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LA PERRA QUE DEBÍA SER

Cuando un evento es el detonante de un cambio extremo, en ocasiones las cosas ter minan dando un giro inesperado.

María era un ama de casa como muchas en nuestros días dedicadas a su esposo a sus hijos y tratan de ser buenas mujeres; pero una vez mientras su marido dormía de una de sus constantes borracheras maría se llenó de curiosidad y tomo el teléfono de su marido julio. Y empezó a revisar cada aparte del mismo, quedo impactada al ver una conversación una mujer un tanto mayor que ella, eso sí, con un par de tetas más grandes que las de ella. Y un culo no tan lindo para su gusto. Donde le decía lo rico que le gusta cundo le lamia el culo y que le fascinaba como la hacía correrse como una perra cuando se la culeaba en cuatro; comentaba lo mucho que le gustaba el sabor de la leche de su negrito, como solía decirle la amante de su marido a este; maría paró por un momento, su corazón de mujer y de esposa estaba roto, pero pensó que era lo mejor haber descubierto la infidelidad de su marido antes de que gastara más años de su vida en aquella relación.

Rápidamente y aprovechando que los niños no estaban en casa maría se fue donde su vecina y mejor amiga, destrozada a comentarle lo sucedido, después de desahogarse y hablar con su amiga unas frases de esta le cambiaron la perspectiva de las cosas y la hicieron tomar una decisión radical; su amiga le dijo, ¿sabes porque tu marido prefiere a esa mujer?, porque tú puedes ser una gran dama en la calle, una gran señora en la casa, pero amiga no eres una perra en la cama.

Esto la hizo pensar mucho y más temprano que tarde se dio cuenta que su amiga tenía la razón; volvió a su casa y parada frente al espejo limpio sus lágrimas de sus ojos y se juró que sería una mujer feliz siendo la perra de alguien y no la esclava de su marido, tomó su cartera y con los ahorros que guardaba se fue al centro comercial a comprarse ropa nueva, maquillaje y a la peluquería, quieroa una transformación completa. Sabía que no podría volver a verse como una esclava del hogar, así que compro varios vestidos bastante cortos, unos shorts de esos que apenas cubría su blanca y grandioso culo, ese mismo que su marido tantas veces dejó de disfrutar porque venía deslechado de donde su amante; la ropa interior fue una decisión difícil ya que las brasileras y el encaje no era lo que más usara, pero estaba decidida. Se cambió lo más sexy que pudo, casi al punto de parecer una puta. Y así se empezó a mentalizar.

Recordó cuando hablaba con su amiga de unos juguetes sexuales y llevada por su impulso se dirigió a la sex shop al entrar un muchacho un tanto más joven que ella la atendió de la manera más cordial y cómoda, pero con la mirada más lujuriosa que le habían dado en mucho tiempo. En que te puedo servir bella dama- pregunto aquel joven, quiero comprar unos cuantos juguetes y lencería. Está bien respondió que te gustaría ver? Añadió el muchacho, y maría ya entrada en confianza fijo su vista en un dildo vibrador bastante grande, pero le llamó su atención y ¿esto cómo funciona? Solo tienes que encenderlo, relajarte y dejar que él haga el resto. Me puedes ayudar dijo maría, soy una perra en entrenamiento añadió con una sonrisa, esto último provocó una erección más que evidente el aquel chico, el cual prendió aquel juguete y lo paso a maría diciendo ponlo cerca a tus pechos y después cerca a tu cuca para que sientas lo rico que trabaja. Para este punto aquella mujer sumisa y dócil había quedado atrás sintió como un calor extraño se apoderó de ella y empezó a dejarse llevar, y de un golpe sacó sus tetas de aquel apretado brasier de realce que llevaba puesto, y pasó la punta de su juguetito por sus pezones: le encantaba la sensación; sus pezones duros pedían algo más, y con una seña invitó a el chico que yacía atónito detrás del mostrador, el cual cayó de rodillas frete al sillón donde estaba maría con sus tetas al aire y empezó a chuparlas con desenfreno y pasión las mordisqueaba, las chupaba, las lamia con júbilo; era muy bueno en eso.

María sentía como su cuca se iba inundando con aquellos fluidos que tanto extrañaba, así que corrió un poco su tanga y casi como si se estuviera clavando una daga empujo aquel juguete lo más profundo que pudo; quedó paralizada por unos segundos, aquel animal mecánico vibraba como nunca, sumado a los placeres recibido de quien ahora era su cómplice en esta locura la tenía muy arrecha. Tanto que tomó la cabeza de aquel chico y la zambulló entre sus piernas para que este lamiera su rojo e hinchado clítoris. Estaba echa una perra, gritaba y jadeaba, se retorcía, mientras su cómplice con una práctica magistral introducía y sacaba aquel dildo de la cuca babosa de maría.

Hazme tu perra dijo maría y este joven ya experto en estos asuntos de la pasión sacó su verga larga y duro de un solo empujón la introdujo lo más profundo de la boca de maría, casi hasta el punto de hacerla sentir que se ahogaba, la tomo del pelo y le daba embestidas salvajes, de esas que hacían que la boca de maría se llenara de una espesa baba que no podía tragar, maría apartaba su boca para tomar aire y decir casi entre gritos que rico hazme una perra, maría como pudo se levantó termino de quitarse todo la ropa y se puso en cuatro y sin pensarlo, le pidió algo que a su marido jamás le hubiese pedido, párteme el culo dijo. Aquel joven tomo uno de los condones del mostrador y se lo pasó a maría diciendo si quieres que te parta el culo tendrás que ganarte ese privilegio perrita- maría quedó callada ante aquella expresión no sabría qué pasaría así que simplemente se dejó llevar.

Sintió un frio gel recorrer su culo, y su angosto ano, después escucho un estuche de plástico abrirse y con una fuerte presión sintió como la virginidad de su culo era arrebatada con un acostumbrado anal, quedó pasmada sintió dolor, pero la calentura era más grande y dejó que su herido culo se acostumbrara a aquel accesorio mientras el joven tomó nuevamente el condón lo rasgo y lo puso en su palpitante y larga verga apunto a la entrada de la cuca de maría y la penetro con pasión, estaba hecho un demente, bombeaba a maría con especial fuerza era brusco, no lo podía negar pero eso tenía en el paraíso a su perrita.

Que sintiendo sus dos agujeros llenos no paraba de jadear y de gemir como la perra que ahora era, lo inevitable esta por pasar y maría sintió como su cuca roja, hinchada y húmeda se llenaba con el mejor orgasmo que había tenido en mucho tiempo. Era una fantasía, era una locura. Y aquel chico ya apunto de correrse le pregunto ¿Dónde la quieres?, En la boca dijo maría quiero recordar el sabor del hombre que me hizo la perra que siempre debí ser; así que como era de esperarse aquel joven descargó su leche espesa, tibia y abundante en la boca de maría que bastante exhausta tragó sin objeción alguna.

Aquel joven desapareció a la parte trasera del local y regresó pronto con un pequeño control el cual maría extrañada preguntó ¿que era?, el joven lo accionó y aquel acostumbrador en el culo caliente de maría empezó a vibrar, maría estaba como una loca sentía que se correría otra vez y aquel joven dijo prepárate que esto no ha terminado.

continuará

amy03

Soy hombre heterosexual

visitas: 1694
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2020-04-14 14:18:11
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