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Así me inicié como chica parte 2

El tiempo pasó y poco a poco el armario de mi tía se convertía en el mio. Cada sábado que volvía a donde mi abuela aprovechaba hasta el más mínimo momento que estuviera sola en el cuarto de mi tía para vestirme de chica. Si faltaba alguna prenda ya fuera porque mi tía se la había puesto, o porque estaba en el cesto de la ropa sucia, o estuviera lavada, yo me daba cuenta. Llegue a usar toda la ropa de mi tía, incluidos los pantalones, aunque siendo ella de caderas anchas, me quedaban enormes así que los descartaba de inmediato. 

Con mi primo la situación había cambiado. Ya casi no nos veiamos y si lo hacíamos era en una reunión familiar en donde el estaba en su cuento y yo en el mio. Cada vez estaba mas guapo y yo lo comenzaba a mirar con otros ojos, pero tenía que enfrentarme a la realidad y era que el ya había superado aquello que paso, pero en cambio yo, cada vez más quería ser mujer, su mujer. En esa epoca recien estaba saliendo la Play Station 3 y mis padres me había regalado una de cumpleaños. Así que en una de esas reuniones la novedad era la consola. De nuevo volvió a acercarse a mi y si el precio era que me viera como su amigo de videojuegos estaba dispuesta a aceptarlo, pero por lo menos tendría que intentarlo una vez más. 

15 días después de esa reunión, mis padres me dijeron que había una fiesta el viernes a la que estaban invitados y que llegarian hasta el sábado en la noche. Yo ya tenía 12 años y a pesar de mi corta edad ya sabía cocinar por mi propia cuenta. Les dije que me daba pereza ir y que prefería quedarme en la casa jugando, a lo que mis padres se opusieron, pero les dije que invitaría a mi primo y me quedaría con él, así estarán tranquilos que no saldría de casa. Su respuesta inicial fue que lo iban a pensar, pero unos días más tarde me dijeron que me quedara con mi primo, con la condición que no fuéramos a salir. Le aseguré con toda la emoción del mundo que podían llamar cada vez que quisieran para asegurarse que estaríamos allí en casa jugando. Al escuchar esto, mi madre no dudo dos veces en llamar a mi tío (el papa de mi primo), para decirle que si mi primo podía quedarse conmigo ya que sabía cocinar no habría problema ni por la comida ni el desayuno ni el almuerzo y que ellos llegaron al otro dia. Mi tío no puso problema y llegado el viernes, el timbre sonó a las 4 pm. 

Mi tío hizo una corta visita y mis padres ya estaban listo, así que en cuestión de una media hora todos salieron dejándonos a nosotros en casa. Las primeras horas pasaron con normalidad ya que estábamos inmersos en los nuevos juegos que con mis ahorros del dinero que me daban mis padres a diario. Llegadas las 6 pm me levante para tomar un descanso y comenzar a preparar la comida. Pero eso no sería todo. Mi primo se quedo jugando tal cual como yo quería. Entre mi cuarto, en una biblioteca que tenía, logré soltar una lámina de madera que daba a un espacio entre la pared y esta biblioteca, allí era donde tenia toda mi ropa. Me acerqué a la biblioteca con mi maleta en la mano y comencé a sacar todo lo que me iba a poner. Lo guarde sin que mi primo se diera cuenta y le dije que me iba a bañar primero. Me di una ducha rápida y al salir me aplique una de las cremas de mi madre en todo el cuerpo y comencé a vestirme. Me puse una tanga blanca tipo brasilera que era mi favorita, pero la tuve que botar ya de vieja. Encima me puse un cachetero en encaje también blanco, unas medias de nylon brillantes con la falda verde color pastel y un buzo de cremallera que me quedaba bastante ceñido, marcando mi cintura y mis pequeños senos. Me aplique polvos, me delinee los ojos (si ya había aprendido más o menos como hacerlo) y un labial rojo pasión, todo esto si de mi madre. 

Salí del baño echa un manojo de nervios. Las piernas me temblaban y me hacían caminar torpemente. Llegué hasta mi habitación donde estaba mi primo quien seguía jugando. Me acerqué a la cama dejando mi ropa y mi maleta sobre esta. Fui hasta la biblioteca donde saque los tacones y el cinturón negro que era de mi tía el cual lo cogí para mi, ya que era en spandex, ajustándose a mi cintura sin dejar caer la falda, así la podía usar de mini falda (normalmente me llegaba hasta las rodillas). 

Mis tacones comenzaron a sonar por mi habitación obligando a mi primo a voltear. Sus ojos me recorrieron de arriba a abajo y de vuelta. Comencé a caminar como había aprendido, un pie al frente del otro contoneandome mientras me dirigía afuera de la habitación. No me despegaba la mirada de encima, sobre todo mirandome la cola. Al llegar al pasillo miré hacia atrás y al darme cuenta que no me había seguido sentí tanto alivio como frustración. Una porque al no seguirme me permitió respirar ya que no sabía hace cuánto había dejado de hacerlo para calmarme, y la otra al darme cuenta que no le había interesado. Llegué a la cocina con la idea de que ya no le gustaba y que lo nuestro habia quedado atras. Comencé a hacer la comida decidida a quedarme vestida de chica pues él ya me había visto y conocía mi secreto. 

A los pocos minutos escuché el teléfono timbrar, corrí hasta la sala y contesté. El teléfono quedaba sobre una mesa al lado del sofá, así que me lancé quedando de rodillas con mi cola levantada y la falda al borde de mis nalgas, dejando ver mi ropa interior.Era mi madre para preguntar cómo estábamos y qué hacíamos. Le conté que estaba haciendo la comida mientras mi primo seguía jugando mientras le devolvía la pregunta de cómo habían llegado. Mientras mi madre me hablaba, sentí una como una mano me acariciaba la cola sobre la tela de la falda. Recorría mi cola en forma circular y luego descendía su mano por mi pierna tocandome sobre las medias. Mi voz se comenzó a entre cortar a lo que mi madre se dio cuenta. Rápido le dije que me había atorado ya que estaba tomando agua, pero que continuara contandome. Mientras mi madre hablaba, mi primo me tomaba por la cadera comenzando a chocar su pelvis contra mi cola. Sentía como mis nalgas saltaban a medida que lo hacía más rápido y un poco más fuerte. Yo veía a mi primo por encima de mi hombro, como estaba concentrado mirando mis nalgas redondas mientras me tenia en cuatro.

Mi primo deslizó una mano entre la falda para frotarme entre mis nalgas. Sentía como la tela de la tanga, del cachetero y de las medias presionadas por su mano rozaba mi ano. Comenzó a hacer trayectos desde el comienzo de mi cola hasta donde estaba mi pene, el cual comenzaba a endurecerse.  Después me dio una palmada haciéndome gemir por el teléfono. Rápido me tuve que excusar diciendole a mi madre como estaba cocinando, una gota de aceite me había salpicado y me había quemado. Mi madre me dijo que mejor me llamaba más tarde cuando hubiéramos terminado de comer para que no fuera a quemar así que rápido colgué el teléfono y lo dejé en su base. Mi primo me subió la falda y con un movimiento de sus manos, rasgó las medias por toda la mitad. Fue tan excitante que solo con eso me comencé a mojar. Sus manos jugaban con mi ropa interior jalandola, haciéndome gemir de dolor y de placer al tiempo. Me bajó el cachetero dejando solo la tanga la cual jalaba y al soltarla sentía un golpe sobre mi ano, haciéndome brincar seguido de más gemidos. 

Yo estaba tan excitada que no dude dos veces y le pedí que me lo hiciera. El se bajó su pantalón y ese pene que tanto extrañaba así fuera pequeño aún, lo quería adentro. Mi primo me hizo a un lado la tanga y tomándome de la cadera de nuevo comenzó a repetir el movimiento con el que había iniciado todo. Su pelvis chocaba con mis nalgas mientras sentía como su pene chocaba con mi ano pero sin penetrarme, solo sentía como me rozaba y me puyaba. Nuestra excitación iba en aumento y él cada vez me daba más rápido y más duro, hasta el punto que en una embestida la punta de su pene alcanzó a penetrarme. No fue ni la cabeza completa, pero si sentí como unos milímetros alcanzaron a penetrarme. Apreté mis manos fuerte contra el sofá al sentir una de las experiencias más maravillosas de mi vida. 

Le pedí que intentara penetrarme, así que me abrió las nalgas y trataba de penetrar lo más que podía pero solo pudo meter parte de la cabeza de su pene. Mis nalgas impedían que pudiera estar más adentro mio. Pensé que era porque no estaba bien lubricada así que aplique un poco de saliva en mi ano y en su pene y le dije que lo metiera de nuevo. Apoye mi cara contra el sofá y con ambas manos abría mis nalgas hasta lo más que podía para que me hiciera suya. Pero fue en vano, ya que por el tamaño de su pene y lo grandes de mis nalgas no era capaz de meterlo bien. 

Quería venirme y que el se viniera en lo posible dentro de mí, así que del desespero de querer tener un orgasmo con él, le pedí que se sentara. Yo me puse de pie y acomode su pene, me senté sobre él dándole la espalda y comencé a moverme. A los pocos segundos sentí como unas gotas de un líquido caliente se comenzaban a derramar entre su pene y mi ano. Lo había hecho venir y también me enteré que se había desarrollado. Me arrodillé y lo limpie con mi lengua y con mi boca, dando lamidas largas y grandes chupetones. Fue la primera vez que probé el semen y hasta la fecha de hoy no he probado el de nadie más. A pesar de solo ser unas pocas gotas, fue suficiente para lubricar mi ano, a lo que me puse de pie, reacomode la falda y subí el cachetero lo suficiente como para que no me limpiara y me fui para el baño. 

Una vez adentro me puse de rodillas sobre el inodoro quedando de nuevo en 4. baje tanto el cachetero como la tanga y comencé a jugar con mis dedos sobre el semen derramado en mi ano. Ya estaba frío y la sensación era deliciosa. Me penetre despacio con un dedo dejando que parte del semen se introdujera para que no me doliera. Después metí dos dedos y luego tres. Me apoyé con el hombre contra la pared para dejar mi otra mano libre para poderme masturbar. Me daba duro y procuraba no gemir. Me mordia los labios mientras unas gotas de sudor se asomaban por mi frente. Mis dedos llegaban lo más adentro que podía y aunque me comenzaron a doler por el cansancio, no quería parar, estaba tan rico que seguía autocomplaciendome, hasta que después de unos minutos así no aguante más y me vine sobre el piso del baño. Mis piernas temblaban y no podía parar. Sentí mi ano totalmente mojado y al sacar mis dedos para descansar y recuperar el aliento, hicieron que me estremeciera dejando escapar un gemido largo.

Estaba tan inmersa en mi placer que no había notado que la puerta estaba entreabierta y que mi primo me estaba viendo. Al ver que ya me había venido se fue para el cuarto. Me sonreí de alegría al ver cuánto le había gustado que incluso fue para ver como terminaba. Reacomode toda mi ropa y sequé mi sudor, me di un retoque de maquillaje y volví a salir con todo y las medias rotas por si mi primo quería volver a comerme. Salí derecho a la cocina y escuche que de nuevo mi primo estaba jugando, así que yo aproveché para prepararle la comida a mi novio y que tuviera nuevas fuerzas. 

Yo quería más!!!

Danielasissy94

Soy transexual, transito por el género

visitas: 2081
Categoria: Transexuales
Fecha de Publicación: 2020-02-20 15:04:04
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3 Comentarios

Hola que buenos relatos tienes bueno seria conocerte hermosa tu con esos relatos llevas al lector por un mundo immaginario el cuál uno piensa que eata en la realidad

2020-07-15 03:14:16

Súper!!! Quedé con ganas de mas.

2020-03-24 05:35:57

esas primeras veces son siempre tan excitantes

2020-02-23 04:28:25

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