Guía Cereza
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La versión de ella... La mujer que bota fuego.

Voy a resumir esa semana en un solo cuento… Respondo su mensaje porque me llama mucho la atención la educación y el buen uso de sus palabras para intentar acercarse a mí, obviamente lo hace admirando lo que he dejado ver en mi perfil; digamos que como buen arquero lanza una flecha y aunque no logra herirme si capta de manera inmediata mi atención y yo, como buen toro me pongo frente a él para analizar sus intensiones, descubro que tenemos cosas en común, coincidencias me repito una y otra vez cuando por las cosas de la vida decido darle una mirada más a fondo a su perfil… Shit! Es menor que yo y no un par de años, unos tantos a decir verdad… Pero aún así, no puedo contener las ganas de seguir ahí, en esa conexión que aún hoy no consigo explicar y debo confesarlo, más rápido de lo que imaginé estaba allí dándole mi número para poder entrar en contacto de una manera más personal. En menos de lo que espero me encuentro hablando con este hombre (Si, hombre… Porque para mi sorpresa dentro de ese cuerpo de niño hay un hombre en todo el sentido de la palabra) su forma de pensar, de expresar lo que quiere, de decir lo que le gusta, la pasión con la que cuenta lo que lo hace vibrar y esa inteligencia que sigue seduciendo de una manera brutal mis sentidos… De algún modo, ambos nos sumergimos en un juego para ver quién podría soportar más tiempo sin pedirle al otro un encuentro y para mi fortuna mi habilidad con la escritura me hace vencedora y él sugiere que nos veamos prontamente… y aquí es donde la historia comienza…

La hora estaba pactada… 4 de la tarde, el mejor lugar para vernos era su casa y no me pareció para nada mal, de hecho me dio aún más confianza… Suelo ser muy cuidadosa con mi presentación personal pero ese día había puesto un poco más de esmero en ciertas zonas de mi cuerpo, había escogido un body negro que por cierto me gusta mucho y lo acompañé con un brasier de encaje muy delicado que recogía de modo perfecto la redondez de mis senos, los hacia ver más prominentes aún en el escote que tenía la precisa prenda exterior, un jean de talle alto y bota ancha que ajustaba perfecto en mi cintura y marcaba la silueta de mi cadera, para completar el outfit use mis infaltables converse blancos, mi mochila tejida azul y una delicada cola de caballo.

Salí de mi casa con una ansiedad poco habitual en mi y una sensación hormigueante entre mis piernas, moría por ver a esa persona que había logrado distraerme tanto durante una semana, para mi sorpresa su casa quedaba muy cerca de un antiguo lugar de trabajo entonces conocía perfectamente el sector… Rápidamente llegué y cuando me dispongo a parquear mi carro lo veo parado en la puerta hablando con una mujer joven… ella se ve muy a gusto con la conversación pero él mira de un lado a otro como esperando algo, sabe que estoy por llegar y para ver su cara de asombro le envió un Buu acompañado de un Emoji de fantasma, saca el celular de su bolsillo y disfruto al máximo al ver dibujarse una sonrisa y su cara mirando de un lado a otro como buscando el origen de aquel mensaje… adelanto un poco mi vehículo y parqueo definitivamente, en cuestión de segundos la chica entretenida desaparece y me dispongo a acercarme a él… en mi mente me repito que debo saludarlo de una manera formal pero mi cuerpo me traiciona por completo y cuando lo tengo cerca no puedo evitar y le doy un beso cargado de deseo, uno con el que creo que fue evidente que no tenía intenciones de formalidad alguna, de esos besos que se dan a quien se conoce de toda la vida… me invita a pasar a su casa y como las damas voy delante de él aunque los dos sabemos que la razón por la que voy primero es porque quiero presumir con mi cadera y porque a él le perturba la idea de ver desde otro ángulo mi culo y solo cruzamos un par de palabras cordiales “oficialmente mucho gusto”

Ya dentro de su casa, como si fuera una costumbre nos quitamos los zapatos y sin decir más nos abalanzamos en brazos del otro y empezamos a besarnos con un deseo que no es medible, nuestros labios y lenguas están embebidas en un juego que no tiene mayor descripción, casi que como en un vals nos trasladamos hacia su cama y en un abrir y cerra de ojos estamos ahí tendidos, el uno a merced del otro, envueltos en un deseo que emana un aroma especial en la piel… sus manos recorren como los ciegos mi cuerpo, lo rozan de arriba abajo y sus labios bajan de mi boca a mi cuello, tan pronto como puede deja expuestos mis senos y comienza a besarlos, primero uno, pasa su lengua por el pezón, lo lame, lo chupa, lo muerde suavemente y para evitar envidias pasa a hacer lo mismo con el otro, a medida que el hace de las suyas en mi pecho puedo sentir como mis paredes vaginales se contraen y se relajan como componiendo una melodía y en medio de ellas empieza a correr una humedad que se aproxima a salir hacia mi panty negro (escogido con premeditación) y es ahí cuando decide quitarme el jean y de paso se deja ir el body, quedo sólo con el panty húmedo que contiene el calor que me consume…

Empieza a besarme desde los pies y recorre mi piel con su lengua, no se imagina la sensación que me provoca, baja suavemente por mis piernas y las recorre, hace erizar mi piel y en sus ojos veo como los disfruta, se acerca a mi sexo y puedo sentir como por encima del panty lo huele, lo besa, lo disfruta y gimo de placer cada vez que siento la proximidad de su lengua en mi vagina húmeda esperando ser besada, me levanta y mientras me mira como un depredador retira mis bragas y se deleita con lo que ve, muerde su labio inferior y sin dudarlo da vía libre a su boca, besa mis labios, los recorre por todos los rincones, los succiona, los lame, hace con su lengua movimientos circulares que me producen un placer indescriptible, desde el clítoris hasta el periné no queda zona sin explorar y sin estimular, mis manos en su cabeza, cogiéndolo por el cabello y empujándolo entre mis piernas con el deseo de meterlo dentro de mí, aprieto las piernas porque siento sus arremetidas contra mi sexo, en mi vulva completa siento oleadas de placer y quiero tenerlo dentro, sentir su miembro que se observa duro todavía dentro de su pantalón y como si hubiera leído mi mente se despojó de su pantalón y expuso su pene erecto, duro, grueso, dilatado por la sangre que corre por sus venas y empiezo a sentir como mi boca se hacía agua, aprovecho ese momento para recoger de nuevo mi cabello y me dirijo hacia su glande, por fin puedo saludarlo como corresponde y como la más educada de las mujeres le doy un beso y procedo a lamerlo, de arriba abajo, lo introduzco en mi boca para llenarlo de mi saliva y siento como gotas de su líquido preseminal empiezan a salir de su pene, las tomo con mi lengua y las saboreo, es más delicioso de lo que pensé, alterno chupadas energéticas con otras suaves, lentas y rápidas , veo su cara de placer y lo disfruto aún más, lo escucho respirar agitado y siento como se contrae, le doy lamidas a sus testículos, desciendo mi lengua hasta su periné y noto como emite un sonido placentero, vuelvo a ponerlo en mi boca y estoy mamandolo con vehemencia pero la calentura entre mis piernas me está enloqueciendo y no encuentro más remedio que pedirle que me penetré.

Me incorporo y decido ser quien gobierne en cierta medida, me subo en su cuerpo e introduzco su pene en mi vagina, cabalgarlo me excita demasiado, poder mover mi cuerpo y sentir como entra y sale muy mojado por la humedad de ambos, mis fluidos, nuestro sudor, emiten sonidos placenteros, es como estar saltando en un charco, así estuvimos un rato, él podía ver mis tetas y de cuando en vez las lamia o las chupaba, sus manos fuertes pero suaves agarraban mi culo para ayudarme a guiar mis movimientos… cambiamos de posición varias veces y en todas encajamos perfecto, en una de ellas me puse en cuatro, en medio de nuestra caricias pude sentir como pasaba a introducía sus dedos en mi culo y me pareció una buena idea algo de sexo anal, lo sugerí y me sorprendió al decirme que nunca lo había hecho, me excitó pensar que por primera vez él iba a penetrar una mujer analmente y que para mí es altamente placentero sentirlo, puso con mucha destreza su preservativo e introdujo su verga suavemente en mi y empezó a moverse con fuerza, podía sentir como entraba y salía de mi culo, un vaivén de movimientos, incliné un poco más mi cuerpo y levanté adrede la cadera para que su vista mejorara y pudiera deleitarse con las embestidas que me daba con su miembro, ambos lo disfrutamos al máximo al punto de sentir el asomo de un orgasmo ligero que contuve para disfrutarlo en otro momento… después de una buena sesión de penetración y de varias pausas para tomar aire, decidimos sin cruzar palabras que un 69 era una buena forma de seguir complaciéndonos.

En esa posición de nuevo empezamos a lamernos y literalmente comernos, chupamos, escupimos, succionamos y lengüeteamos en cada milímetro de piel, de nuestros poros emanaba sudor sexual, fluidos que se mezclaban y le daban al acto un sabor absurdamente adictivo, decidí hacerlo de modo tal que no provocara una eyaculación de su parte puesto que yo deseaba hacerlo en su boca y me concentre en lo bien que hacia cada movimiento, cada lamida, cada chupada, como introducía su lengua en mi vagina y la hacia estremecer al punto de no aguantar más y explotar de placer en su boca, dejar correr mi liquido vaginal, mis fluidos claros y espesos en sus labios, en su mentón, en su boca… no pude contener un gemido de placer y apretar fuertemente mis piernas en su cabeza para que sintiera la potencia de su sexo oral y el efecto en mis entrañas.

No fui consciente del tiempo pero empecé a notar que ambos nos quedábamos sin energía y aún tenía en mi mente esa necesidad de sentirlo estallar dentro de mi así que me acerque el oído y le pedí que continuara haciéndome suya y que se viniera dentro de mí, quería sentir todo su semen tibio y como se ponía mas duro y más grueso cada vez que se acercaba el momento de eyacular, ver su cara cuando derramara su leche en mis entrañas, apreciarlo exhalar de placer al dejarlo salir, sentir su corazón latiendo fuertemente en el pecho como queriendo abandonar su cuerpo y fue así como sucedió, me tumbo boca arriba y me penetró con lujuria, con pasión, con deseo, con fuerza, rápidamente movió su pelvis de una manera precisa y yo amarré mis piernas a su cuerpo para no dejarlo escapar, mis paredes vaginales empezaron a contraerse de nuevo al compás de sus arremetidas y fue entonces cuando como en nado sincronizado ambos nos dejamos ir en un solo gemido y nos perdimos en un orgasmo único, delicioso, celestial… Fue en una sola palabra satisfactorio… como lo había anticipado mi cerebro, su cuerpo temblaba, su corazón latía fuerte, sus músculos estaban tensos y nos perdíamos en un abrazo en medio del sudor de nuestros cuerpos.

Y para ese entonces no sabíamos que este era sólo el comienzo….

Monse69

Soy mujer bisexual

visitas: 1119
Categoria: Hetero: General
Fecha de Publicación: 2020-08-29 06:45:46
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4 Comentarios

Me dejaste parado con éste relato. Felicitaciones y gracias por compartir.

2020-10-07 19:57:14

Sin duda alguna va a ser un día memorable para ambos, un día que va a dejar huella en la piel... Huella en la memoria. La manera poco usual de como se dieron las cosas le da ese toque místico al relato, digno de una novela!. En pocas palabras... Ambos son como el Napalm, ni el agua es suficiente para apagar su llamarada... Espero con ansias sus próximas ocurrencias.

2020-08-30 04:58:28

Excelente publicasion con muchas palabras tecnicas y sobre todo placentero y simplemente de humildes mortales

2020-08-29 23:30:13

Toda una obra maestra de escritura y erotismo! Touché! Quedo con muchos enormes deseos, uno de ellos: conversar contigo algún día. Un abrazo, Guillermo

2020-08-29 15:50:41