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El hombre me sonrió y caminó hacia mí, lo esperé y cuando llegó me saludó amablemente, “Hola Camilita”, simplemente le dije “Hola”. No sabía quién era, no lo reconocí. No recordaba al hombre que me estaba saludando,  entonces él me preguntó “te acuerdas de mí?”, yo le dije que no. Entonces él me dijo “mi amorcito, nos conocimos en la fiesta de Julián hace un mes, yo estaba con Brayan, estábamos solos y tú llegaste con una amiga, Brayan hizo pareja contigo y yo hice pareja con tu amiga Milena, soy Fredy, te acuerdas?”, en ese momento recordé la fiesta y recordé a Brayan, que después de la fiesta me llevó a moteliar y Milena se fue para el apartamento del hombre con el que me acabé de encontrar.

Después de hablar un par de minutos el hombre me invitó a su apartamento en cuanto saliera de trabajar esa noche. No estaba segura de poder ir a su apartamento porque estaba esperando la confirmación de otro hombre que me había invitado a salir pero todavía no me había reconfirmado. Le dije que habláramos a las nueve de la noche para confirmarle sin iba o no.

A las nueve de la noche ya había decidido ir con Fredy porque el otro hombre no me llamó. Recordé que Milena me había dicho cómo se había comportado Fredy con ella y estaba decidida a ir con Fredy a su cama sin pensarlo más.  Eran las 9:05 la noche y Fredy no llamaba y me empecé a preocupar, me sentí un poco idiota en ese momento, hasta llegué a pensar que si Fredy no me llamaba entonces llamaría a Milena para proponerle si salíamos a buscar verga, ella conoce unos administradores de bares a donde va cuando está desprogramada y con ganas.

Fredy me llamó casi a las 9:15 pm y me preguntó si estaba disponible, le dije que sí, sin pensarlo dos veces. Me dijo que me recogería a las diez y acepté. Muy puntual me estaba esperando a la salida para llevarme directo a su apartamento. Por el camino en su auto me dijo que yo le había gustado el día de la fiesta aunque la había pasado muy bien con Milena hasta el amanecer. Le pregunté cuántos polvos le había echado y me dijo “cuatro, uno por la boca, dos por la chocha y otro por el culo”. Le dije “guau, te divertiste mucho con ella entonces”, me respondió que “sí, esa hembra se deja follar como a mí me gusta”. Le pregunté si había vuelto a estar con ella después de esa noche y me dijo que no, quería llamarla para el siguiente fin de semana pero tuvo la fortuna de haberme visto esa tarde, “te tengo ganas desde esa fiesta, me gustan las flacuchas”, dijo y me acarició y apretó mi pierna.

En el automóvil me tocó las piernas sobre mi pantalón varias veces especialmente cuando el semáforo estaba en rojo, me miraba con lujuria y me dijo que yo le gustaba mucho. Le pregunté si había hablado con Milena de mí y me dijo que ella solamente le había dicho que eran buenas amigas y que a las dos nos gustaba culiar, “guau”, dije, “eso Camilita esta noche te voy a poner a ladrar”, me dijo y yo me reí. “Te gusta que ladre?”, le pregunté. “Sí Camilita me gustan perras”, dijo, “a Milena la pusiste a ladrar?”, le pregunté, “sí mucho, ladraba como perra  y culiaba como perra, me gustó mucho esa puta y ésta noche es tu turno… me gustan perras… putas”, dijo mirándome y sonriendo. Sólo sonreí “jajaja”. Recordé que Milena gime mucho.

Apenas llegamos a su apartamento pidió pizza a domicilio que llegaría en 30 minutos. Mientras tanto destapó cervezas, bridamos por el encuentro y me hizo desnudar bailando frente a él y luego de estar completamente desnuda me hizo bailar sin parar hasta que llegara la pizza. Solo música electrónica, a los 15 minutos yo estaba cansada de bailar pero cada vez que le decía que estaba cansada me decía “cállate puta…baila, baila…”. Me hacía mover por toda la sala, y dar vueltas para mirarme todo el cuerpo, también me hacía caminar y desfilar de lado a lado y adelante y atrás, el piso era de madera y un poco frío.

Por fin llegó la pizza. Mientras Fredy bajó a recogerla a la portería yo fui al baño a orinar. Me excité de sentirme desnuda en el apartamento de Fredy.

La pizza estaba caliente y yo comí un par de pedazos muy ricos, él también y bebimos más cerveza. Él se había quitado solamente el saco y la corbata, yo estaba completamente desnuda. Trajo de su habitación un consolador y me dijo que hiciera un show de masturbación. Durante los siguientes diez minutos le hice un show de masturbación, de pie y después sentada en un sillón y al final me hizo chupar el consolador. Fredy se manoseaba el bulto sobre el pantalón.

Me hizo arrodillar frente a él para que le abriera el pantalón y le demostrara que tan buena era mamando. Le abrí el pantalón, se lo ayudé a quitar y él se quitó el pantaloncillo. Su verga era grande y estaba muy dura, se la masturbé un poco y se la empecé a mamar. Tenía muy buena verga. Noté que le gustó y se la seguí mamando bastante, me dijo “no pares hasta que no te diga”. Pasaron muchos minutos y yo estaba cansada, dejé de mamar y le dije que estaba cansada, me miraba con lujuria, “cállate y sigue mamando puta… mamas bien, sigue mamando”, dijo y me agarró la cabeza y me empujaba, de pronto empezó a gruñir y empecé a sentir sabor a semen, “trágalo, no lo botes”, dijo y gruñó un par de veces más. Sentí bastante semen y me lo tragué sin esperar nada, mirándolo a los ojos. Sentir sabor a semen me gustó mucho y me excité más. Me acordé de mi amiga Milena y me excité un poco más, ella también había tragado su semen. Sacó su verga y al notar que ya me lo había tragado le gustó mucho y dijo “uuu asííí es como me gusta… uuu…”. Su verga erecta se veía grande y dura. “Eres buena perrita y putica”, dijo y me acarició las mejillas.

Nos sentamos a descansar y comer más pizza. Me excitaba comer pizza, desnuda, después de comer su semen y a él le gustaba mirarme así, “te gustó tragar mi leche?”, preguntó, “Sí me gustó mucho, me gusta el semen”, le respondí. Le miré la verga y ya estaba relajada pero se veía grande, caía sobre su pierna y me gustaba mirársela.

Minutos después me llevó a su habitación, se acostó y me hizo mamársela para que se la endureciera de nuevo. Fue fácil, le gustaban mis mamadas, yo me excitaba rápido al mamársela y me humedecía. Me acostó boca arriba, con mis piernas en sus hombros, me manoseó la vulva, me sintió bastante húmeda, “uuufff ya estás lista puta”, dijo y no dio tiempo a nada más, sentí su penetración fuerte, deslizó su verga fácil, sus embestidas eran durísimas, él estaba muy arrecho, yo gemí bastante, gemí fuerte, no podía moverme debajo de él, me miraba a los ojos, se notaba que le gustaba, empujaba fuerte y durísimo, parecía un taladro, yo no dejaba de gemir, sentía su fuerte y rápida respiración cerca de mí, sentí sus gemidos, sus embestidas muy fuertes y poco a poco dejaba de moverse. Imaginé que había terminado y era cierto. Se quedó quieto un momento, salió de mí, se dejó caer sobre la cama y me dijo “límpiamela”. Así lo hice, se la chupé agachada sobre él, hasta que me dijo que era suficiente. Su verga estaba limpia.

Me acosté junto a él. Me abrazó. Me dijo que yo le gustaba y me preguntó si quería amanecer con él, le dije que no. “jaja, te gusta ser puta por ratos”, dijo. Solo sonreí. Tomamos cerveza de nuevo, yo fui a sacarlas de la nevera y seguimos hablando en su cama. Hablamos de varias cosas íntimas mías y de él.

Una media hora después, miró el reloj, “me vas a dar culo o prefieres tragar leche otra vez”, preguntó, “tragar leche papi”, le respondí mirándolo a los ojos. Le gustó mi respuesta, “así se habla puta”, me acarició las mejillas y me dio un beso en boca, “Me gustas así puta”, dijo. Me hizo bajar de la cama para arrodillarme sobre el piso duro y frío de madera, y él de pie me agarró la cabeza para que se la endureciera de nuevo. No fue difícil, en dos o tres minutos ya estaba durísima y grande, se la mamé con rapidez y fuerte como a él le gustaba porque me empujaba la cabeza duro. En pocos minutos volví a sentir semen, creo que salió poco, no sentí demasiado, y de nuevo lo tragué antes de que él sacara la verga. “Límpiala”, dijo otra vez cuando salió su verga, se la limpié ahí de rodillas hasta que me dijo que era suficiente. “Puedes irte, estuviste genial, me gustaste”, dijo un poco despectivamente. “Tienes agua caliente, me puedo duchar?”, le pregunté, me dijo que sí, fui al baño rápido. Dijo que pediría un taxi para mí.

Oriné y me duché en cinco minutos, me enjuagué la boca, me arreglé el cabello con las manos, me vestí en la sala donde había quedado tirada toda mi ropa. Antes de salir del apartamento me recompensó bien y le pregunté “quién te gustó más Milena o yo?”, “ambas, ustedes dos ya son mis putas… jajajaja y de Brayan también… jajajaja… ustedes están ricas… aunque me falta tu culo… será para la próxima”, dijo. Sonreí y guiñé un ojo.

Le avisaron de la portería que había llegado el taxi. Me despidió de beso en la boca y salí del apartamento recibiendo un apretón y una palmada en la nalga al salir, bajé por la escalera, el portero me abrió la puerta, “gracias”, le dije, “de nada señorita”, me respondió. Subí al taxi le dije la dirección de mi casa al taxista y mientras llegaba solo pensaba en la verga de Fredy mientras miraba por el vidrio. No puedo negar que me gustó aunque hubiera querido que se demorara un poco más, yo quería más verga.

Llegué rápido a mi habitación, me desnudé y me masturbé imaginando tener dentro a Fredy diciéndome “puta”. Al sacar mis dedos y saborearlos me sabían a Fredy. Ufff, qué rico. Sentí un rico orgasmo, me puse mi pijama y me dormí casi de inmediato pensando en su frase: “ustedes dos ya son mis putas…”.

FIN 

camilitarod

Soy mujer heterosexual

visitas: 1951
Categoria: Hetero: General
Fecha de Publicación: 2020-06-30 05:51:24
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2 Comentarios

Uuff excelente historia me gustaría ser Freddy para convertirte en mi puta traviesa uuff

2020-07-03 22:53:25

Buena historia

2020-07-01 01:48:17