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Quiero que se imaginen qué puede seguir... Esté hombre delicioso aún no ha tenido su mayor placer y yo temo que ahora no logre complacerlo. No obstante, un hombre con experiencia inspira seguridad y yo estaba ansiosa, la idea de que a un motel se sabe à qué se va ha desaparecido.
La habitación tenía un sauna, les he contado del delicioso pene de este hombre? Pues bastó una llamada para que aquel pequeño cuarto embaldosado se llenara de vapor... Su escalón estratégicamente diseñado era perfecto. Aquel hombre puso una de las toallas en la escala y otra en el piso. Después de estar sentados en cucharita y conversar sobre tonterías, como mi cabello mojado, hábilmente aquel hombre bajó mis prienas de las suyas y en poco tiempo yo estaba de rodillas en aquella toalla.
Su pene era grueso y grande, pero además era liso, de una textura encantadora. Pasaba mi lengua desde la base hasta la punta, luego mis manos... Recorría su pene lentamente desde arriba hasta abajo, en principio él se aferraba a la toalla en que estaba sentado, pero poco a poco su cuerpo se tensaba y respiraba fuertemente, comenzó a recoger mi cabello dulcemente con sus manos, como quien trata de pensar en otras cosas, pero sentía su excitación.
Cuando logró recoger todo mi pelo en una sola mano, supe que estaba por su cuenta. Era el ritmo perfecto, hacia que chupara su pene rápido y sin llevarlo muy adentro de mi boca y luego podía sentirlo profundo, casi en mi garganta, era allí cuando podía sentir cómo se estremecía, decía cosas tiernas y groserías: eres deliciosa, que chimba como lo haces, bebé hermosa eres una atrevida y grosera...
Después de un tiempo no muy largo, me soltó, como quien ya no puede más, así que tomé su pêne entre mis manos y pude sentir cómo vibraba y bajaba sobre mi cara su semen delicioso, mezclado con el calor del vapor, una sensación tibia y exquisita que he aprendido a amar.