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La enfermera de Tinder 2.
Hoy vengo a narrarles otra historia entre T y yo. Había pasado un tiempo bastante largo desde nuestro primer encuentro, por diferentes motivos no podíamos concretar el encuentro. El día que logramos organizar nuestras agendas para literalmente comernos, transcurrió normal; mi celular recibía mensajes de whatsapp cargados de sus ganas, por lo cual y respondía de la misma manera.
Terminé de trabajar y me fui a mi apartamento a organizar un poco antes de recibir a T. Finalmente el citófono anunció su llegada. Sentí como una erección empezaba a crecer en mi pantalón solo sabiendo que T venía subiendo a mi apartamento. En el momento en que le abrí la puerta le vi directamente a los ojos, venía con su uniforme blanco inmaculado que dejaba ver su figura, su boca roja y brillante, la besé y la cargué a mi cuarto dejando por el camino su bolso y sus zapatos. La puse en mi cama y entre los dos empezamos a desvestirnos, su respiración se aceleraba igual que la mía, podía sentir su aliento en mi boca.
De momento mis manos sacaron su uniforme y pude descubrir su vagina aún con su ropa interior puesta, la toqué – JUEPUTA! Estoy babosita – exclamó T, evidentemente su vagina estaba tremendamente húmeda, mientras acariciaba su clítoris con mi dedo corazón, la mano de T descubría mi pene, y me dijo acuéstate que me lo voy a comer, así que empezó a besarme suavemente hasta llegar a mi pene y vaya mamada. Luego se hizo sobre mí y me dejó comerme su vagina con mi boca, luego aún arriba de mí, se acomodó sobre mi pene y lo rosaba con su vagina. El panorama era espectacular, podía ver como mi glande abría sus labios y acariciaba su clítoris, todo bajo el mando de T, aún no la penetraba pero mi pene se humedecía porque T como ella había dicho estaba “babosita”.
En un momento dado, T hizo un movimiento sutil y mi pene empezó a ingresar en ella, su vagina estaba tan caliente, húmeda y apretada que no tarde en venirme (dentro del condón) y lo mismo pasó con ella acompañado de su ya muy familiar squirt y sus gemidos. Luego de otro par de orgasmos en varias posiciones vino la petición más particular que me hayan hecho en el marco de una relación sexual; T quería ser nalgueada. Así las cosas accedí a su petición la cual venía acompañada de una serie de reglas muy sencillas. T me pidió que me sentara en mi cama, así lo hice, luego T se posó boca abajo dejando sobre mis piernas parte de su abdomen y sus nalgas a mi alcance.
“Dale” exclamó, así que le propiné su primera nalgada, “dale más fuerte” la segunda nalgada llegó y dijo “así me vas a seguir golpeando, ni más suave ni más duro hasta que yo te diga” y eso hice, al seguir con las nalgadas empecé a sentir como con mis nalgadas fuertes squirts de T recorrían mis piernas, mi cama y el suelo de mi habitación, T temblando después de unos minutos de nalgadas me pidió que me detuviera se incorporó y me besó y me dijo que era un hijo de puta que la cogía muy rico.
Luego ella se arrodilló a hacerme otro oral, luego se puso en cuatro y me pidió penetrarla, pude notar mis dedos marcados en su culo, en el momento en que la penetré otro squirt salió y T gritó de nuevo lo hijo de puta que era yo por hacerla venir así. Luego de unas fuertes embestidas sentí que iba a llegar por lo cual se lo hice saber, T se puso frente a mi, me quitó el condón y se encargo de hacer que llegara en su boca.