
Compartir en:

Hace un par de meses mi hermana de 16 años me preguntó: ¿Alguna vez has practicado sexo vacío?... yo quedé mudo, pensativo, en shock, coitus interruptus. ¿Que si has tenido sexo vacío???. Uhmmm… no sé cuánto tiempo estuve intentando descifrar a qué se refería mi hermana, pero pasé por sexo empacado al vacío, una pose nueva, un polvo en una silla erótica que produce vacío, una técnica oriental, tirar mientras saltas de un avión, pero nada, me acordé que mi profe de paracaidismo dijo que no se podía, entonces sintiéndome el más bruto y desactualizado le pregunté: Cómo así sexo vacío?, y ella respondió: Pues sexo sin amor. Y le dije: claro, un par de veces. Ella hizo cara de jummm.
Cuando se fue mi hermana me sentí muy mal, jamás una virgen me había hecho reflexionar. Me puse a hacer cuentas mentales y realmente no había sido sólo un par de veces. Además, nunca había pensado que el sexo sin amor es realmente eso: vacío, que lo que yo hacía eran puras cochinadas para calmar la arrechera, que el coito adquiere sentido cuando piensas en un futuro junto al otro, que todo es mucho más hermoso cuando al venirte gritas ¡TE AMOO! en vez de ese simple ¡GRRRRR AHHHH!. ¡Soy un sucio!, me regañé.
Y es que claro… el sexo es vacío cuando te tiras a alguien que acabas de conocer, cuando no sabes su nombre, a qué huele la casa de sus papás, o a qué sabe la torta de ahuyama que prepara su abuelita. Es vacío cuando recibes ese mensaje de texto que dice “Hoy puedes?”, sin nada de romanticismo, sin flores ni canciones de Luis Fonsi. Es vacío cuando te vienes, te limpias, te vistes y te vas, en vez de permanecer abrazado a tu complemento, dejando que el calor seque las mieles en tu pecho y luego llores cuando te depiles arrancándote la caracha del amor. Es que el amor también duele, eso es lo bonito.
Definitivamente el sexo vacío no es lo que quiero para mí. Qué tristeza haber desperdiciado tantos años de mi vida brincando de cama en cama, de culo en culo, de verga en verga, sin eso tan hermoso que es el amor. Esa fue mi reflexión durante una semana de verano en la que le hubiera dicho te amo al primero que me tocara. Hasta que la luz de Dios llegó a mí: un día de zapping, Jorge Duque Linares me dijo que lo único vacío es el vacío, que todo tiene motivaciones, unas más grandes que otras, pero siempre hay algo más, por lo menos aire, y ahí fue donde desperté. Claro, cuando la motivación es muy chiquita es cuando se necesita del amor. Ufff… respiré, me quité el hábito y salí corriendo a tirar con el primero que encontré.
Me vine, me limpié, me vestí y mientras llegaba mi taxi llamé a mi hermana y le grité como si me hubiera ganado una licuadora en un bingo bazar: No existe el sexo vacío!!!, es una invención de las monjas de tu colegio!!!, no les hagas caso!!!, mañana le digo a mi mamá que te cambie de colegio!!!.
Cómo se les ocurre a las monjas decirle a las niñas que el sexo sin amor es vacío? Claro, por eso es que salen del colegio, se casan, se embarazan y paila. O en el peor de los casos, resultan enamoradas o enamorados de todos los que meten a la cama. No señoras, no se puede mal educar así a la juventud, no pueden tirársele la vida a la gente, por el simple hecho de no poder llenar sus propios vacíos.
Qué tal pensar en un futuro en pareja mientras se realiza el amor?, ¿a quién se le para?. O pensar en un bebé mientras se la mete a alguien? Ay nooo, héteros cochinos y pervertidos. O dejar de decir “quieres que te rompa el culo?” para decir “Ay cómo te amo!!”… nooooo!!! ¿Quién dice te amo mientras está tirando?... Yo… lo confieso, fue una vez, pero si no se lo decía no se dejaba comer, entonces no vale.
Bueno, es verdad, antes de que me puteen, a veces es más rico tirar con amor que por otra razón, eso sí, sólo cuando el amor es buen polvo y le gusta culiar, tirar, hacer el amor, salvaje, guarro, ositos cariñositos, todas las modalidades, porque es que hay gente que cuando se enamora se encierra en lo rosadito y misionerito, y ahí vienen los cachitos. Pero el amor es una chimba de todas formas.
Y el sexo sin amor también tiene sus encantos. No hay inversión previa de ningún tipo (a menos que contrate a alguien), no tiene que amanecer acompañado, no hay que invitar a desayunar a nadie, no suelen haber sorpresas porque se sabe a lo que se va, no hay dolores de cabeza, no hay llamadas post-coito, si quiere repetir basta con un mensaje de texto: "hoy también puedes?", no hay que dar regalos de mes ni cumpleaños, no hay que aguantarse a los amigos de nadie, no hay suegras, nadie finge nada, y si no le gustó pues no repite. Eso parece vacío?
Traguitos de más, aburrimiento, verano, un ascenso, estrés, un buen culo, curiosidad, una apuesta, un porro, un favor, plata, una nota, una venganza, un calao, o simplemente ganas de tirar, son razones válidas para hacerlo. Si hiciéramos de cuenta que el sexo es un vaso y el agua la motivación, ya no tendríamos un vaso completamente vacío, pues por más pequeña que sea la causa de la revolcada, el vaso siempre tendrá algo de agua y hablaríamos de sexo medio vacío, o mucho mejor... medio lleno, para ser más positivos.
Obviamente entre más lleno y desbordante de líquido esté el vaso, mucho mejor, pero no crean que es el amor la única manguera poderosa, capaz de rebosar cuanto vaso vea en la bandeja. Yo también he llenado mis vasados... sin estar enamorado, ni tomar pony malta. La arrechera, el olor, la piel, la forma, la seguridad, el ritmo, la creatividad, todo llena o desocupa el vaso. Aprovechemos que somos hombres (los que somos) y por lo tanto básicos para llenarnos de motivos. Hay que cuidar el vasito y mantenerlo impecable, porque siempre habrá alguien con sed, y un vasito de agua no se le niega a nadie… uhmmm… bueno, hay excepciones