La segunda parte de mi relato: días después de la primera experiencia haciéndole una felación obligada a Samuel, me escribió al whatsapp, preguntándome como estaban financieramente las cosas en la empresa, y también preguntándome cuando podía volverme a ver con él (honrando el acuerdo verbal que teníamos), a regañadientes le dije que podríamos volvernos a ver el sábado en la oficina, a lo cual el accedió
Se llegó el día Sábado y Samuel llegó a la oficina, esta vez lo recibí en la recepción, pensé en nuevamente mamarle la verga y despacharlo rápido craso error pensar que sería así de simple, esta vez Samuel fue más amable y me dijo que lo invitara a un café, así que fuimos a la cafetería y me dispuse a hacerlo, cuando le estaba dando la espalda porque me encontraba preparando el café, se me hizo detrás mio se me acercó y sentí su verga dura rozándome el culo (no niego que eso me gustó) y me dijo al oído que le encantaban los hombres jóvenes como yo (en ese entonces tenía 34 años y el 65) y que le encantaba el sexo rudo entre hombres algo que en su casa su esposa jamás podría darle, me comentó que tenía la fantasía sexual de tener un un esclavo sexual que sea sumiso y pasivo (la verdad, a pesar de que no me agradaba mucho esa persona me excitaba la idea) a lo cual accedí con la condición de que todo fuera con protección ya que no me gusta el bareback.
Mientras se tomaba el café me ordenó desnudarme en frente a el, me quité mi camiseta el jean y me quedé en bóxer, me dijo quitatelos también, quedé de pié totalmente desnudo frente a él, tomo mis bóxer, los olió y me dijo abre la boca grande, me amordazó con mi propia ropa interior, sacó una cinta de esas grises gruesas de su chaqueta y me la pasó por la cabeza para quedar totalmente amordazado, me hizo hincar en sus piernas mientras estaba sentado y me dió una tanda de nalgadas que me dejaron bien adolorido el culo, como era obvio no podía gritar ya que tenía la boca tapada, y eso si que excitaba a Samuel, una vez con mis nalgas enrojecidas por las palmadas me puso bocaabajo en una mesa me lubricó y me penetró con fuerza una y otra vez hasta que terminó. me levanté de la mesa un poco adolorido después de la faena y me pide que busque el delantal de la señora de servicios generales y que me lo ponga para hacerle otro café. y ahí estaba yo desnudo, amordazado y cubierto solamente con un delantal mientras veía como tomaba café, Samuel me dice que le gustan este tipo de cosas y que de ahora en adelante nos veríamos los Sábados en la oficina, y que para la próxima vez me tendría una sorpresa.
