Guía Cereza
Publicado hace 5 años Categoría: Bisexuales 2K Vistas
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Aunque el futbol no es uno de mis deportes favoritos, desde hace un par de meses comencé a practicarlo los fines de semana por invitación de un joven vecino que si era muy aficionado, él vivía a tres casas de la mía con un hermano mayor, Me venía muy bien pues los domingos casi siempre me quedaba solo en casa.

Hace tres semanas como de costumbre, Cristian llego a mi casa a eso de las 8 am, como siempre, muy alegre y algo bromista, salimos para la cancha que estaba como a media hora de camino, ese día a mitad del partido, cayó un tremendo aguacero, desde luego nos lavamos totalmente, tuvimos que regresrnos así, como mi casa estaba antes de la suya desde donde veníamos, lo invite a seguir, mientras fui a mi cuarto para buscar ropa seca y cambiarnos, él se ofreció a preparar un tinto, ya en mi cuarto, me desnude y me dispuse a buscar la ropa en el closet, por costumbre, deje la puerta entre abierta, estaba tan distraído que no noté que Cristian estaba allí asomado, lo vi por el espejo y note la forma particular como me miraba, yo estaba desnudo de espalda a él y en ese momento, note que se mordía los labios y se acariciaba la verga sobre la pantaloneta mojada, me sentí desconcertado pero a la vez, un temblorcito recorrido mi cuerpo, entonces gire hacia él y le dije tratando de asumir una actitud muy normal y relajada, mira, ponte esta pantaloneta y esta camiseta mientras tanto, él sonrió un poco nervioso y dijo, huy gracias hermano, para mi sorpresa, ahí mismo se desnudó, se colocó la camiseta primero pero lo hizo lentamente, mientras dejaba ante mis ojos, su verga que parecía estar medianamente erecta, sin duda estaba bien dotado y con ese cuerpo de atleta lucía aún mejor, de nuevo sentí ese temblor en todo el cuerpo pero más fuerte que antes, entonces me dijo, oye, no tienes una camiseta un poco más grande, esta no me entra, si claro, respondí, entonces se acercó a mí y yo me agache a buscarla en uno de los cajones de abajo, cuando gire para entregársela, ¡oh sorpresa!, él estaba junto a mí y su verga colgaba entre sus piernas a pocos centímetros de mi cara, me quede mirando estupefacto unos segundos y sin decir nada pero visiblemente nervioso, me puse de pie y le di la camiseta, él sonrió con algo de picardía y se vistió, luego hice lo mismo y salimos a la sala, al momento el regreso de la cocina con el tinto y mientras lo tomábamos miramos algo de televisión, no sé si lo hizo a propósito, pero de la forma en que estaba sentado, por momentos la cabeza de su verga asomaba por la manga de la pantaloneta, yo no podía evitar mirar entre sus piernas por momentos, el parecía estar distraído, pero también note sus miradas a mis piernas y caderas, entonces me dijo, no tienes un traguito por ahí?, le respondí, tengo guaro y brandy, él dijo, huy brandy estaría super, comenzamos a tomar muy relajadamente mientras conversábamos trivialidades, al rato me pidió prestado el baño que estaba al lado opuesto de donde nos encontrábamos, el entro pero note que dejo la puerta entre abierta, parecía que quería que yo viera algo, así fue, se ubicó convenientemente y saco su verga para orinar, al terminar, la sacudió varias veces dejando ver claramente su tamaño, hasta se corrió el prepucio varias veces atrás y adelante, de nuevo me puse nervioso y muy inquieto, cuando el regreso, sin duda lo notó, porque me miro de una forma que me hizo estremecer, tomamos unos tragos más y de repente él se volvió hacia mí y me dijo, puedo decirte algo sin que lo tomes a mal?, si claro fresco, respondí, hermano tú me pusiste mal desde que te vi desnudo y creo que igual te paso a ti conmigo, yo sorprendido contesté, por qué lo dices, el titubeando un poco respondió, hermano, yo no soy gay, pero me impactó tu cuerpo desnudo, sobre todo porque eres muy lampiño y con esas nalgotas y esas piernotas pues…..en ese momento le dije, en algo tienes razón, tú también me inquietaste con el tamaño de tu verga, la mía es más pequeña en todo, en ese momento él sonrió y subiendo la manga de la pantaloneta, se la saco por completo diciéndome, te gusta?, uufff, de verdad es gruesa y larga, cuanto te mide?, 18 dijo sonriendo, huy grande, respondí sin dejar de mirarla, entonces él me dijo .. y es durita, mira, en ese momento tomo mi mano y la coloco sobre su verga, me estremecí con fuerza y como por reflejo se la aprete, el exhalo un gemido profundo, huy que bien se siente, tu sientes igual? Yo vacile unos segundos y respondí, pues es una sensación muy extraña, pero si, se siente muy agradable, entonces él me dijo con voz suave, me permites acariciar tus nalgotas?, yo mordí mis labios y después de unos segundos respondí, pues….bueno, entonces me gire un poco para que metiera su mano en mi pantalón de sudadera, así lo hizo, sentí una caricia muy sensual y al momento unos apretoncitos fuertes, entonces me dijo con la voz un poco entrecortada, huy que culo tan rico tienes, no te ofendas pero esas nalgas parecen de nena, son super suaves y duritas, yo no dije nada, solo comencé a masturbarlo suavemente, su verga se puso totalmente dura en ese momento, entonces sentí como deslizaba sus dedos entre mis nalgas, eso me hizo estremecer y él dijo, uufff, que caliente estas ahí, parece un horno, me pregunto que se podría cocinar en él, los dos sonreímos nerviosamente, entonces él se acercó aún más a mí y dijo, tienes alguna idea de que podría ser?, yo mordí mis labios y no dije nada, pero en ese momento, le aprete con fuerza la verga y él dijo, yo también creo que es justo lo que ese horno necesita, entonces dije, huy hermano, creo que esto se nos está saliendo de las manos, él sonrió y dijo, lo buenos es que se sale de ahí pero entra en otro sitio mejor, no crees?, yo vacile un instante y respondí, uufff, esto es una locura, si, dijo él, pero no puedes negar que es muy excitante y a ambos nos está gustando, en ese momento él se puso de pie y me dijo, ven vamos al cuarto allí estaremos más cómodos, entonces de repente se bajó la pantaloneta a medio muslo e igual hizo con mi pantalón, me tomo por la cintura y caminando atrás de mi muy pegado me guio hasta el cuarto, yo estaba temblando como una quinceañera virgen en su primera vez, sentía esa gran verga muy dura casi metida entre mis nalgas mientras caminábamos.

Al entrar a la habitación él me dijo muy cerca al oído, ¿te gustaría que jugáramos roles para hacer más intensa la experiencia?, entonces le dije, como quieres, él sonrió y contesto, pues, me gustaría que asumieras el papel de nena y yo de macho, si te parece, yo no supe que decir, entonces me dijo, es solo un juego mientras vivimos el momento, después todo normal, titubeando le dije, es que no sé cómo portarme como mujercita, de nuevo sonrió y dijo, déjamelo a mí, yo te guiare, tu solo sígueme el juego vale?, bueno, respondí un poco indeciso, cuando ya estábamos junto a la cama me dijo, bueno mamacita, llegó la hora de complacer a tu macho, desnúdate todita, pero como haciéndome un show ok?, con movimientos torpes me desnude tratando de complacerlo, entonces me dijo, ahora desnuda a tu hombre, tal vez el efecto del licor y la confianza que el me daba, hacían que me sintiera como más relajado y dispuesto a seguir la fantasía, comencé a desnudarlo lentamente, cuando me agache y quite la pantaloneta, al querer levantarme el me lo impidió, tomo mi cabeza con sus manos y comenzó a frotar su verga en mi rostro de una forma impetuosa y fuerte, nunca me había percatado del olor que tenía una verga hasta ese momento, por alguna razón me resultaba muy agradable y tremendamente excitante, se sentía dura como roca, entonces me dijo, mámala perra, en ese momento tomo su gran miembro con una mano y golpeo con fuerza mi rostro varias veces, entonces sin darme tiempo de nada, la metió en mi boca tratando de hacerla llegar a mi garganta, me atragante con ese gran trozo de carne vibrante y tuve que sacarla por un momento, con mi cabeza entre sus manos, comenzó a culearme por la boca con voluptuosos movimientos, cuanto más lo hacía, más me gustaba, poco a poco me metía más en mi papel de perrita, estar desnudo mamándosela a un joven de la mitad de mi edad, era algo que jamás había pasado por mi mente, sin embargo, estaba sucediendo y comenzaba a disfrutarlo mucho, sus gemidos era profundos y fuertes, entonces me dijo, para no tener experiencia lo mamas muy bien, me encanta esa boquita de puta chupona, esas palabras retumbaron en mi cabeza y me sentí más mujercita, solo para él, yo estaba disfrutando increíblemente el mamarle esa vergota, cada vez la metía más adentro y aunque nuca me entro toda, si fue algo más de la mitad.

Tras unos 15 minutos de excitante sexo oral, el me acostó bocabajo en la cama y comenzó a acariciarme muy sensualmente desde los tobillos hacia arriba, la sensación era indescriptible, yo temblaba y eso le excitaba, me decía cosas como, que lindas piernas tienes mi perrita, estas muy rica mi amor, etc., cuando llegó a mis muslos, mi excitación se disparó muy alto, sentía sus manos varoniles acariciándome con firmeza, cuando las metía entre ellos, la sensación era demasiado intensa, cuanto más se acercaba a mis nalgas más temblaba, sabía que al llegar allí, seria irremediablemente su puta sin restricciones.

El momento por fin llego, sus manos se adueñaron de mis nalgas, su excitación igual que la mia se fue al límite, su voz agitada diciéndome, uufff mi puta, que culo tan rico tienes, me hizo sentirme totalmente su mujercita, solo deseaba que me hiciera suya, a pesar de que en el fondo, sabía que tener esa vergota dentro de mi culo seria todo un suplicio, pero aun así, la deseaba intensamente, a esa altura, mi masculinidad desapareció de mi sentir, era una putita muy arrecha ansiosa de ser poseída por su macho, después de jugar con mis nalgas y penetrarme varias veces con sus dedos, me masajeo suavemente la espalda, me dijo que si tenía condones, le indique donde estaban y un minuto después estaba ahí, además con un pote de crema para manos que tenía en el tocador del baño, me pidió que se la chupara y le pusiera el preservativo, lo hice con un gran gusto y deseo, de nuevo me puso bocabajo y me masajeo las nalgas esta vez con bastante crema, me lubrico muy bien el ojito del culo y me clavo varias veces con sus dedos, si así nada más me dolía, como seria con esa vergota, pero mi deseo de ser suya era más fuerte que todo lo demás, solo le dije, se gentil, es mi primera vez, él dijo muy tierno, no te preocupes mi putita, te hare subir al cielo y ya nunca más querrás bajar de él.

El momento había llegado, su atlético cuerpo se posó sobre el mío y sentí su maravilloso miembro viril abrirse paso entre mis nalgas, en ese momento tuve una de las sensaciones más maravillosas de mi vida, me estaba haciendo una rusa que me saco de la realidad, su cuerpo totalmente pegado al mío, me daba un placer inimaginable, sus movimientos fuertes y muy eróticos, me hacían sentir toda una mujer, sus labios y lengua jugaban en mi cuello y orejas mientras me decía lo rica que estaba y en la puta que me iba a convertir, con mucha calma comenzó a colocar lacabeza de su verga en el ojito de mi culo, me decía palabras dulces para relajarme y muy suavemente, comenzó a presionar una y otra vez, sin prisa, mi culito se iba dilatando lentamente y casi no había dolor, después de varios minutos, la presión aumento, sabía que el virguito de mi culo estaba por desaparecer, llegó un momento en que algo dentro de mí me dijo que estaba lista y cuando el presionó su verga hacia mí, yo hice un movimiento fuerte hacia él y su verga entro en mi culo, no pude evitar un grito de dolor, por fin ya la tenía adentro, el comenzó a moverse suavemente pero metiéndola un poco más cada vez, sentía mi culo muuyyy abierto, me ardía pero a la vez me sentía increíblemente bien, lentamente, sus movimientos se hacían más fuertes y profundos, sus manos acariciaban mis téticas y sus palabras cada vez más obscenas, hacían crecer como espuma mi deseo sexual de él, la compenetración entre ambos se hacía cada vez más profunda, casi que podíamos intuir lo que quería el otro, nuestros movimientos se hicieron muy coordinados y el placer se desbordó por completo, culeamos desaforadamente, él siempre muy macho, yo cada vez más hembra, me folló en cada sitio de la casa, cada pose era una nueva sensación para mí y un deleite para él, nos comprendíamos tan bien culeando, que parecía que lo habíamos hecho muchas veces.

A pesar del evidente maltrato que tenía en mi culito, lo hicimos 3 veces ese día, esa verga y la forma en que el me trataba, borraban cualquier intención de evitar una vez más, terminamos exhaustos y aunque el hermano lo llamo para saber dónde andaba y a qué hora llegaba, él se las arregló para quedarse conmigo, cuando nos acostamos, me hubiera fascinado tener un baby doll o algo de lencería femenina bien sexy, pero bueno, dormimos desnudos y abrazados como novios, en la mañana, cuando me iba a levantar para hacerle desayuno, con la ternura de un amante enamorado, me dijo, no vayas, hoy serás mi desayuno y yo el tuyo, así, seduciéndome como todo un galán, me dio un mañanero maravilloso, reafirmando sin la más mínima duda, quien era el macho y quien la perrita, desde ese día, religiosamente viene todas las noches y culeamos hasta saciarnos, teniendo muy en claro que en la calle yo sería el hombre normal de siempre, pero en la cama, sería la nena más puta y desinhibida de todas, todo para complacer a ese macho divino que me convirtió en la puta más complaciente y arrecha del mundo, solo para él.

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