Mi pareja y yo soliamos ir a una tienda erótica, donde podíamos disfrutar de ver porno y hacer porno, pero adicional las cabinas tenian una ventana, por la cual si la pareja de la cabina contigua accedía, podías ver o dejar ver.
Entre gemidos incesantes, gritos apasionados y jadeos constantes, decidimos preguntar a nuestros vecinos si podíamos dejarnos extaciar y antojar, viéndolos tener sexo. Sin mayor problema autorizaron. Empezó la faena...ella dominaba y ató a su pareja, luego lo vendó, recorrió su cuerpo desnudo y caliente con su lengua, su piel se erizó asi como la nuestra, que mientras los veíamos, mi pareja me manoseaba, mientras su verga se colaba entre mis nalgas.
La agitación aumentaba, ella decidió acostar a su pareja para luego poner su cuca y su culo en su cara, lo obligaba a que la chupara y masturbara con su lengua, olia a sexó, sus cuerpos sudorosos y brillantes inducian al morbo mas infinito. Mi pareja y yo agitados empezamos a devorarnos, sus dedos no solo en mi boca, en mi culo y mi cuca, los fluidos corriendo, queríamos tener sexo, pero a la vez queriamos ver que mas sucedía en la habitación contigua.
La verga de nuestro vecino que se reventaba y ella disfrutando de placer, se bajo y empezó a olerlo ..olía a ella, luego empezo a mamarle la verga, jugaba caprichosa con ella y yo decidí imitar lo que ella hacia, mientras mi pareja contaba paso a paso.
La verga estaba igual de dura, caliente y muy roja, parecía a reventar, no aguantamos más, el me giró y apoyó mis manos en la silla, su verga en mi culo y hasta el fondo....el mas inmenso placer, nuestros corazones a mil, nuestra respiración entre cortada y nuestros vecinos desaparecieron para nosotros, el placer, la lujuria y el morbo que teníamos eran mas fuerte para fundirnos en un solo placer.
Tuvimos mucho sexo, tanto que no era suficiente y era cada vez mas intenso, con los sonidos que provenían de nuestros vecinos, quienes en un momento pudimos ver, eran los mejores expectadores que ahora teníamos.
Disfrutamos de ambas perspectivas, de ver y dejar ver, de antojarnos y dejarnos antojar, y de allí en adelante se convirió en el mejor de los vicios. Sakura4