota, su carisma, su sonrisa, y lo buena conversadora que es, lo felicito y lo envidio”

-“Y esa faldita verde, esas piernas, esa cola tan divina y ese escote… ufff compadre… pa’que más”

Le pase el celular a Natalia y ella leyó los dos mensajes y sonrió.

3 días más tarde, ese Domingo al mediodía, de carrera y con afán, Gustavo paso a recoger al conjunto residencial donde vivíamos el laptop dañado de Natalia y justo 2 minutos después de que yo le mostraba que no podía encenderlo y no se veía nada en la pantalla, Natalia llego al apartamento después de su clase de Zumba en el gimnasio que quedaba cerca del conjunto.

Claro, no lo habíamos planeado pero las buenas cosas pasan así, de improviso y sin esperarlo.

Luciendo su apretado pantalón deportivo de lycra blanco, la cadera, las piernas y las paradas nalgas de mi esposa no podían ser mejor lucidas por esa atractiva prenda. Su trasero, redondo y espigado, sobresalía sexy y radiante. Las moldeadas nalgas de Natalia se lucían majestuosas. Sus atléticas piernas se mostraban hermosas y femeninas. Viéndole el culo a Natalia, se notaba que una fina tanga se posaba sobre sus nalgas y era imposible notar la diferencia entre una buena y bien trabajada cola de gimnasio, y un sexy y natural trasero.

Arriba, la trusa rosada abierta en V, dejaba sobresalir ese par de melones de Natalia. Sus voluptuosas tetas se veían apetitosas y dignas para la lengua de un hombre sediento de sexo.

-“Hola Gustavo, que sorpresa verte”, dijo ella dándole un beso en la mejilla.

-“Hola Natalia, aquí de pasada rápida a recoger el laptop dañado de ustedes”, dijo el mirando el pronunciado escote de ella y esas tetas de reina.

-“Y mira hable con un amigo que estaba buscando a alguien para que le ayudara con la parte contable de su negocio de camiones en Yumbo, aquí te dejo el número de celular para que lo llames a ver si de pronto te sale algo por ahí con él”, dijo Gustavo sacando su billetera y pasándole la tarjeta a ella.

Ni yo ni ella lo esperábamos, así que Gustavo nos tomó por sorpresa.

-“ay oye, muchísimas gracias Gustavo…!!! si claro, lo llamare hoy”, dijo Natalia sorprendida por su noble e inesperado gesto, acercándose a él y dándole un beso en la mejilla de agradecimiento.

Ni yo ni Gustavo lo esperábamos, así que Natalia con su gesto, nos tomó a los dos por sorpresa.

Acto seguido, ella lo abrazo con fuerza y dejo que sus rozagantes tetas se rozaran con el pecho de él. Gustavo, como un caballero le acepto su inesperado abrazo y coloco su mano derecha sobre su cadera. Las tetas de Natalia se ocultaron entre ese abrazo mientras Gustavo ponía su mano derecha sobre su cadera a solo escasos centímetros de esas atléticas y paradas nalgas de gimnasio. A él se le notaban esos intensos deseos de dejar escurrir su mano por el culo de ella. A él se le notaban las ganas que tenía que ese abrazo durara toda una noche, desnudo, encima de ella, en una cama.

-“Bueno, voy a ducharme, los dejo”, dijo ella rompiendo el abrazo y volteándose hacia la sala.

Durante esos eternos 4 segundos un silencio cómplice se escuchó en el apartamento.

El, callado, mirando el cadencioso movimiento de las nalgas de Natalia luciendo ese apretado pantalón de lycra blanco mientras ella caminaba por la sala hacia la alcoba. Yo mirando a Gustavo y el mirándole el culo a ella, viendo como las agraciadas y moldeadas nalgas de esa mujer valluna llamaban su atención poderosamente y eran nuevamente su motivo de encanto.

Y ella vanidosa, alejándose hacia la alcoba, sabiendo que los ojos de dos hombres estaban puestos sobre su hermoso trasero.

Han pasado ya casi 5 meses de ese fortuito encuentro en Urbano Bar de Cali y Gustavo entra en nuestras vidas de forma silenciosa pero efectiva. Sin afanes ni presiones de ninguna clase, así como un caballero y amigo, él nos brinda su amistad y su respeto, así como nosotros le brindamos el nuestro.

Hoy celebramos que Natalia cumple sus primeros 30 días laborando como contadora en la empresa de transportes del amigo de Gustavo. Hoy celebramos que nuestra hija Liliana llega a sus 8 años de vida y al lado de sus amiguitos más cercanos lo celebra con lujo de detalles en el apartamento nuestro. Hoy, 5 meses después de conocerla, durante toda la tarde, GustavoDiscreto1960, ese experimentado hombre maduro de GuiaCereza observa emocionado y con detalle el cuerpazo de Natalia, viéndola lucir ese elegante, ajustado y sexy vestido azul claro de una sola pieza que se amolda magistral y generosamente a su cuerpo, dejando expuestas esas voluptuosas tetas 36C y esas femeninas piernas y torneadas caderas de mujer valluna. El apretado vestido azul terminaba bien arriba de sus rodillas y sus paraditas, tonificadas y redondas nalgas sobresalían vistosas a los ojos de cualquier hombre. El atrevido vestido que ella luce moldea su cuerpo y destaca con sobradas razones sus suntuosos pechos, su hermoso culo y sus femeninas piernas, dejando volar la imaginación de los padres de los niños y niñas que asisten esa tarde a la fiesta.

Y hoy, el doctor Alfredo Márquez, ese agraciado caleño de 48 años, amigable y buen conversador, disfruta a pleno de esta tarde de Sábado viendo como el formidable y bien ajustado vestido azul de Natalia luce majestuosamente el voluptuoso cuerpo de su nueva contadora, y con decencia y mucha clase, deja que sus ojos maduros recorran de arriba abajo las curvas sexys de mi esposa, poniendo, eso sí, mucha atención en los generosos pechos y en las paradas nalgas de su recién contratada empleada.

Mientras tanto, el otro Gustavo, el caballero, el man bacán y descomplicado, nos ayuda con la torta y la recreación de los amiguitos de Liliana que invitamos a la fiesta. Hoy celebramos que un amigo y confidente abre las puertas de una relación más cercana. Hoy celebramos una vez más que Natalia abre de nuevo sus ojos al mundo swinger y deja que alguien más disfrute, en silencio, de su cuerpo.

En el apartamento solo quedan los rezagos de una fiesta infantil vespertina, y el confite y los dulces regados por el piso, producto de esa piñata infantil, nos avisan que mañana será un domingo de limpieza. Y allí, Natalia, Gustavo y yo somos los únicos sobrevivientes de esa tarde loca y extenuante de Sábado.

Solo la música de salsa clásica se oye en el apartamento mientras busco en la cocina, impaciente y nervioso, mas pasabocas para picar. Miro el reloj sobre la nevera que marca las 11:15 pm. Allí en la sala, sobre la mesita de centro, 1 botella de aguardiente, 3 cervezas y una de Whiskey Buchanan’s decoran la mesa.

Hacia tan solo 20 minutos mi suegra se ha llevado a Liliana, nuestra hija, a pasar la noche en casa, con su abuela y a disfrutar de sus regalos. Hacia tan solo 20 minutos, Natalia y Gustavo se acercaban más el uno al otro, el motivado por el atractivo cuerpo de mi esposa, y ella, motivada por ese extraño y desconocido amigo que le abrió de nuevo las puertas laborales. Finalmente ambos llegaban a un acuerdo que les convenía. Finalmente, después de 5 meses, ambos estaban dispuestos a disfrutar de las dulces mieles de un acuerdo discreto y tácito, que no pedía explicación.

Hacia tan solo 20 minutos que las vimos salir por la puerta y Natalia le dio ese beso especial a mi hija Liliana y a mi suegra. Hacia tan solo escasos 2 minutos que Natalia pronunciaba esas palabras tan especiales en dirección a Gustavo:

-“Queremos agradecerte Gustavo por haberme ayudado con el trabajo con el Doctor Márquez”, dijo ella sonriéndole.

Hacia tan solo 2 minutos que yo, nervioso, pronunciaba esas palabras tan especiales por las cuales Gustavo había esperado pacientemente más de 18 meses:

-“Gustavo, pida lo que quiera compadre…”, le agregue.

En esos eternos 2 segundos hubo un silencio cómplice en la sala y mientras el solo sonreía, Natalia y yo lo mirábamos también nerviosos.

-“No frescos que eso hace parte de la amist…”, alcanzo a responder el, pero yo, abruptamente lo interrumpí:

-“Se quiere culear a Natalia?”

De pronto, ese helado silencio se escuchó en la sala, y el nervioso no sabía que responder ante semejante pregunta.

-“Compadre… ayudarnos con el empleo con el Doctor Márquez fue algo muy especial… así que Natalia quiere agradecerle ese favorzote”, le dije.

-“Si quiere comerse a Natalia esta noche… hágale… fresco hermano, yo solo los miro”, comente.

Ahora, veo desde la cocina como Gustavo y Natalia se besan lento y pausado, como disfrutando de ese momento cómplice. El dejando escurrir sus manos sobre las piernas de mi esposa, mientras que ella deja que sus labios de mujer se unan a la lengua de Gustavo. El, deja que su mano derecha tome posesión de las tiranticas del vestido de ella, para dejarlas caer y halándolas con delicadeza hacia abajo con pasión, dejando que sus melones de diosa quedaran libres de nuevo.

El rompe ese beso y deja caer su cabeza sobre las tetas de Natalia para empezar a devorárselas. Ella cierra sus ojos mientras la mano derecha de el recorre las piernas de mi esposa sobre el vestido azul que ella esa tarde lucia.

Durante esos 3 minutos, Gustavo, el caballero que conocimos, desaparece, y de pronto, GustavoDiscreto1960 de GuiaCereza se apodera como el único dueño de las tetas de Natalia. Con pasión, veteranía y madurez, él se encarga de pegarle una buena chupada a ese par de melones, mientras que su mano derecha se empieza a esconder por entre la entrepierna de ella, buscando afanosamente ese oculto tesoro. Que delicia ver como la boca y la lengua de Gustavo recorrían los pechos de mi esposa, mientras ella aceptaba que yo no era el dueño de su cuerpo esa noche.

-“Venga para acá mamasita linda”, dice el, de repente, soltando su boca de los pechos de ella y parándose del sofá de la sala donde estaban besándose mientras en silencio yo los miraba.

Natalia, sonriente y ya medio excitada, se pone de pie con sus tetas libres de todo yugo y en menos de 20 segundos, el sexy y ajustado vestido azul de ella es rapado de su piel y la tanga y el brassier blancos son rasgados de su cuerpo con varonil fiereza. Finalmente, Natalia, completamente desnuda, solo con sus zapatos negros de tacón alto, permanece de pie ante sus ojos. El, sin perder un segundo se arrodilla y coloca su cabeza sobre el sexo de ella, mientras que ella sonriendo pone sus manos sobre la cabeza de él.

Allí, arrodillado, el empieza a chuparle el clítoris y la vulva a ella, mientras que mi esposa, de pie, deja expresar esos cortos gemidos iniciales de placer.

Durante esos 2 minutos, Gustavo prueba por primera vez el delicioso sabor de la vulva de Natalia, mientras que ella, con sus ojos cerrados, empieza a descubrir, casi 2 años después, el placer de que otro hombre se la chupe y se la disfrute.

De repente, ella retira la cabeza de Gustavo y se invierten los papeles. Ella se arrodilla y él se pone de pie. Acto seguido, Natalia abre el cinturón del pantalón de él y con celeridad ella le baja los pantalones y los calzoncillos a Gustavo.

Uy juemadre. Quede pasmado. Y ella también.

La verga de Gustavo es inmensa. Gruesa, y bien formada, su gigante glande brota hinchado de su pene y la cabeza de su verga luce portentosa. Esos 16 o 17 centímetros de carne gruesa se levantan a los ojos de Natalia en frente de ella.

-“Uyy.. dios.. que es todo esto?”, dije Natalia sorprendida al ver ese vergononon de nuestro amigo.

En los pasados 5 años experimentando con parejas swinger y con los 4 hombres que ella se había acostado en los tríos HMH, no habíamos visto a alguien tan bien dotado. Y la verga de Gustavo era la excepción a la regla.

Sin perder un segundo, Natalia se lleva a la boca y prácticamente se atraganta con ese duro y firme pene. El, reacciona y coloca ambas manos sobre la cabeza de Natalia, para forzarla y ayudarla con la mamada.

La cabeza de Natalia se empieza a mecer con fuerza chupándole la brutal verga a Gustavo y el levanta su cabeza al techo como agradeciéndole al Todopoderoso por ese momento. Y yo, ahí, en silencio, viendo como ella le hace sexo oral a él.

Que delicia de instante. Ella con toda la verga en su boca, entrando y saliendo, y el con las manos puestas sobre la cabeza de mi esposa acompañando ese momento, mientras ella se la chupaba y le tocaba las guevas y la base del pene con su mano derecha.

2 minutos después, ella presiente lo que está a punto de ocurrir y retira su verga de la boca para colocarla en medio de sus pechos. Justo a tiempo.

Vaya, que momento ¡!!

La inmensa verga de Gustavo explota lanzando poderosos chorros de semen sobre las tetas de Natalia y los gritos de placer de él se combinan con la música de Héctor Lavoe que suena en el apartamento.

Al cabo de esos 30 segundos, los hermosos y robustos pechos de Natalia son prácticamente cubiertos con el espeso y viscoso semen caliente de ese amigo que le abrió las puertas laborales después de casi 8 meses de búsqueda de trabajo.

Y ahora ella le correspondía dejándole poner su inmensa verga allá en medio de sus pechos. Lo que el más quería desde hacía 5 meses desde que conoció las bondadosas tetas de mi esposa en esa noche en Urbano Bar.

Gustavo no paraba de gemir el sentir su verga explotar en medio de las tetas de Natalia. Y ella sonriente no dejaba de mirarlo a su cara mientras que las manos de Natalia masajeaban sus pechos apretando más la verga de Gustavo y esperando que terminara la bondadosa eyaculación de su nuevo amante.

Tan pronto ella vio como la verga dejo de vomitar su leche, Natalia se recostó lentamente sobre el sofá de la sala con sus tetas salpicadas de semen y con los ojos puestos sobre la verga gruesa de Gustavo, dejo que sus piernas se abrieran como un compás de pasión y erotismo.

Y ahora ella le correspondía abriéndole las piernas a él. Lo que el más quería.

La vulva, la vagina y el clítoris colgante de Natalia se ven más hermosos que nunca. Sin perder segundo, la cabeza de Gustavo cae sobre el sexo de ella y empieza a devorarse entero el dulce tesoro que ella esconde entre sus piernas.

Durante esos 15 minutos, veo como ella agraciada coloca sus manos sobre la cabeza de Gustavo, mientras él le chupa la vagina y trata infructuosamente de arrancar con rabia el clítoris colgante de mi esposa. El, valiente y atrevido, turna dos dedos de su mano derecha entre la vagina y el ano de Natalia, preparando con anticipación esos dos lugares donde él quiere con afán y deseo hundir su portentosa verga.

Natalia, extasiada, se queja con pasión, mientras siente como la lengua y los dedos de Gustavo entran y salen de su húmedo y brillante tesoro.

Finalmente, ella no aguanto más y pronuncio esas cuatro palabras que el siempre quiso escuchar:

-“Ven, regálame esa cosota”, dijo ella descargando por completo su cuerpo desnudo sobre el sofá.

-“Déjame me pongo el condón Nati”, dijo Gustavo volteándose.

-“no Gusta… te quiero así… quiero disfrutar al máximo esa vergota tuya tan linda”, respondió ella.

Un viento frio recorrió mi cuerpo de pies a cabeza. Escucharlo a el llamarla como ‘Nati’ y ella corresponderle como ‘Gusta’ me daban a entender que su amistad era más sólida. Pero escucharla que ella pedía tener sexo sin forro me daba a entender que ella realmente quería disfrutar de ese vergononon de Gustavo a flor de piel.

El me miro y en silencio pidió mi aprobación. Yo, lanzado, grosero e impotente ante el atrevido pedido de Natalia, se la di:

-“Hágale compadre… eso si la quiero ver escurriendo leche de esa cuquita”, le respondí.

Como recibiendo una orden, Gustavo acomodo su cuerpo sobre el de ella y la mano derecha de Natalia tomo la verga de él y la acomodo en la entrada de su vagina.

Como un cuchillo caliente en mantequilla, vi como el empezó a recostar su pelvis sobre el abdomen de ella y los 17 centímetros de ese vergononon se empezaron a esconder en las profundidades de la vagina de Natalia.

Verle los ojos a ella fue lo mejor. Verle su cara de placer me encendió. El rostro de Natalia cambio al sentir como esa vergota se escondía en lo profundo de sus entrañas. Ver como la totalidad de la verga de Gustavo se atragantaba en el sexo de mi esposa me excito a pleno y me parecía increíble que el apretado sexo de ella se abría por completo y las húmedas y bien lubricadas paredes de su vagina se extendían y dilataban para esconder a ese fortuito y poderoso invitado.

Ella reacciono y dejo caer su cabeza hacia atrás, abrazándolo por la espalda.

A pesar de considerarme un esposo ‘cuckold’ como dicen los gringos, no aguante la escena y atontado y aguevado me salí de la sala, camino de nuestra alcoba, mientras vi como Gustavo, magistralmente movía su abdomen sobre el de ella, en posición misionero y su flamante y gruesa verga entraba y salía libre del tesoro de Natalia.

Para mi serían los 15 minutos más largos de mi vida. Para ella serian uno de los 15 minutos más sexualmente placenteros. Gimiendo a grito pelado sus orgasmos, Natalia se venía y le pedía a gritos a Gustavo que no parara. Finalmente escuche como el gimió profundo y un largo y placentero quejido salió de la boca de Gustavo. Ahí tuve las agallas de volver a la sala.

Vaya, que escena.

Natalia y el, sin avisarme y mientras yo permanecía escondido en mi alcoba escuchándolos culear, habían cambiado de posición sus cuerpos para darle a ella más placer. Ahora, el sentado sobre el sofá y ella cabalgándose como erótica jinete sentada sobre su abdomen, se montaba la inmensa verga de Gustavo.

Él se comía enteras las tetas de Natalia, y ella se gozaba a pleno sentir como su pelvis se movía alegre teniendo esa vergota atrapada en sus entrañas. El torso de ella se recostaba sobre la cabeza de el para entregarle sus exuberantes pechos, mientras la verga de Gustavo era cabalgada por esa hermosa jinete valluna. El, finalmente sin ninguna restricción manoseaba el trasero de Natalia y le abría las nalgas y le estimulaba el ano con sus dedos a ella. 3 centímetros abajo, solo se veía como la base de la verga y las guevas de Gustavo dejaban escurrir fresco, generoso y viscoso semen blanco que salía abundante de la vulva de ella y caía lento y pesado sobre el piso de la sala, mojando el sofá y dejando escurrir esas gotas de leche en el piso.

Él estaba eyaculando adentro de ella y Natalia, en estado de éxtasis, se sentía en el cielo mientras esa gruesa verga de el explotaba vomitando generosos chorros de fresco esperma en lo profundo de su sexo.

No aguante más y saque mi verga y corta erecta para masturbarme. Ella sintió que la hebilla metálica de la correa de mi pantalón golpeo el piso y volteando su cabeza hacia mí, me llamo:

-“Ven amor”, dijo Natalia levantándose del abdomen de Gustavo.

Que delicia. Mientras ella se levantaba, de su vagina salía lenta y perezosa, cubierta de blanco esperma, la verga gruesa de Gustavo. Finalmente ese vergononon salió y de inmediato un escupitazo de blanca leche salió de la vulva de mi esposa. El excedente final de ese primer bombazo de semen salió a borbotones del sexo de ella.

Por dios, que delicia de escena.

La verga erecta de el permaneció así, firme y dura, cubierta de semen escurriente que caía sobre el sofá.

-“Corazón, siéntate acá”, me dijo ella invitándome a que me sentara sobre la silla de al lado.

Así lo hice y Natalia me bajo los calzoncillos con cuidado y se llevó a su boca mi verga arrodillándose y quedando en cuatro en frente mío.

De inmediato, Gustavo se puso de pie y pronuncio esas palabras tan sabias:

-“así era que quería tenerla Natalia… sabes cuantos padres de familia que te miraron el culo hoy me envidian en este momento”, dijo él.

-“Y ni te imaginas como tienes de arrecho a Alfredo, tu jefe... hoy me dijo que con ese vestidito azul te veías como pa’culearte todo un fin de semana en su finca”, agrego.

Sin mediar palabra y mientras ella me hacía sexo oral, Gustavo tomo su verga y la coloco en la entrada de su sexo, tomo a Natalia por su cadera y le empujo lentamente su verga en lo profundo de su vagina. Ella cerro sus ojos y soltó su boca de mi verga para dejar expresar, ahí en frente mío, lo bien que se sentía al tener de nuevo la vergota de Gustavo en sus entrañas. Luego volvió y se llevó a su boca mi corta verga para darme esa fenomenal mamada de ensueño mientras yo veía como Gustavo se le culeaba en posición perrito en frente mío.

2 horas después le doy a Natalia ese beso tan especial. Ese beso que espero 2 años por lograrse.

En nuestra alcoba y acostada boca abajo, con una cómoda almohada bajo su vientre, para facilitar la penetración, Natalia se ve hermosísima.

Su espigada cola de gimnasio, así en lo alto, luce majestuosa y sus moldeadas nalgas son testigos silenciosos de un nuevo capítulo en el mundo swinger. Allí, atrapado entre sus piernas, el húmedo sexo de mi esposa brilla cubierto de 5 bombazos de fresco esperma de la verga de Gustavo. La vulva y los labios vaginales, hinchados y rojizos, muestran los estragos de 2 horas recibiendo el castigo de esa verga divina.

Gustavo abre las nalgas de Natalia y vuelve y aplica generosamente el gel lubricante sobre ese asterisco de las pasiones.

-“Desde que Julio me mostro tus fotos y luego que te vi en el bar, no sabes cuánto llevaba soñando con este momento… y no sabes cuantos hombres te admiramos hoy esa belleza de trasero”, dijo el posando con cuidado su vientre sobre la lubricada cola de ella.

-“Y Alfredo, tu jefe… me dice que tus piernas, tus pechos y tu cola merecen algo especial”, dijo él.

Me agache sobre la cabeza de mi esposa y los dos unimos nuestros labios con pasión para dejar que nuestras lenguas se cruzaran por última vez esa noche.

De inmediato, ella rompió ese beso amoroso y dejo caer su cabeza sobre la cama aferrándose con rabia e incomodidad sobre las cálidas sabanas de nuestra cama, donde ella y el llevaban ya 2 horas culeando.

Levante mi cabeza y vi como la vergota de GustavoDiscreto1960 empezó a desaparecer de mi vista y a esconderse en lo profundo de las nalgas de Natalia, mientras ella lo gemía a pleno.

Se la hundió toda. Se la enterró toda. Así como él quería. Así como ese culazo de Natalia se lo merecía.

Camine con cuidado hacia la puerta para dejarlos de nuevo solos, mientras Gustavo le susurraba palabras ininteligibles a ella en su oído.

Y el, como todo un experto caballero, empezó a sacudir su pelvis y su abdomen muy lento contra las nalgas de mi esposa.

La cama se empezó a mover cadenciosa y ambos empezaron a gemir con gracia y satisfacción, mientras GustavoDiscreto1960 finalmente ponía y mecía su brutal verga adentro del hermoso y sexy culo de la esposa de Julio, y ella le agradecía con su hermosa cola, el hecho de conseguirle empleo.

10 minutos más tarde en el apartamento se escucha ese intenso y agónico gemido mutuo de dolor, placer y erotismo. No imagino que lo que pasara por la cabeza a Gustavo en ese momento. No imagino lo que le pasara por la cabeza a Natalia en ese instante. Pero si se, con seguridad, que las hermosas y torneadas nalgas de Natalia pagan en ese momento el alto precio de su vanidad femenina, y que esos bellos y bien parados glúteos le dan el intenso placer a Gustavo de dejar que su verga reviente a chorros allá atrapada en el hermoso culo de la sexy esposa de Julio.

Para el, un sueño hecho realidad.

Para ella, volver de nuevo a que una verga diferente le de el placer que ella busca y se merece.

Para mí, volver a pensar que el Doctor Márquez, el nuevo jefe de Natalia, puede ser un candidato ideal para dejar que ella cumpla el papel de puti-esposa, y de paso me llene de nuevo esos deseos de ser un esposo cuckold.

julio08

Somos pareja swinger

visitas: 2670
Categoria: Tríos
Fecha de Publicación: 2020-02-19 16:32:39
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6 Comentarios

ME FASCINAN TUS ESCRITOS... DARÍA CUALQUIER COSA POR GOZARME A TU MUJER.

2021-12-21 14:34:18

ME FASCINA HACER GOZAR A UNA DAMA MIENTRAS SU ESPOSO MIRA Y SI GUSTA PARTICIPA SIN TABÚES NI RESTRICCIONES...SOY DE MENTE ABIERTA Y LIBERAL WHATSAPP 3108989442

2021-12-21 14:26:15

ME FASCINAN TUS ESCRITOS... DARÍA CUALQUIER COSA POR GOZARME A TU MUJER.

2021-12-21 14:23:00

Super relato..felicidades y que envidia por ella .. con esa rica verga de Gustavo

2020-02-22 11:57:38

Buenas Tardes, Julio. Un relato sensacional, y tienes un esposa maravillosa, me declaro un admirador desde ya de tu esposa, gracias por compartir tremenda experiencia. me gustaría poder seguir charlando con uds. Saludos.

2020-02-21 19:36:25

Julio, amigo mío. Quiero tener mi cabeza entre las piernas de tu mujer y lamer, por horas, sus orificios. Gracias por tan erótico relato. GUSTAVO DISCRETO1960.

2020-02-19 21:25:25