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Segundo día

Seguíamos ahí sentados escuchando las conferencias del día, nos habíamos desvelado un poco la noche anterior (y esa historia ya la saben) … Conservando la mayor discreción posible nos sentamos en lugares separados pero estratégicamente ubicados, de tal manera que nuestras miradas se cruzaban y sin palabras decían lo que nuestros cuerpos deseaban…

Efectivamente la noche anterior había sido el preámbulo de lo que vendría en los días que nos quedaban en aquella ciudad… Confieso que esperaba ansiosa el break para tomar un café y no era justamente la necesidad de cafeína lo que me motivaba… era el momento en que podría estar cerca de él y a lo mejor escaparnos un minuto, como si supera las oscuras intensiones de mi cabeza en medio de la pausa se acerco a mi y me saludo como si apenas me viera y mientras simulaba darme un beso en la mejilla me susurro al oído el lugar donde me esperaba…

La contracción entre mis piernas se hizo inmediata y cada centímetro de mi piel se erizo con el sonido de su voz, era como un domador de fieras… una sutil insinuación de mi excitación se hizo evidente por encima de la blusa donde se dibujaron ambos pezones… duros, erectos, dispuestos, ansiosos… lo vi alejarse entre tanta gente y con la disculpa de haber bebido mucha agua me dirigí al baño…. Si, al baño! Habitualmente los baños de damas suelen ser muy frecuentados y este caso no era la excepción, estaba atiborrado de mujeres retocándose el maquillaje, riendo de una que otra ocurrencia o criticando a la compañera de turno… Imposible encontrar un lugar para poder hacer lo que iba a “hacer”… Fue la excusa perfecta para “usar” el baño de hombres, menos concurrido por cierto, entre y para mi suerte no había ningún hombre a la vista, al menos no alguno diferente al que esperaba encontrar, como si se tratara de algo previamente orquestado estaba solo él allí y sus ojos me penetraban solo con mirarme.

Previniendo que alguien pudiera entrar y quedáramos en evidencia decidimos hacer uso de uno de uno de los baños que había allí, ese que la mayoría de las personas no usa porque está destinado para personas discapacitadas (más espacio a nuestro favor)… Hoy no usaba falda, había decidido ponerme un jean que me quedaba ajustado y dibujaba la silueta de la que me enorgullezco (perfectamente imperfecta), podían verse mis caderas y mis largas piernas, acompañe el outfit con una blusa semitransparente de botones que dejaba entrever la delicada y delgada tela de un brasier que hacia juego perfecto con mi panty (que por cierto hoy era de color beige)…

Sin cruzar palabra me besó y metió su lengua en mi boca con tal pasión que provocó una nueva contracción en mi canal vaginal y una oleada de fluidos que empezaron a humedecer mi sexo… con prisa pero con cuidado abrió solo un par de botones de mi blusa y dejó expuestos mis senos contenidos aún en el brasier que a gritos pedía ser desabrochado, desabotonó mi jean, bajo el cierre y lo haló junto con mi panty hasta mis rodillas… ante la premura de la situación descubrí mis senos para que pudiera besarlos y empezó a hacerlo sin pensarlo dos veces mientras pasaba su mano por mi clítoris e introducía sus dedos en mi vagina, lo deseaba tanto o más que la noche anterior aunque ahora parecía un hombre diferente, más dulce, más delicado, más sutil y este hombre también me gustaba….

Se detuvo y sentí como corrió la cremallera de su pantalón y expuso su pene erecto, tan duro que podían dibujarse cada una de sus venas llenándose de sangre, dándole fuerza y haciéndolo ver provocativo… sentí deseos de probarlo, de sentir esas gotas hialinas que brotaban de su interior, lamerlo, chuparlo, pasar mi lengua y apretarlo con mi boca, que sintiera el roce de mis dientes sin hacerle daño… maldita sea, teníamos poco tiempo…

Me giró y mis manos fueron a parar a una baranda “de seguridad”, inclinó mi cuerpo hacia adelante e introdujo su pene dentro de mí, empezamos a movernos al mismo tiempo, en la misma sintonía… entraba y salía una y otra vez, la humedad que había provocado antes favorecía el movimiento y el sonido que emitía el vaivén era como una sinfonía sexual que excitaba los sentidos, sus manos apretaban mis senos y con los dedos daba pequeños pellizcos en mis pezones que me dejaban al borde de la locura… Pude sentir como su pene empezó a palpitar y ponerse más y más duro anticipándose a una eyaculación poderosa al mismo tiempo que mi cuerpo alcanzaba el clímax y estremecía mis entrañas, apretando fuerte y contrayendo cada músculo en mi interior… No pude evitar emitir un gemido que se vio ahogado por una mano que silencio mi voz, una mano que olía a sexo, a placer, a deseo… unos dedos que sabían a un elixir exquisito que aún después de mucho tiempo me hace agua la boca.

Rápidamente volvimos a incorporar nuestras prendas, él salió primero para verificar que nadie se percatara de nuestra presencia en ese lugar, me dio una señal de seguridad y salí después… No sé cuánto tiempo había transcurrido, creo que nos habíamos perdido el inicio de la siguiente charla y para no hacer más largo el cuento, regresé al salón de conferencias y como alumna que llega tarde me senté en la última fila.

Monse69

Soy mujer bisexual

visitas: 1012
Categoria: Hetero: General
Fecha de Publicación: 2020-08-14 07:58:39
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1 Comentario

Muy finos el lenguaje y la redacción. Muchas gracias.

2020-08-16 22:43:25