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Una costeñita

Una costeñita.

Un día tomaba una cerveza con un amigo en el parque del barrio y el recibió una llamada para ir a beber donde unas amigas suyas. Nos fuimos para allá y había dos chicas, una de la costa y otra de Bogotá.

Nos encontrábamos en el departamento de M y sus roomies, estábamos bebiendo en su habitación y a lo largo de la noche tocamos varios temas entre ellos hablamos de la masturbación. Pronto se nos acabó el ron y M destapó una botella de pisco. Estábamos bebiendo en su cama, yo estaba junto a ella, nuestros amigos se embriagaron así que me quedé hablando con ella y de una manera muy inocente nos tomamos de la mano.

Finalmente decidimos irnos a dormir, todos dormiríamos en el mismo cuarto; los ebrios a un lado y M y yo en otro colchón. Al apagar la luz ella se recostó, quedamos cara a cara y empezamos a besarnos, a besarnos en silencio. Nuestras manos recorrían nuestras figuras, ella estaba en pijama así que fue fácil reconocer que no llevaba ropa interior por lo que me animé a explorar bajo su ropa. Sus senos firmes y grandes, su vagina completamente húmeda. Me susurró al oído “no me vas a dejar dormir” a lo que respondí metiendo un dedo más en su vagina. Ella por su parte me desabrochó el jean y tomó mi pene entre su mano, después de masturbarme un rato se hizo de espaldas a mí y me guio hasta su vagina, al entrar en contacto con ella sentí todo su calor en mi glande, su humedad era increíble, podía sentir como me impregnaba todo, luego de estar dentro de ella empezamos a movernos con suavidad, ella tomaba mi mano izquierda y la llevaba hasta su clítoris para acariciarlo en círculos al compás que ella determinaba, luego subía mi mano hasta mi boca para que sintiera su sabor y me decía “te sabe a rico verdad” a lo que yo respondía con fuerza dentro de ella.

Luego de un rato de esta en cucharita, me hice sobre ella, ella estaba boca abajo y empezó a contraer su vagina alrededor de mi pene, lo apretaba. Yo por mi parte me movía duro pero con el sigilo de que los durmientes no se dieran cuenta de lo que estaba pasando entre M y yo. En un momento determinado M empezó a moverse más rápido y de repente se escuchó un “ay”, M había llegado y podía sentir como su vagina palpitaba con mi pene dentro de ella, esa sensación de M provocó en mi un orgasmo que llenó su vagina de mi semen.

M dijo "ahora si podemos dormir" 

Orfeo1987

Soy hombre heterosexual

visitas: 1602
Categoria: Hetero: General
Fecha de Publicación: 2020-06-10 13:15:23
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1 Comentario

Me gustó el relato

2020-06-15 05:12:19