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Tarde juntos en cuarentena

Hola a todos, mi nombre es Andrés y espero estén cuidándose bien en esta cuarentena. Este es nuestro primer relato, y esperamos lo disfruten.

Aproximadamente en enero, había comprado para María un huevo vibrador inalámbrico, el cual usamos en varias salidas… especialmente nos gustaba usarlo en cine y cuando salíamos a centros comerciales, era muy emocionante verla perder el control de su cuerpo en público mientras la llevaba de la mano a dónde hubiera muchas personas, lo mejor de todo eso fue ver qué le excitara tanto sentir que podían notar lo completamente llena que estaba de placer.

Un día, cuando estaba solo en casa, invité a María a que me acompañara porque sabía que no vendría nadie a mi casa hasta muy tarde, casi en la noche… lo que nos daba casi medio día solamente para estar nosotros haciendo lo que queramos. Ella accedió y vino al cabo de una hora.

Al llegar, la invité a seguir, le ofrecí roncito con Coca-Cola para que fuera entrando en calor y me quedé charlando con ella un rato para que se relajara. Una vez ambos prendidos, subimos a mi cama, empezamos a besarnos, y poco a poco nos estábamos ambos excitando mucho. Lentamente repasaba su cuello con mi lengua mientras que con una mano acariciaba su abdomen y con la otra iba poniendola sobre sus senos, masajeandolos sobre la ropa.

Cuando escuché que ya empezaba a gemir cuando jugaba y pellizcaba sus pezones, la besé lo más apasionado que pude y empecé a quitarle la blusa y el pantalón, hasta dejarla en ropa interior. Me fijé en sus ojos, lanzaba una pícara y seductora mirada invitandome a más. Así que yo me quite también la ropa hasta estar en bóxers y me quedé acostado a su lado, mientras estábamos abrazados, besándonos y tocandonos le recordaba lo chevere que fue usar el dichoso huevito recientemente… así que le dije que quería probar algo, quería meterle el vibrador y mi pene al mismo tiempo… le gustó la idea, y sonriendo con complicidad me dice que sí.

Me levanté, busque el juguete, un lubricante y todos los condones que tenía. Me senté a su lado, le quité lo que le quedaba de ropa y empecé a untarle lubricante en su vulva, acariciándola y pasándole mis dedos por sus labios lo más firme posible, para que sintiera todo el recorrido que hicieran. Eso la iba excitando mucho, y se le notaba en como su cuerpo reaccionaba a cómo tocaba por allí y por allá. Aproveche que cerraba los ojos y retorcía su cuerpo, para empezar a besarle sus senos descubiertos, los cuales son firmes y redonditos, los amo muchísimo por ser muy sensibles… especialmente en sus pezones, los cuales muerdo y chupo con cuidado, para provocarle todo el placer que se pueda mientras le voy metiendo mis dedos dentro de su estrecha vagina.

María, muy dispuesta a complacerme por cómo se empieza a sentir, va recorriendo con su mano mi pecho, juega con mis pezones también hasta dejarlos duritos y va bajando hasta meter dedo por dedo dentro de mi boxer agarrando poco a poco mi verga dura desde su base, recorriendo sus venas, sintiendo su papito y su calor, llegando hasta el frenillo, dónde por lo excitado que estoy ya estaba lubricado mucho y ya estaba mojado así que lo soba con su pulgar, sintiéndose muuuuy delicioso. Baja un poco más, llegando al mojado glande y lo acaricia todo, con sus dedos, con la palma de la mano, recorriendo todo rincón del miembro que está deseando tener dentro de si.

Me tenía loco, sentir como su vagina se contraía y casi que chupaba mis dedos mientras cogía mi pene para hacerlo suyo. Así que me pare y me quite ese boxer que estorbaba tanto. Sabía que ella ya estaba lista, así que solo debía prepararla para el juguete… porque ella es muy estrecha y hay que abrirla poco a poco. Así que la acomode acostandola boca arriba,le puse una almohada debajo de su cintura, abrí sus piernas y poco a poco fui penetrandola.

María tiene una particularidad, es tan estrecha que al principio de toda penetración le duele mientras se abre, así que cuidadosamente le meto el calme y ella ,suavemente y a su ritmo, va empujando para meterla toda. A mí me sorprende siempre lo rico que se siente, puedes realmente sentir como se abre camino y recorre toda su húmeda y calurosa vagina. Apenas sentí que ella llego hasta donde pudo, la beso con ganas, le tomo de las muñecas para inmovilizarla y con ritmo suave empujo y saco mi pene esperando a que termine de abrir, ella me hace saber que está lista, porque no solo ya empieza a gemir por qué ya deja de dolerle sino que se desliza de una manera tan suave que ya se hace obvio que puede recibir ahora lo que sea dentro de ella.

Me separé de ella un rato, cogí el huevito y lo metí en un condón, para que sea más fácil de meterlo dentro de ella y lo moje con lubricante. Lo encendí con su controlcito y se lo fui repasando por el clítoris, le encanta muchísimo como se siente, fui bajando hasta meterle la puntita del juguete dentro de su vagina y ahí fue empezando a retorcese delicioso. Me mira con ganas de cogerme duro, así que le sonrió mientras le meto todo el juguete. Y ella no pudo responder mi sonrisa porque su cuerpo perdió todo el control por un rato. Gemía, jadeaba, aruñaba lo que alcanzará de mi, y luego solo quedaba jadeando por haberse venido.

Viendo que ya el juguete estaba haciendo muy bien su trabajo, la puse boca abajo, unté lubricante por su colita y la masaje y bese cuánto pude. Fui generoso con eso, para que se preparara mentalmente para darme su culo con ganas. Le seguí echando esta vez por su rajita y me aseguré que le cubriera bien su ano… cuando me aseguré que estuviera bien le abrí sus nalgas con mis manos y me acerque a darle un delicioso beso muy profundo.

Se lo lamí, una y otra vez, le metí mi lengua tanto como me dejaba mi boca y lo besaba con cariño, queria abrir ese ano delicioso pero sabía que toma su esfuerzo. Al tiempo le fui agregando dentro uno que otro dedo, para abrirlo poco a poco más y más. Ella solo me hacía saber cómo le daba ese delicioso dolorcito que solo da allí… sabía que lo quería, sabía que me quería dentro de su culito, y así poco a poco le fui undiendo mi verga, le ponía la punta y se la metía de a poquitos, cuando ya ví que entraba toda la punta y un poco más me aseguré de preguntarle cómo se sentía, si estaba todo en orden por allí atrás, y solo me confirmaba que era delicioso para ella, que lo quería todo, me queria por completo dentro de ella.

Así que me acosté, deje que ella se pusiera sobre mi y que ella misma se metiera tanto como quisiera mi pene. Se sentó, lo agarró, lo puso dónde era y poco a poco fue empujando y abriendo camino, mientras gritaba, arruñaba y cerraba sus ojos. Y así… hasta que lo metió todo, hasta tocar mis huevos. La dejé que me montara a su manera, que abriera, y se meneaba con firmeza, dándole duro y gimiendo con mucha intensidad, al verla así tome el control del vibrador y le puse una velocidad más fuerte, el cambio fue tan rico que se vino ahí mismo, ella deja sus ojos en blanco cuando le recorre el orgasmo por su cuerpo, y eso lo amo, así que molestarla con el control mientras ella se da todo el gusto con mi verga en su ano fue para mí lo más hermoso que había visto, verla hecha una fiera que me miraba con ganas de comerme y acabarme me hizo muy feliz.

Después de un rato así, la tomé con ambas manos su cintura hermosa, ancha y de curvas bonitas, y tome el control de ella. Así que ahora la movia a mi antojo, a mi deseo. Penetrandola con ritmo duro, fuerte, moviendo hasta la cama con lo duro que entraba. Ella solo se retorcía y gemía muy fuerte, se recostó sobre mi y ponía su boca contra mi pecho para que no la escucharan gritar tan duro mis vecinos. Me decía le la estaba volviendo loca, le encanta así, quiere más, y le di mucho más. Cuando ya sentía que me venía, puse la frecuencia más fuerte el juguete, María se vino al instante, y cuando recuperó el aliento, le di lo más duro que pude, nalgeandola, jalandole el cabello con fuerza, mordiendola en los pezones, en el cuello, a los costados de su pecho, haciendole sentir mucho dolor y placer hasta venirme, y de pronto, salió de mi mucho semen, y para ella fue tan rico que se vino también y solo podía verla recortcerse más.

Solo quedamos respirando muy agitados ambos, sudando, con laceraciones en la pieza de mordiscos y arañazos, ella con su cabeza en mi pecho, y después de un silencio corto, se acercó a mis labios y nos quedamos besándonos un rato más hasta que continuamos con otro polvo más antes de que se nos acabara el día.

Ojalá les haya gustado, cuando podamos subiremos otra historia.

Maria_y_Andres

Somos pareja swinger

visitas: 1091
Categoria: Hetero: General
Fecha de Publicación: 2020-07-23 00:07:52
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2 Comentarios

Uff que exitante ese relato

2021-10-23 06:02:27

Deli

2021-08-22 02:04:03