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Casi no podía dormir pues mi conciencia empezaba a presionarme de que lo que había hecho era traicionar a mi esposo con apenas tres días de habernos casado y ya le había fallado, lo peor era que mi mente me decía que yo deseaba lo que ocurrió, que desde que había conocido a don Alberto me incitaba a pensar en él de manera sexual y que de no ser por Carlos mi esposo tal vez me habría acostado primero con don Alberto; ¿Y si era verdad? Por eso me había entregado tan fácil a una pareja que apenas verlos me inspiraban sexo pero no del bonito sino del sucio, del que mi hermana me había mostrado y jamás me había animado, ya no podía dar marcha atrás ahora debía ser capaz de confesarle a mi esposo lo que había pasado y como le falle, entre sollozos mis ojos se cerraron y no recuerdo cuanto dormí, pero era como si mi alma estuviera cansada o escondida a confesar mi pecado.
Me despertó Carlos besando mis piernas hacia mi vientre, cuando recordé que debía hablar y contarle lo que paso, por lo que cogí su cabeza haciéndolo subir y dándole un beso como no lo había hecho hasta ese momento, no sabia como empezar cuando por la puerta entro doña Jesica en una bata transparente con unos zapatos de plataforma tal vez 6 o 7, unas medias de malla negras trenzadas hasta medio muslo y una tanga de licra brillante que apenas cubría su vagina hasta una argolla plateada saliendo de ella las tiras que giraban hasta su cola (obvio no lo había visto pues ella venia de frente pero me la imaginaba) sin brasier luciendo ese par de tetas en su color de piel blanco de pezón pequeño rosado que de solo verla me erizaba la piel, tan sensual esta mujer que era imposible no quedarse viéndola, inclusive Carlos claramente escurría la baba pero no podía recriminarlo en ese momento así mis sentimientos me carcomieran, tomo de la mano a Carlos y a mi diciéndonos –“vamos tortolitos que el desayuno espera” y comenzó a jalarnos en ese momento me di cuenta que yo solo tenia mis tangas puestas no tan sensuales como las de ella, me solté haciendo que ella girara a verme –“¿que pasa hermosa? ¡Vamos¡- la mire haciéndole entender que deseaba arreglarme algo para salir, -“ok hermosa aséate y te esperamos en la piscina”, me entre la baño y me di un duchazo sin mojar mi cabello o me demoraría más de lo que deseaba, revise mi maleta y vi un vestido de baño de dos piezas animal pring que había comprado pensando el lucirlo para mi esposo pero como no la pasamos desnudos no hubo la oportunidad, me puse una medias de malla que simulaban tener dos cordeles trenzados rodeando mis piernas a media pierna con unas sandalias despuntadas no tan altas como las de doña Jesica y mi salida de piscina transparente muy similar a la que ella uso para entrar a la habitación, y una vez retocado mi maquillaje sobrio pero para no verme exagerada procedí a dirigirme a la piscina.
Oía sus risas mientras me acercaba cuando doña Jesica se dejo de reír y toco la mano de don Alberto quien inmediatamente volteo a mirarme haciendo que Carlos se girara para verme, me sentí excitada con sus miradas posadas sobre mi así que procure caminar de la manera mas elegante y sensual que podía disfrutando mi momento, al llegar a la mesa fue doña Jesica la que rompió el silencio –“les dije que la espera valdría la pena, nosotras siempre nos hacemos esperar, pero también nos hacemos desear”-, y fue ella quien se paro y me acomodo la silla porque ninguno de los hombre se pudo mover de su lugar recriminándolos por su poca caballerosidad mientras tomo mi rostro y me beso en los labios, en ese momento me sonroje como colegiala mirando la cara de Carlos quien no daba crédito y don Alberto me miraba claramente con lujuria seguramente pensando en todo lo ocurrido unas horas antes, yo me sentía muy apenada mientras doña Jesica señalaba la mesa mirándome –“estábamos esperándote hermosa así que por favor da los honores”, mire y efectivamente nadie había desayunado esperándome y aunque no me había demorado mucho si me tome mi tiempo por lo que me disculpe, había fruta picada y unos batidos con frutos secos simplemente delicioso, hablábamos de cosas triviales de como estaba la empresa pues casi todos de alguna manera trabajábamos para la misma empresa, don Alberto era el abogado, Carlos era ingeniero de sistemas como contratista y yo la recepcionista, doña Jesica se empezaba a aburrir de los comentarios nuestro a lo que tomo la voz cantante –“si hubiera venido hasta aquí para oírlos hablar de trabajo no me hubiera vestido así, ven juliana aprovechemos el sol del medio día antes de que se oculte el sol”- y tomándome de la mano me hizo levantar camino a los toldos.
Cuando llegamos sin preguntarme me soltó el sostén del vestido dejando mis senos al aire libre, instintivamente los tape con mis manos encogiendo mis hombros ante la mirada expectante de los hombres y escuchando un susurro en mis oídos –“no pensaras dejar ocultos semejantes delicias a la vista, además no se broncearán bien así tapados, las tuyas son muchísimo mas hermosas que las mías” nuevamente me sonroje mientras me quitaba la salida invitándome a tumbarme sobre la tolda con el aceite en la mano, cerré mis ojos al sentir las manos suaves y tibias de doña Jesica recorrer mi cuerpo desde el cuello bajando por mi espalda haciéndome erizar, pero en vez de pasar por mis nalgar bajo directo a mis tobillos subiendo por mis piernas deteniéndose especialmente en mi entrepierna haciéndome erizar espasmódicamente, paso de mis piernas y cadera para deleitarse en mis nalgas aplicando el aceite relajando mi cuerpo con el placer que sus manos me hacían sentir; No se cuanto tiempo se dedico a mi cuerpo, pero lo que si tengo claro es que no se me ocurrió levantarme y hacer lo mismo con ella pero al tener los ojos cerrados me relaje de manera egoísta un buen tiempo. Doña Jesica se me acerco e indico que me girara o me quemaría a lo cual le hice caso sin abrir mis ojos, al principio sentía sus manos deliciosas aplicándome aceite, pero claramente no eran las de ella por lo que abrí mis ojos y agradecí ver las manos de Carlos aplicándome bronceador desde mis pies subiendo a mi pelvis, mire a doña Jesica y veía a su esposo hacer lo mismo que el mío deleitándose en su tarea y viendo como él si amasaba sus tetas con placer y chupaba sus pezones una que otra vez, me quede mirándolos fijamente sin poder disimular que me excitaba ver lo que pasaba y en mi mente deseaba ser ella y que fuera don alberto quien me aplicara el bronceador y chupara mis tetas con el placer que veía ante los ojos de mi marido, pero no debía decir nada era evidente mi excitación y como mis pezones se pusieron rígidos como piedras sin poder evitar morderme mi labio inferior, solo un instante retire la mirada para ver que Carlos también miraba la misma escena y como si pudiera entender mi excitación o con la suya comenzó a repetir lo que hacia don Alberto haciendo que mi excitación fuera en aumento perdiendo el control de mi cuerpo y mi vagina se humedeciera; Fue un placer durante el tiempo que duro la escena y luego ellos como si lo tuvieran planeado se miraron y solo se tumbaron a nuestro lado dejándonos ahí excitadas a ambas muy húmedas y sensibles, ambas nos miramos con el deseo a flor de piel pero ninguna decía nada mientras corre mis ojos para intentar controlar mi desilusión pues en mi mente deseaba que Carlos hubiera hecho todo lo que en la intimidad me decía para calentarme pero al parecer solo eran palabras.
Me sentía frustrada quería levantarme y llevarme a Carlos a nuestra habitación y comérmelo sin que me importara que nos escucharan, estaba muy excitada y mil pensamientos cruzaban por mi mente a lo que preferí cerrar nuevamente mis ojos tratando de controlarme a pesar que mi entrepierna ardía de placer y humedad al mismo tiempo irónicamente y cualquiera podía ver mis pezones erguidos, pero mi mente jugaba sucio pues me hacia oír los quejidos de un hombre provocándome al punto que había decidido levantarme y llevarme a Carlos a nuestra habitación sin importarme lo que pasara después de eso, al abrí mis ojos entendí que no era mi mente, doña Jesica yacía arrodillada entre las piernas de don Alberto realizándole una felación alternada con frotar sus tetas en su miembro al estilo de una cubana, sentí un helaje recorrer mi cuerpo al ver una vez mas como ésta mujer se introducía centímetro a centímetro semejante herramienta de placer gruesa y venosa, pero lo mas delicioso era ver como le cabía hasta la base y de vez en cuando sacaba su lengua intentando lamer sus testiculos, ¡por Dios que delicia era verlo con la luz del día! mi vista se nublaba del placer que me producía ver semejante escena sin importar que al lado estaba mi esposo viéndome expectante sin perder detalle; No podía evitar quedarme viéndolos aun sabiendo que claramente ya miraban a nuestro lado en especial doña Jesica que con su mirada me dedicaba esa mamada al punto de mostrarme en un momento como le levanto las piernas y de su verga bajo a lamer su ano introduciéndole su lengua como si la vida se le fuera en ello, voltee a mirar a Carlos quien tenia su miembro fuera del slip frotándosela con ahínco mientras mirábamos la escena, con la mirada doña Jesica me indicaba lo que deseaba que hiciera y fue como si me lo hubiera dado una orden pues me incorpore para arrodillarme delante de mi esposo no sin antes acomodarlo de lado para poder seguir mirando la escena del toldo contiguo ante los ojos expectantes de Carlos que no perdía detalle de mi incursión al exhibicionismo sexual.
En un instante todos se detuvieron posando sus miradas en mis labios para ver esa primera felación a Carlos que de manera ansiosa tomo mi cabeza introduciéndome centímetros de su miembro en mis labios mientras yo intentaba mirarlo fijamente a pesar de la fuerza que emitía en mi cabeza para hacerme bajar, las primeras mamadas fueron dirigidas por Carlos por lo que decidí quitarle sus manos de mi cabeza y empujarlo para que se recostara en la tolda así podría yo ser la que controlara la situación y poder tener comunicación visual con doña Jessica, deseaba seguirla viendo y saber que tenia en mente y si yo estaba en sus planes como era obvio y si yo estaría dispuesta a llegar hasta las ultimas consecuencias; Comencé a mamar el miembro de Carlos introduciéndomelo hasta la base como esa noche me había enseñado doña Jessica con su marido y cuando logre llegar a la base la mire e intente sacar mi lengua para lamer sus testiculos como lo hacia ella, logre que Carlos gimiera como poseso ante mis mamadas y que doña Jessica viera que lo había logrado hacer. Claro, el miembro de Carlos es mucho más delgado que el de don Alberto, lo disfrute repitiéndolo una y otra vez mojándome por los gemidos de Carlos y la mirada de la pareja complice a mi lado, al punto que como una puta deliciosa levante las piernas de Carlos y procedí a lamerle su ano como había visto a doña Jessica, hasta meter mi lengua en su intimidad viendo como Carlos se erizo emitiendo gemidos deliciosos para todos sin venirse, no daba crédito a el placer que sentí escuchando gemir con fuerza gracias a mi, me devolví a continuar con mi felación relamiendo cada centímetro de mi juguete pues este miembro era mío, baja y subía de su mástil a mi antojo al punto que claramente sentí cuando logre hacerlo venir en mi boca y garganta mientras masajeaba sus testiculos aguantando su corrida abundante, era delicioso saber que esta había sido la mejor mamada que lograba a mi esposo que no daba crédito ni se podía recuperar entre jadeos cosa de disfrute mientras me relamía las ultimas gotas que impregnaban mis labios de puta deliciosa.
Estaba tan concentrada en el placer que acababa de darle a Carlos que no vi a doña Jessica que había dejado de mamarsela a don Alberto y se acerco a nuestra tolda arrodillándose a mi lado, solo la note cuando voltee a mirar que hacia ella y mi sorpresa fue verla ahí pegada a nosotros mirándome fijamente y don Alberto nos miraba desde la otra tolda desnudo con su verga como un mástil a la espera de lo que estaba por ocurrir; Nos miramos con tal seducción que solo las mujeres podemos inspirar, por un instante a pesar de mi ansiedad al tenerla tan cerca me olvide de los hombres que nos miran lujuriosamente, doña Jessica solo me tomo el rostro con sus delicadas manos y chupo mi barbilla con restos de la corrida de Carlos hasta llegar a mis labios y fundirnos en un beso tan sensual y delicado que el sabor del semen era solo cereza del momento que habrá durado unos cinco o diez minutos tal vez.
unos instantes después había sido recostada en la tolda mientras doña Jessica bajaba por mi cuello hasta mis senos y vientre regalándome un oral tan exquisito que sobraba decir que gemí como la puta deliciosa que mi esposo dijo que deseaba que fuera mientras acariciaba la cabeza de mi diosa en oral, mis piernas temblaban y mi vagina encharcada por la salida y mis fluidos daban muestra del placer mientras su lengua invadía buena parte de mi entrada vaginal y de vez en cuando paseaba por mi ano haciéndome erizar y retorcer del placer recibido, un orgasmo que me dejo implantada por la forma de lavar la tolda y la cara de doña Jessica que hacían sonrojar para apenada abrir mis ojos y ver a mi amante deleitarse del sabor que emanaba de mí; Era increíble el placer que me acababa de regalar esta mujer mientras se fue levantando de aquella posición y colocando su vagina en mi rostro claramente pidiéndome devolver el placer recibido a lo que por obvias razones no podía oponerme, disfrute comenzar a lamer esa vagina implacable y perfectamente depilada, introduje su clitoris en mis labios dando leves mordidas para verla retorcerse mientras con mis manos me aferraba a su trasero para fijarla a mi rostro e introducir un dedo entre su ano, que placer era lamer y chupar esa cuca que no dejaba de mojar mi rostro con sus fluidos.
Eclipsada por el momento me permití abrir mis ojos al sentir que sus gemidos ahora eran mas guturales y me encontré con la escena de Carlos recibiendo una felación por doña Jessica siendo ese el motivo de sus gemidos guturales, sentía emociones encontradas, por una parte el placer del oral que yo le propinaba mi tenia aun muy mojada, y por el otro sentía rabia y celos al verla como mamaba la verga de mi esposo y se metía su miembro hasta casi caberle también las huevas mientras las masajeaba y éste le pellizcaba sus pezones como si quisiera arrancárselos sin queja de su parte; No se cuando tiempo paso mientras sentía su corrida en mi rostro acida y dulce, para presenciar como doña Jessica se levantaba de mi rostro y cogía de la mano a mi esposo llevándoselo a la tolda de al lado ante mi mirada incrédula y ansiosa, me faltaba el aire al escucharla decirle a Carlos, “vamos a ver si esta vez no te vienes tan rápido como anoche”, se me bajo la presión mis manos temblaban y mi respiración era entre cortada, pero antes de reaccionar e intentar entender lo sucedido don Alberto se metido entre mis piernas dándome unas lamidas que instintivamente conectaron mis gemidos he incitaron a abrirle mis piernas y levantárselas sobre sus hombros en señal de que era suya en ese instante, solo suya mi vagina mi cola mi boca o lo que quisiera para él.
Carlos ya se estaba literalmente cogiendo a doña Jessica como loco sin importarle lo que ocurría conmigo algo que me desilusiono haciéndome desear que don Alberto me hiciera sentir tanto placer que carlos se arrepintiera de su decisión de ofrecerme a otro hombre como su puta, Carlos la recostó en la tolda del lado y simplemente se la metió de manera brutal y brusca como quien coge a una puta solo que esa puta lo disfrutaba y gemía invitándolo a que siguiera follándosela sin compasión, sentí como una lagrima se deslizo por mi rostro sin poderlo evitar, don Alberto seguía dándome un oral riquísimo al tiempo que me acomodaba en la tolda dejando mi cabeza descolgada haciéndome sostenerme para presenciar como se giro colocado su verga a la altura de mi rostro, mire de reojo una vez mas a la pareja del lado viéndoles un morreo pasional lo que me incito a coger entre mis manos aquella verga y comenzar a mamar su cabeza mientras me acostumbraba a su tamaño, don alberto metía su lengua unas veces en mi vagina otras en mi ano tan delicioso que solo aferre mis manos a su culo e introduje su verga deliciosa tanto como mi garganta acepto y mi lengua podía masajear, unos minutos después solo sentí como literalmente mi amante me folló la boca y cada vez me introducía esa verga deliciosa como una maquina folladora de las que venden en internet, era delicioso su movimiento de cadera y gracias a la postura su verga me entraba mas de la mitad.
Un orgasmo convulsivo me estremeció las piernas y mi cuerpo solo vibraba a cada lamida suya a lo que agradecí lamiendo también su ano como antes él me había regalado a mi, me sentía tan puta y deseada que aria lo que es hombre me pidiera para satisfacerlo; Don Alberto era una delicia como amante, él se levanto y como si yo fuera su muñeca me alzo colocando mis piernas en sus hombros mas bien mis tobillos y abrazando parte de mi espalda, me acerco plegándome a su cuerpo y me recostó contra el muro de la ducha de la piscina pegada a nuestra tolda quedando yo mirando hacia la otra pareja y él de espalda a ellos, acerco sus labios a mi oido para susurrarme con la agitación que ya invadía mi cuerpo -!hoy te voy a coger a mi manera¡, lo mire con lujuria muy excitada deseando aquello que acababa de decir y solo me mordí el labio inferior, mientras me volvió a susurrar !y vas a desear mi verga cada vez que me veas en la oficina¡- me estremecí con eso que me dijo imaginándome la escena, me apretó contra el muro acerco su verga a mi vagina sintiendo como su glande penetraba cada centímetro de mi, cerré primero mis ojos mientras emulaba un gemido quedo disfrutando como me penetraba, al principio lento volviéndola a sacar y metiéndomela más profundo, sintiendo como a cada estocada mi respiración se entre cortaba, lentamente sentí como su verga se abría paso en mi vagina después de unas cuantas estocada quedé llena de esa belleza y sentir su lengua abrirse paso en mi boca mientras me aferré a su espalda musculosa de macho maduro; Una vez disfrute de ese beso me susurro -¿te gusta como mi verga te penetra?- lo mire asintiendo como mi cabeza -!dilo quiero oírlo de tus labios¡- solo quería que me volviera loca con sus clavadas las cuales detuvo esperando mi respuesta -“!siiii¡ !me encanta tu verga y la quiero toda¡ metérmela completa y cógeme que hoy soy tuya !ME VAS A VOLVER TU ZORRA¡, muéstrale a Carlos que tú me sabes complacer”- !no se porque le dije eso por Dios¡ estaba fuera de mi pero me encantaba como me calentaba el oído con sus zorradas para excitarme mucho más, solo me miro a los ojos y sentí como me embistió con su verga sacándomela y metiéndomela hasta el fondo una y otra vez, mis gemidos se volvieron gritos de placer, por primera vez voltee a mirar a Carlos que tenia a Doña Jessica en cuatro agarrada del pelo mientras la penetraba, no se si en algún momento se dio cuenta como me estaba cogiendo don Alberto pero no me estaba importando solo quería ser la puta deliciosa de mi amante y lo estaba disfrutando.
Don Alberto incremento sus embestidas agarrando ahora de mis nalgas mientras mi espalda reposaba sobre el muro y yo me aferraba a su espalda resistiendo cada embestida suya que me tenia desatada y muy puta, mordía su hombro mientras descargaba un orgasmo que resbalaba por las piernas de él, mientras me follaba delicioso miraba como doña Jessica nos miraba y balbuceaba que no se la sacara del culo mi esposo que ya estaba por llegar, era muy exótico ver como se la metían por el culo y su marido me tenia sometida tuve que pedirle me bajara pues mis piernas comenzaban a dolerme más que mi coño, me recostó de lado en la tolda y agarrándome de mis nalgas comenzó a metérmela de lado uff era una delicia, algunas veces pellizcaba mis pezones infringiéndome un leve dolor pero delicioso, este hombre era una maquina follando Carlos al otro lado se la metió en la boca a doña Jessica y comenzaba a venirsele en la boca mientras ellas demostraba disfrutar de su corrida, a pesar de mamarsela delicioso a mi esposo éste no pudo volvérsela a poner duro pidiendo que lo dejara recuperarse sentado en la tolda, doña Jessica hizo una mueca mirando como yo seguía gimiendo y don Alberto comenzaba a azotarme las nalgas en esa posición y acelerando sus embestidas sacándome un nuevo y delicioso orgasmo, lo vi poner su mano en mi vagina y tomar parte de mi corrida dándome a chupar de sus dedos lo cual no lo pensé solo los chupe para verlo regresar y recoger otro poco pero esta vez los chupo él, doña Jessica nos miraba con cara de lujuria mientras Carlos claramente ya había dejado su indiferencia y se notaba lo celoso que estaba de la forma en que yo gemía con mi amante.
Doña Jessica se levantó acercándose a nuestra tolda diciendo -“yo quiero probar también”- a lo que Don Alberto me levanto la pierna libre para que ella se pudiera meter entre mis piernas comenzando a lamer mi vagina y al tiempo la verga de su marido, !uff que delicia sentir a esta mujer¡ con lo sensible que tenía mi clítoris solo le cogí su cabeza apretándola a mi, Carlos me miraba pasmado desde el frente pero a pesar de la escena no lograba que se le volviera a parar, no se cuanto tiempo paso pero doña Jessica se levanto y acomodo en la cabecera de la tolda a lo que me acomodaron de frente a su cuca obviamente dándomela a chupar o lamer, sin pensarlo metí mi lengua en esa gruta que sabia a gloria para mi en ese momento, sabia al miembro de mi esposo con flujos de Doña Jessica, ya me encontraba en cuatro recibiendo esa verga deliciosa con azotes en mis nalgas que debían estar rojas; Disfrutaba de lamerle su vagina cuando sentir como don Alberto escupía en mi ano y comenzaba a meter su dedos haciendo que un escalofrío me recorriera de pensar lo que tenia en mente, mis piernas temblaban cada vez que sus dedos profanaban mi gruta y sus embestidas se pausaban, lo sentí recostarse sobre mi espalda para susurrarme -“!si quieres que lo haga pídemelo bonito¡”- mordí el clítoris de doña Jessica de excitación haciéndola emitir un gemido agudo cruzando nuestras miradas para luego como vulgar puta arquear mi espalda en señal de aprobación a sus deseos y pronunciar a viva voz para que todos me escucharan -“!quieres metérmela completa por favor¡- y voltee la mirada hacia donde mi esposo se intentaba recuperar dejándole claro con esa mirada que eso era lo que él había logrado que pasara y que laque agujero que unas horas antes había sido desflorado por él, ahora seria de otro hombre con la verga mas gruesa y rica.
mis ojos claramente se dilataron cuando sentí la cabeza de esa verga entrar en mi ano debiendo parar las chupadas que le daba a doña Jessica, me la saco dejándome respirar para volverla a meter casi hasta la mitad volviendo a gemir y aferrarme a las piernas de doña Jessica enterrando mis uñas en ella, sentí como salía de mi para escuchar una nalgada a mano seca y antes de voltear a mirarlo me la metió hasta sentir sus huevos contra mis nalgas ahogando un gemido en la cuca de su esposa, sentí como me ardía mi culo sin que él me la sacara o se moviera por un tiempo quizás menos de dos minutos esperando que me recuperara de su salvajada cuando comenzó a sacármela e inmediatamente metérmela con fuerza dejándome jadeando de dolor y marcando mis uñas en los muslos de su esposa que solo apretaba mis manos diciendo -“!al principio arden las entrañas cariño¡, pero si aguantas no dejaras que te la saque hasta sentir como te llena con su corrida y sentirás el mejor orgasmo de tu vida”- comenzó a sodomizar mi culo agarrándolo con sus fuertes manos como yo lo hacia con su esposa, a cada embestida sentía menos dolor y comenzaba a disfrutar de sus penetraciones tres minutos después gema como posesa hasta que doña Jessica me cogío del pelo poniéndome a mamar los jugos de su cuca por el orgasmo que tenía de solo verme clavada por su marido, acelero sus embestidas tanto que yo ya gritaba mas que de dolor de placer hasta que sentir como descargaba su corrida en mis entrañas y al tiempo me hacia explotar en un orgasmos delicioso haciéndome doblar mis piernas y caer sobre la vagina de su mujer sin poder controlar mis convulsiones de placer; No se cuanto dure ahí recostada con su verga dentro de mi hasta que doña Jessica fue la que nos pidió levantarnos porque se le dormían las piernas, sonó como un tapón cuando me saco su verga de mi culo y escuche a doña Jessica decirme -“déjame ver como te quedo ese hermoso culo dilatado”- no entendía su petición pero si me causaba mucho morbo por lo que me cuadre en cuatro mirando hacia ella, cogío mis nalgas y las abrió para mirarme el ojete lo que me parecía muy raro pero me parecía putezco y me excitaba de otra manera y de repente sentí como su lengua me comenzó a lamer el ojete dejándome impactado como sentía su lengua intentar limpiármelo, era algo grotesco pero confíelo que me gustaba sentir su lengua penetrarme y lamer su corrida, don Alberto acerco su verga aun parada a mi cara pero solo fui capaz de masturbarlo pues me daba impresión sabiendo que había estado en mi culo, doña Jessica dejo de lamer mu culo y comenzó a mamarsela a su marido mirándome a los ojos, se veía muy excitante ver hacer eso aunque era incomodo ya que esta vez yo era la que miraba como lo hacia hasta oírlo gemir y doña Jessica puso su verga apuntando a mi cara y recibí su corrida abriendo mi boca para tragar un poco de ella como una puta con hambre de semen.
Carlos no había podido ver esa ultima parte porque el cuerpo de don Alberto lo tapaba, con los dedos doña Jessica retiro parte de la corrida que resbalaba por mis mejillas, mentón y frente y se los chupó como una golosa; Nos quedamos descansando el resto de la tarde como si nada hubiera pasado en esas casi tres horas que habían pasado, ninguno se vistió solo me bañe ahí mismo porque me sentía sucia, cosa que imito doña Jessica, como a las seis sin que ninguno dijera nada fue doña Jessica la que se levanto y me extendió su mano -“será mejor que les hagamos algo de comer a estos hombres o nos van a dejar en la noche sin otra faena”- me sonroje y fuimos ambas a la cocina de donde podía ver que ellos comenzaron a hablar pero no escuchábamos nada, doña Jessica me sorprendió intentando mirarlos a ver de que hablaban a lo que me pregunto -“¿y que te pareció cogerte a mi esposo?, debo confesarte que sentí celos de ver como te levantó y folló, !eso no me lo había hecho nunca¡, pero entiendo que tu pesas menos que yo y seguro contigo puede hacer piruetas que conmigo no disfrutaría por estar haciendo fuerza”- sentí pena ajena de lo que me había dicho, pero también me sentía halagada de ver que Don Alberto me había usado para satisfacer una fantasía suya -“¿te encanto como te rompió el culo con su martillo?”- no sabia que responderle me daba pena confesarle que me había encantado como me uso como si fuera de verdad una puta, la mire y le asentí con la cabeza sin decir nada, -“no te de pena aceptar que mi marido es un amante único, yo se que se coge a otras así me lo niegue, como Carlos se nota que es un perro de miedo”- la mire incomoda mas bien molesta, -“!porque me dice eso el es mi esposo¡ y … si estuvo con usted fue porque yo lo deje”- ella se dio cuenta que me había molestado pero no esperaba lo que me dijo, -“no te molestes mi vida, te lo digo como una amiga, a mi marido lo aprendi a conocer cuando decidí entrar en éste mundo swinguer de compartir a mi pareja, la que lo inició pensé que había sido yo, y vi que siempre me deja escoger con quien estar para él poderse acostar con quien quería, pues lo bueno que él si tiene es que es selectivo no lo hace con cualquiera, pero hombres como él créeme muy poco y te lo digo que me he dado el gusto de cogerme unos cuantos; y en cuanto a tu esposo tengo claro que el sí es mujeriego y a la que le de papaya no la deja pasar”- me impresiono lo de don Alberto nunca me lo hubiera imaginado que ellos fuera swinguer como mis padres, y había entendido que eso se llamaba así.
Pero lo de Carlos me molestaba por lo que preferí voltear la cara hacia otro lado e ignorarla pero ella me siguió con sus confesiones dejándome helada -“mira ayer cuando llegamos y estábamos tomando después de que te fuiste y supuestamente él se había quedado dormido, mi marido se recostó para descansar un rato y él se despertó como si nada y se me insinuó todo el tiempo, pero lo que el no sabia era que mi esposo estaba despierto mirando todo lo que hacia y ahí entendimos que no seria difícil convencerlo que estar los cuatro; pero Carlos salió más vivo y me pidió de manera directa que lo dejara ver mis tetas que lo tenían loco toda la tarde, … y yo le dije también siendo muy directa que si dejaba a mi esposo que te cogiera me podría coger por el culo mientras veíamos como te cogía el mío”- no daba crédito a lo que acababa de escuchar tenía que ser mentira si que la increpe -“¿obvio él se negó?”- lamente oír su confesión -”!obvio, … no solo acepto, sino que me pidió que se la mamara para confirmar nuestro acuerdo¡, y me arrodille delante de él y se lo mame hasta que se vino en mi boca mientras yo miraba a mi esposo como nos miraba desde la silla en la cocina, ¿porque crees que le dije que esperaba que esta vez no se viniera tan rápido? y eso fue delante tuyo ¿no me digas que no lo escuchaste?”- me quede helada eso era verdad ella si dijo eso cuando me acosté con ellos me menciono el tamaño de mi esposo y en la piscina antes de empezar el desorden, !y cómo se atrevía a decirme todo eso hubiera preferido que se lo guardara¡, -“!hagamos un trato preciosa¡ yo se que quieres repetir con mi esposo y a mi me gustaría enseñarle a tu esposo que hay mujeres que disfrutamos mucho más el sexo que ellos; Te propongo lo siguiente estoy segura que ellos nos propondrán que juguemos una partida de póker, y seguro tu no jugaras y te quedaras al lado de tu esposo animándolo a ganar, a mi esposo le encanta y como forma de disculparse con tu esposo por haberte cogido tan fuerte delante de él, le ofrecerá que si él gana te emborrachemos para que te quedes dormida como ayer y me ofrecerá en un trio penetrándome al tiempo y se que ningún tipo se resiste a eso; Ya lo hemos hecho pero hoy no quiero que se salgan con la suya, así que yo manejare el trago y llenare tu copa no de licor sino de refresco con poco alcohol y si yo logro ganarle a tu esposo, propondré cuando la apuesta sea definitiva que el que gane podrá escoger con quien dormir esa noche es su habitación privada sin que la otra pareja pueda mirar que pasa adentro, ¿te atreves a que lo hagamos?”- ella era una mujer de verdad muy puta como se atrevía a proponerme algo así estoy segura que era una trampa, y no creía que Carlos se atreviera a hacerme eso para cogerse a esta puta dejándome a un lado, la mire muy molesta pero confundida -“¿y como se yo que no me estas engañando para coger con ellos y sacarme a mi? ¿o cómo sabré que es verdad que ellos se pusieron de acuerdo y no es mentira tuya?”- Jessica me miraba y ya no merecía mi respeto de doña cuando termino nuestra conversación diciéndome como lo crian ellos -“mira, por el contrario no quiero que te saquen quiero que volvamos a estar pero los cuatro, mi esposo jamas pierde al póker, vas a ver que si tu esposo nunca ha jugado que resulta sabiendo como se juega, y Carlos será quien te ofrezca más trago así que seré yo quien te sirva en vez de él, así es pensara que yo sé lo que hicieron y estoy de acuerdo con ser su premio y cuando seamos los dos en la final tu ya estarás supuestamente muy borracha, te llevaremos a la habitación y luego comenzara la fiesta, pero cuando yo sea la que gane te levantaras y entraras a la habitación y podrás escoger con quien acostarte y volveremos a estar los cuatro juntos como en la piscina, si aceptas mi trato seguirás el juego hasta el final, ¿te parece?”-.
no sabia qué hacer me quede fría con su plan y pensando que fuera verdad todo lo que dijo, al entrar ellos a la casa Carlos dijo a voz plena -“ !Amor don Alberto me quiere enseñar a jugar póker¡ !ven te sientas a mi lado y me das suerte esta noche a ver si gano algo¡”- !éste hijo de puta ni disimulo¡ solo mire a Jessica y dije sin pensarlo dos veces -“!ohhh que rico amor yo también quiero aprender y quizás sea yo la de la suerte hoy¡”- Jessica y Carlos se quedaron mirándome sin entender pues se suponía que yo no jugaría solo miraría, pero si era verdad todo lo que dijo y al parecer lo era, no estaba dispuesta a quedarme ahí viendo como me rifaban sin hacer nada solo don Alberto sonrió con mi respuesta.