Abrimos los ojos, es de día y el cielo se nos presenta sin nubes. Hay silencio, excepto por las olas y la brisa del mar, pero ya nos hemos acostumbrado a su presencia así que hace parte de ese entorno del cual apenas nos percatamos. Miramos a nuestro alrededor, una playa enorme, ya no estamos en esa pequeña isla de la otra noche, ¿cuanto tiempo a pasado?, no lo sabemos y estamos lejos de resolver esa incógnita.
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