Acordamos vernos esa tarde, hacía un calor infernal, por esa razón decidí colocarme un vestido amplio y fresco (eso le dije a mi consciencia porque en el fondo sabía que me había puesto aquel vestido con una segunda intensión)...

Suelo ser puntual pero esa tarde salí de mi casa con el tiempo justo y obviamente llegué un poco tarde pero eso no impediría que lo viera... Él un poco despistado no encontraba con exactitud el lugar donde habíamos quedado de encontrarnos, estaba a unos metros y no encontraba la entrada al parqueadero.... En medio de risas le indique como llegar y por fin pude tenerlo ahí, frente a mí, muy cerca, tan cerca que su aroma me envolvió por un momento y sentí que lo conocía de siempre, de otra vida... 

Sin pensar lo abracé y le di un tierno beso en la mejilla para saludarlo aunque sabía que ambos deseábamos como nunca juntar nuestros labios y perdernos en un beso... Hablamos un poco y él se acercaba a mi cuerpo provocando sensaciones deliciosas, de modo muy sutil paso sus manos por mi anatomía sin detenerse en un sitio específico, rozo mi espalda y mis caderas, acaricio mis manos y me abrazó con dulzura... 

Sentí la necesidad de pedirle que nos subiéramos al carro y sin pensarlo 2 veces estábamos ahí adentro, el calor era insoportable y si le sumábamos el deseo que ambos teníamos la temperatura era incalculable... Vidrios oscuros arriba, aire acondicionado encendido (que nunca porque pero siempre lo sentí caliente) y el deseo a flor de piel... Nos besamos nuevamente, con deseo, con pasión, con ansias... Sus manos y las mías empezaron a explorar nuevos caminos y él prontamente encontró la ruta a mis pechos (cabe aclarar que me gusta usar vestidos sin brasier) primero con su mano y luego con su boca y su lengua, lamer, besar, chupar... Le pedí que mordiera mi pezón y sin pensarlo él empezó a hacerlo suave, le pedí más fuerza y luego más... Mientras lo hacía, su mano encontró la ruta hacia mi sexo, ese recorrido entre mis piernas encendía más el fuego en mi interior, metió su mano en mi panty y acaricio cada centímetro con suavidad... Me gusta sentir sus dedos, le pedí que metiera uno, luego 2 y luego 3, le dije que los moviera y el placer aumentaba con cada movimiento... Nos besábamos, besaba el seno que tenía descubierto y me masturbaba con tal tacto que hacía cada de movimiento una oleada de placer... Descubrí mi otro seno y le pedí que lo besara (estaba celoso de su gemelo) le pedí que me mordiera y que lo hiciera fuerte (tal vez lo que aún no sabe es que es uno de mis puntos débiles)...

En este punto ya había sentido su erección por encima del pantalón y él ya había expuesto su miembro para mí... Lo tenía en mi mano y lo acariciaba suavemente, con cuidado para no lastimarlo, deseaba lamerlo y meterlo en mi boca pero no quería negarme el placer de seguir sintiendo como me masturbaba así que decidí que está no era la ocasión, nuestro placer hoy sería a expensas del placer que él le estaba dando a mi cuerpo...

Seguí acariciándolo y el continúo masturbándome, sacó sus dedos húmedos y los llevó a su boca para deleitarse con ese sabor dulce que provenía de mis entrañas, ver su cara de placer me encantó, después fue mi boca la que disfrutó de esas mieles en sus dedos, incluso los pasamos por mi seno para que el lo chupara desde ahí... Lo disfrutamos sin lugar a duda.

Sus dedos nuevamente dentro de mí empezaron a llevarme al límite, entre gemidos y palabras sentí esa explosión de placer y tuve un orgasmo delicioso.... Cuando pensé que había terminado él que aún no sacaba sus dedos de mi vagina acerco su boca a mí pubis y con su lengua dibujo círculos alrededor de mi clítoris, con su boca y su lengua jugo como un niño al que le acaban de dar un dulce, hizo nuevamente de las suyas, le pedí que no se detuviera, con mi mano sujeté su cabeza y la empujaba para que continuara, no quería que parara hasta que otra vez brotó de mi ese dulce sabor a sexo, un gemido ahogado y un madrazo de placer porque nuevamente había logrado hacerme llegar y lo mejor de todo es que su boca fue testigo de cuanto lo deseaba.