Quede entre inquieto y excitado, entre bravo e interesado porque  varias veces cuando hacíamos el amor ella a veces tenía fantasías en las que yo la dejaba traer hombres a la casa a hacer el amor  delante de mí,. En los últimos meses había menciondo varias veces a Luis cuando teníamos sexo y me había dicho que le gustaría hacer el amor con él y conmigo. Yo le seguía la cuerda porque la excitaban sus fantasías, pero me comenzaron a interesar y yo también comencé a pensar en esas posibilidades, las compartía con ella y me apasionaban. No sabía si cuando llegara a la casa me iba a encontrar con Luis a quien no conocía o que me esperaba.

Subí al apartamento y ella abrió la puerta. Solamente tenía puesto el kimono que le había traído de Japón y usaba como levantadora. Me besó en la boca y me dijo que menos mal había llamado porque si no lo hubiera hecho los hubiera sorprendido en la cama. Habían estado toda la tarde tomando y haciendo el amor. Yo quede frío, pero se me endureció la verga. No intenté ni siquiera ponerme bravo, sino que le pregunté si Luis estaba todavía en la casa. Se acababa de ir y ella no había tenido tiempo ni de bañarse cuando yo llegué. Estaban tomando ron cubano y también habían fumado yerba, que todavía quedaba. Me sirvió un trago de ron y prendió un plon, aspiró y me dio otro beso compartiéndolo conmigo- Yo quería saber cuánto tiempo llevaba de moza de Luis y dijo que desde que comenzó a mencionarlo en la cama, unos pocos meses antes, y que estaba encoñada con él, pero que no quería hacerlo a escondidas sino con mi consentimiento , y si yo quería podríamos de vez en cando hacer el amor los tres. Dijo que por lo general  se quedaban juntos en nuestro apartamento cuando yo viajaba o que tenían varios sitios en la Candelaria donde se acostaban después de salir del trabajo, o al almuerzo,  casi todos lo días.

Le hice contarme con todo detalle lo que habían estado haciendo en la tarde y cómo se la había comido Luis, mientras que la acariciaba y la besaba en el cuello. Me contó sin vergüenza ni titubear como le besaba la cuca, y que ella se lo mamaba despacito al mismo tiempo con suavidad, para que no se viniera. Se lo había metido varias veces por delate y una por el culo, que le haba encantado (a mí nunca me había dejado hacerlo). Estábam  sentados en el sofá de la sala, que en realidad era un colchón con cojines de macramé y batik, y yo le acariciaba las piernas suavemente mientras ella me contaba y se iba excitando. Estaba totalmente desnuda debajo del kimono. Subí lentamente mi mano por la pierna, acariciándola y poniéndole mucha atención, hasta que llegue a sus cuca y la toqué lentamente. Estaba emparamada, y no solamente eso, sino pegajosa. Me di cuenta de que era el semen de Luis y se me puso la verga aún más dura. La besé y le pregunté cuántas veces se había venido Luis dentro de ella y me dijo que cuatro, una vez por detrás. Le besé los senos y me olieron a macho. Seguimos tomando trago y excitándonos con los relatos de su aventura sexual. No hicimos el amor ahí mismo porque no teníamos cortinas y había varios edificios de apartamentos alrededor,. En uno de ellos vivía un chileno que se pasaba espiando por la ventana con unos binóculos.

Nos fuimos a nuestra habitación y la cama estaba revuelta, y todavía olía a sexo. La besé con fuerza, le dije que era una puta,  y ella se rio comentando que a ella le parecía que eso me estaba gustando. Le dije que sí, que le iba a traer hombres para que se la comieran delante de mí y dijo que mejor los traía ella, y que le gustaría ver cómo me lo meterían por el culo.  Le di una cachetada y después la besé con pasión. Bajé por su cuertpo besándola con ternura, deteniendo en cada parte que olía a Luis mientras la penetraba con fuerza con mi mano y ella me respondía cada vez más agitada. Finalmente comencé a lamerle la cuca sacándole el semen con la lengua. Esto la volvió loca y se vino dando alaridos. Me subí y le dije "perra, límpieme el semen de ese macho mientras se lo meto yo" y me vine muy rápidamente. Ella siguió lamiéndome, comiéndose hasta la última gota del que tenía todavía en mi boca, en la cara y en la verga. Dormimos un rato y nos bañamos. La llamó Luis. Quería saber si yo le había hecho daño. Le dijo que no, que me había tragado todo su semen de la cuca de ella y que si quería venir a conocerme. A mí no me cosultó.

Al rato llego Luis con otra botella de  ron. La besó en la boca y me saludó con naturalidad. Yo no supe cómo responderle, pero me gustó. Lo sucedido después lo dejo para el siguiente reato. Solo les anticipo que después de haber estado encerrados tres días consecutivos en el apartamento dejamos de ser pareja para convertirnos en trío.

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