Guía Cereza
Publica tu Experiencia

Relatos & Experiencias

Coleccionistas de tangas

Estaba desocupada, mis amigas de rumba y yo sola y abandonada, pero a las 10 de la noche me envió mensaje Andrés y me pide que esté lista porque tiene que pasar por mí para llevarme a una reunión, le confirmo que estaré lista. A los 20 minutos llega una camioneta tipo Van conducida por Andrés y hay cuatro mujeres adentro, no las conozco, subo, digo “buenas noches”, ellas contestan igual, y me acomodo en una silla libre atrás. Andrés conduce rápido por una avenida importante entra a un barrio muy elegante y busca una dirección, es una casa, se estaciona al frente. Andrés se bajó y timbró. Las cinco mujeres en la camioneta en silencio. 

Un hombre abre la puerta y habla con el señor Andrés. Un par de minutos después el señor Andrés abre la puerta de la camioneta y nos dice que debemos bajar. Bajamos las cinco mujeres de la camioneta y nos hacen entrar a la casa. Llegamos a la sala y allí hay varios hombres bebiendo creo que conté nueve hombres El señor Andrés nos presenta a cada una: Erika, Marilú, Catalina, Deyanira, y yo, Karol. Los hombres nos aplauden, el señor Andrés nos dice que dejemos nuestra ropa en un rincón de la sala y nos quedemos únicamente en tanga y zapatos altos, así lo hacemos. Pasamos de nuevo al centro de la sala y desfilamos y nos volvemos a presentar cada una, llega mi turno, me presento: “me llamo Karol”, camino, desfilo como las otras mujeres, doy una vuelta para que me vean. Está sonando una música reggaeton para que nosotras bailemos toda la canción que demora varios minutos, no sé quién canta, al final de la canción los hombres empiezan a elegir pero el hombre más importante es el que elige primero y se decide por Marilú. Cada uno de los hombres importantes va eligiendo una chica, a mí me eligen de cuarta, un hombre grande acuerpado algo canoso y medio calvo. Cada una de las cinco mujeres ya hemos sido elegidas por unos hombres y hay otros hombres en la sala pero ellos esperan su turno después de la primera ronda. 

Nos ofrecen licor y cada una elige algún trago, yo elegí whisky, seguimos bailando pero frente a cada uno de los hombres que ya nos ha elegido, el hombre que me eligió a mí me mira con mucho morbo con mucha lujuria, especialmente mis tetas y mis nalgas, a mí me gusta bailar, mostrarme, que me mire con morbo; los hombres fuman y beben, tres hombres llevan a sus chicas a las habitaciones del segundo piso, el hombre que me eligió me hace sentar en sus piernas me dice que mi nombre es muy bonito y que mi cuerpo también, yo le doy las gracias por sus palabras me ofrece más trago y cigarrillo, acepto un poco más de trago y acepto un cigarrillo, me hace varias preguntas, mi edad, si trabajo en alguna otra cosa o si estudio, me pregunta por mis gustos sexuales, y me pregunta si tengo alguna operación en mi cuerpo, si mis tetas y mis nalgas son naturales y le dijo que sí. El hombre está bastante entonado tiene una mirada lujuriosa me acaricia con mucha suavidad mis nalgas y me dice que yo le gusto, que tengo buen cuerpo, en la sala hay otra mujer creo que es Erika con otro hombre también sentada en sus piernas siendo acariciada por él. Le pregunto al hombre que está conmigo si puedo saber su nombre y me dice que sí que lo puedo llamar Tauro, me explica que es porque le corresponde a su signo de zodiaco. Claro, pienso, son hombres que no les gusta que sepan su nombre real. El señor Tauro me dice que todas bailamos muy bien y que todas tenemos cuerpos bonitos pero que yo le gusté en particular por mis ojos y por mi sonrisa y me dice que tengo bonitos labios y me pregunta qué es lo que sé hacer con mis labios, entonces le respondo que me gusta dar besitos y él me pregunta en dónde, entonces le respondo que me gusta darlos donde el caballero quiera. El señor Tauro se emociona y me dice que le gustan los besos en la boca y en la verga, entonces yo le digo que justamente a mí me gusta besar la boca y la verga. El señor Tauro le gusta mi respuesta y me aprieta las nalgas y me manosea las tetas, tiene manos grandes, calientes, es un poco brusco para acariciar me dice que mis tetas se ven muy ricas y que ya tiene ganas de probarlas, entonces le digo que son suyas que son para él, bebemos un poco más de trago y me hace levantarme de sus piernas y me dice que es hora de ir a divertirnos, “me gusta la idea”, le digo. 

Salimos de la sala y me lleva a una habitación del primer piso al fondo de la casa, entramos a una pequeña pieza en donde hay una cama pequeña y un baño pequeño, deja la puerta abierta, empieza a besarme apasionadamente en la boca, me abraza, me acaricia la espalda y las nalgas yo también lo abrazo del cuello, me dice al oído que le gustan mis besos, mete la mano por mi tanga y me empieza a dar dedo con bastante brusquedad en mi clítoris, separo un poco las piernas y me dice “tu chocha se siente muy rica, la voy a probar”. Me retiro un poco y me bajo un poco la tanga, pero él no para de darme dedo, yo me humedezco, es brusco y me mete su dedo hasta el fondo, me empiezo a excitar más.

Le dije que se quitara la ropa porque estorbaba. Le gustó oírme decir eso. Sacó su dedo y se desnudó. Su verga era gruesa, blanca, provocativa. Empecé a masturbarlo, me gusta masturbar, y él siguió dándome dedo. Sin dejar de masturbarlo, el hombre empezó chuparme las tetas y las alternaba, una a una, su dedo no paraba dentro de mí. “Tienes una rica chocha y ricas tetas”, dijo. “Soy tuya amorcito”, le dije. “Te voy a dar verga”, dijo. “Eso es lo que me gusta amorcito”, le dije, “Yo quiero que tú me des verga”, le dije con lujuria al oído, el hombre sacó su dedo, lo miro húmedo, me dijo “abre la boca perrita” y me hizo chupar su dedo, luego me agarró por los hombros y sin decir nada me empujó hacia abajo, con fuerza, muy brusco, hasta hacerme arrodillar, me quedó la verga en mi cara y me dijo “chupa perra chupa”, lo miré a los ojos, “abre la boca rápido perra”, dijo, y al abrir la boca el hombre me empujó la verga hasta el fondo, brusco, como macho hambriento de sexo, me agarró la cabeza y empezó a follarme muy fuerte, yo trataba de mirarlo a los ojos, él me miraba y seguía empujando fuerte su verga, la sentí más grande y más gruesa, “que rica boca tienes perra, así es como me gustan las perras”, dijo y seguía follando mi boca, yo respiraba con dificultad y si dejaba de mirarlo me decía con voz fuerte “mírame perra”, lo volví a mirar y él me miraba con sus ojos de borracho y un poco la mirada de pervertido, seguía follándome fuerte, en cualquier momento yo esperaba sentir su leche, pero el hombre me daba duro sin parar, sin embargo no terminó, bruscamente sacó la verga y dijo “hey casi me haces botar perra, que boca tan rica que tienes, y tienes una miradita de putica que casi me haces venir, pero no puedo venirme sin disfrutar esa deliciosa chocha que tienes”. Sin decirme nada más me agarró por el cabello y dijo “acuéstate” y repitió “acuéstate rápido, rápido”, me dio un par de nalgadas muy fuertes cuando me estaba subiendo a la cama y volvió a repetir “acuéstate rápido, rápido y abre las piernas, muéstrame esa chocha de puta”, y mientras él se montaba en la cama me miraba y se masturba, con la otra mano acaricio la vagina y volvió a meter su dedo, me dijo mírame a los ojos perra y me masturbó fuerte y brusco, estuve a punto de sentir un orgasmo él dejó de masturbarme, estiró su mano y volvió a hacer que yo chupara su dedo hasta que él quiso, se montó sobre mí, me abrazó y me besó, de pronto lo sentí empujar dentro de mí, y empezó a follarme fuerte y rápido, yo sentía que a él le gustaba empecé a gemir, me gustaba mucho tener esa verga adentro, “que rico, que rico”, yo le decía de vez en cuando, “que perra tan rica, que perra tan rica”, decía él. 

Pasaron algunos minutos sin parar y yo no dejaba de gemir y decía “que rico, que rico”, hasta que de pronto el hombre gruñó empezó a tener espasmos hasta que dijo un largo “ohhhhhhhhhh sííí…”, me excité mucho, sentí un orgasmo y empezó a quedarse quieto, se mantuvo sobre mí un par de minutos, me abrazó, me besó apasionadamente y me dijo al oído “estabas muy rica perrita, eres una delicia de puta”, yo le dije “amorcito a mí me gustó como me follaste” y me preguntó si de verdad me gustó, yo le dije mirándolo a los ojos “si amorcito me gustó muchísimo”, de verdad me gustó sentir ese hombre encima con su verga dentro de mí.

El hombre me dijo “quiero volverte a tener otra noche, quiero otra vez ese cuerpecito tan rico”. “Cuando quieras amorcito”, le dije. El hombre se bajó respirando con agitación y se puso la ropa, yo lo esperé sentada en la cama. Junto a él me hizo brindar con el bebiendo un poco más de whisky y me dijo “mamacita ya eres mi perrita”. Nos quedamos hablando unos minutos de sexo de lo que le gustaba a él. No encontré mi tanga, él se quedó con ella, era su trofeo o su souvenir. Me invitó a ir a la sala, desnuda, solo en zapatos, además era indicación para los otros machos que había sido follada. 

Apenas entramos a la sala uno los hombres que estaba bebiendo y fumando se levantó y me preguntó: “Tu eres Karol, verdad?”. “Sí”, le dije, “te estaba esperando”, me dijo, me dio más trago y me agarró de la mano y me dijo “vamos”. Me llevó de la mano caminando a la misma habitación de la que había salido hacía poco. “Me gustaste desde que dijiste tu nombre”, me dijo. 

Antes de acostarme con él me hizo duchar, “báñate rápido”, dijo, mientras yo me duchaba él bebía trago y me miraba desde la puerta, estaba borracho y seguía bebiendo. Secándome fui hacia la puerta del baño donde me esperaba. Me llevó abrazada desnuda hasta la cama y allí caímos a morbosearnos. Me dio más trago. 

Más besos, más caricias, más lujuria, más morbo, ese hombre me folló en la cama, no sé cuánto tiempo, pero me excité demasiado, él lo hacía muy fuerte, sentí orgasmo, y me quedé dormida con él encima. 

Desperté cuando Andrés me movió de un hombro, “Karol despierta”. Me levanté cansada, con sueño, fui a orinar y luego vestirme a la sala, las otras mujeres se estaban vistiendo también. Nos tuvimos que vestir sin la tanga, todos los hombres nos quitaron las tangas, los hombres las coleccionaban. 

Andrés nos preguntó si ya estábamos listas para irnos, todas le dijimos que sí, ya no había hombres allí, solo Andrés que nos sacaba de la casa. Antes de salir a cada una nos dio nuestro dinero, lo guardamos en el bolso, alguna de las mujeres preguntó por el dinero de nuestras tangas, Andrés sonrió y dijo a la próxima se las cobramos y todas nos reímos.

Al bajar cada una de la camioneta la despedida era muy simple, chao chicas, adiós chicas y así nos repartió a todas a nuestras casas. 

Llegué a mi habitación, fui al baño pero no oriné me senté simplemente a pensar por un momento en las folladas con esos hombres, me fui a mi habitación, me desnudé para ponerme la pijama, pero me excité al verme sin la tanga, al verme completamente desnuda, de pensar en los hombres que me follaron, me acosté desnuda, y empecé a acariciarme, me masturbé, me excité mucho más cuando saqué mis dedos los olí y los saboreé, me supieron a verga de macho, me olían a verga de macho, en ese momento hubiera querido tener en esa cama a otro macho que me follara duro y me dijera cosas sucias, hubiera querido que en ese momento Andrés me hubiera vuelto a llamar para decirme, “alístate que ya paso por ti, hay un macho interesado en ti”, sentí un fuerte orgasmo, me relajé poco a poco, chupé mis dedos imaginando vergas y me empecé a quedar dormida, pensando en esas vergas.

**************************************** 

Si te gusta mi relato regálame un like! 

****************************************  

karolhoyos

Soy mujer heterosexual

visitas: 1387
Categoria: Fantasías
Fecha de Publicación: 2020-06-05 04:12:26
Más Relatos Por karolhoyos
Compartir en:

0 Comentarios

No hay comentarios

Nuestros Productos

Body

MAPALE $ 211,500

Conjunto Selena Azul

CEREZA LINGERIE $ 69,900